Respire profundo y tome nota: las pataletas infantiles sí se pueden controlar

Las pataletas infantiles pueden desesperar al más paciente de los padres, pero debemos saber que son normales y que sí existen técnicas para controlarlas a tiempo y sin agresividad.

29 MAY 2017 · Lectura: min.
El berrinche es una reacción ante una emoción. Uno no puede prevenir sentirse triste o bravo por algo, pero sí podemos controlar cómo actuamos frente a la emoción y si lo hacemos de manera adecuada o no.

Algo que suele generar estrés y molestia en los padres de niños pequeños son las famosas pataletas o berrinches. En este artículo, la psicóloga Ana María Támara Martelo, especialista en psicología infantil*, asesora a los padres sobre cómo reaccionar frente a las pataletas para que los pequeños aprendan a gestionar sus emociones.

¿Son normales los berrinches?

La respuesta a este interrogante es sí, hasta cierta edad. Para determinar si un comportamiento como las pataletas es normal o no, es importante tener en cuenta la etapa de desarrollo en la que se encuentra el niño. Los berrinches o pataletas están relacionados con su desarrollo emocional y con la expresión de sus emociones, que a medida que van creciendo van aprendiendo a manejar, y obviamente en que lo hagan de una manera adecuada va a estar influenciada por el ambiente (casa, colegio etc.).

El desarrollo de los niños, y más cuando son pequeños, es variable: unos suelen manifestar unos comportamientos antes y otros después, ya el desarrollo llega a ser un poco más estable aproximadamente a partir de los siete años. A los tres meses el bebé comienza a responder ante la risa de una cara conocida. Hacia los diez meses es muy afectuoso con el grupo familiar y tímido con los extraños y el llanto empieza a ser una manifestación de emociones, aunque al principio es indiscriminada, poco a poco éste se va diferenciado según la emoción: por ejemplo si es un llanto de rabia éste se caracteriza por movimientos violentos de brazos y piernas. Al año y medio aumenta su sentido de la posesión respecto a los objetos y en los accesos de cólera tiene berrinches con llanto violento, se arroja al suelo, patalea, golpea, lucha, tira objetos.

A los dos años y medio se siente atrapado por los rituales y el negativismo, está más serio, ríe menos, aunque es posible manejarle usando el humor, que permite disolver las tensiones; se vuelve egoísta, posesivo, absorbente y puede expresar celos de los hermanos menores.

En cuanto a los accesos de rabia, tienen una reacción agresiva de todo su cuerpo y tienden a estar provocados por la interferencia en su actividad física o en sus posesiones. A los cuatro años está fuera de sí, se pelea y polemiza por todo.

Como ya se mencionó, las pataletas o berrinches son expresiones emocionales normales, entre los dos años y los cuatro años aproximadamente. Obviamente en unos será más intensas y frecuentes que en otros, el temperamento en este caso influye. Son expresiones necesarias debido a que cada emoción bien sea negativa o positiva cumplen una función importante en el ser humano, que es la de supervivencia. A medida que van creciendo, es importante ir dotando al niño de estrategias para una expresión adecuada de las mismas.

shutterstock-284500178.jpg

¿A qué edad deberían dejar los niños las pataletas?

Normalmente a los cuatro o cinco años éstas suelen disminuir. Ello va a depender de factores tanto biológicos como del ambiente. Los factores biológicos son aspectos determinados por la genética o la herencia, algunos de ellos son: con qué tanta frecuencia la persona siente la emoción o con qué tanta intensidad puede experimentarla o por cuánto tiempo.

Por el contrario, los factores ambientales son todo tipo de aprendizaje que adquiere un individuo al interactuar en los diferentes contextos en los que se desenvuelve. Puede ser a través de observación de modelos significativos para el niño, o a través de la consecuencia que recibe al emitir un comportamiento determinado. Si la consecuencia es positiva la probabilidad de que emita el comportamiento es mayor. Respecto al comportamiento de hacer berrinche, si el niño o niña recibe atención al hacerlo, es más probable que vuelva hacerlo y la disminución del comportamiento sea más difícil.

El aprendizaje de cómo regular las emociones es relevante para cualquier persona. Un niño con el tiempo debe aprender estrategias para lograrlo como son: identificar su propia emoción, saber de qué manera es adecuado reaccionar frente a dicha emoción y en qué momento es apropiado hacerlo. Esto puede ayudar a prevenir en un futuro dificultades en su salud mental. Puede hacerlo a través de modelos o consecuencias como se explicó en el párrafo anterior.

Los padres cumplirían un rol fundamental en el aprendizaje de estrategias de regulación de sus emociones, ya que son la mayor fuente de aprendizaje en los niños.

Entonces, un niño que por factores hereditarios, no siente ira y tienen unos padres que saben cómo o en qué momento expresar su rabia, o son asertivos al hacerlos, es más probable que el niño o niña deje las pataletas más rápido.

¿Cómo debo actuar en el momento en que mi hijo o hija este haciendo una pataleta?

En este caso lo primero que hay que hacer es no exaltarse. Los padres son modelo de regulación emocional. Si observa que la intensidad de la emoción es muy fuerte, respire muy lentamente, hasta que observe que la emoción ha pasado, concéntrese en los movimientos de la respiración y no en el comportamiento del niño.

Lo segundo que hay que hacer es que, cuando se hayan tranquilizado, analice qué fue lo que originó la pataleta o el berrinche. Por ejemplo, si estás demandado algún tiempo a la mamá y ésta está ocupada, se le da una instrucción sencilla, no muy larga, de manera positiva, explicando qué espera de él o ella para poder recibir la atención esperada por parte de la mamá, y donde se le exprese la emoción que esta sintiendo en ese momento: "mamá no puede jugar contigo ahora, sé que eso te da rabia; cuando mamá acabe jugará contigo pero para poder jugar conmigo y divertirte tienes que estar calmado". Lo tercero que hay que hacer es aplicar la consecuencia (no brindar atención por su comportamiento que es lo que el niño espera) ignorándolo y continuar haciendo lo que se disponía hacer. Una vez la madre haya terminado eso que estaba haciendo y observe que el pequeño este calmado le dice "ya mamá terminó de hacer lo que tenía qué hacer y veo que estás tranquilo, ahora sí podemos jugar". Es importante que siempre se cumpla con lo acordado en la instrucción.

shutterstock-154681565.jpg

De esa manera estamos logrado varias cosas: La primera, que aprenda a identificar que está sintiendo una emoción y que es normal sentirla. Este es el primera paso para comenzar a regular sus emociones. Segundo, no estaría recibiendo una consecuencia positiva esperada (atención) en el momento, lo que disminuirá poco a poco la probabilidad de que las pataletas se repitan con mayor frecuencia.

Ahora, esto puede ocurrir en un sitio público. En ese caso hay que hacer algo parecido a la situación en la casa: dar la instrucción y aplicar la consecuencia. Hay que ver el motivo de la pataleta, si es porque está cansado, o porque quiere algo que en ese momento no se le puede dar, quiere hacer algo que simplemente no se puede hacer, mostrarle qué está sintiendo. Por ejemplo, si hace la pataleta porque agarró algo que le llamó la atención del almacén y se lo quitaron, la madre puede decir "entiendo que querías seguir jugando con eso y por eso tengas rabia, pero no es de nosotros y no se puede prestar, entonces para poder seguir el paseo con mamá hay que calmarse porque hay mucha gente acá que no le gusta el ruido que estás haciendo, vamos afuera a que te calmes y cuando dejes de llorar y gritar regresamos". La madre lo carga sin prestarle atención, ni mirarlo siquiera, lo lleva afuera y lo sienta en un lugar. Si se mueve del lugar y se tira ignórelo hasta que se calme. Una vez calmado le hace un gesto de cariño y le dice "ahora que estás bien, continuemos con nuestro paseo".

¿Es posible prevenir los berrinches?

Más que la palabra prevenir preferiría decir que los berrinches se pueden disminuir con el tiempo si generamos un adecuado aprendizaje a través del manejo de consecuencias y brindando estrategias de regulación emocional. El berrinche es una reacción ante una emoción, de una emoción que no se tiene control, uno no puede prevenir sentirse triste por algo, o bravo por algo, pero sí podemos controlar cómo actuamos frente a la emoción y si lo hacemos de manera adecuada o no. Es decir, no podemos evitar o prevenir la emoción que ocasiona la pataleta, pero sí podemos hacer que reaccione diferente frente a esta; por ejemplo, si al niño le generó rabia que la mamá no le prestará la atención en ese momento, y no recibió la consecuencia positiva que la mamá jugará con él de inmediato sino cuando ella pudo hacerlo e ignoro su comportamiento, y si el comportamiento de la madre se repite cada vez que el niño busca lo mismo de ella, después de un tiempo la reacción de niño va a ser distraerse solo, porque ha aprendido a que la rabia se le pasa sola y que la mamá le brindará atención cuando ella pueda como se lo prometió. No obstante, eso no implica necesariamente que no sienta rabia, sino que poco a poco va a aprendiendo a reaccionar ante esta de una manera diferente al berrinche cuando tiene rabia.

shutterstock-180093047.jpg

¿Se puede dialogar después de los berrinches?

Sí se puede dialogar con ellos, lo importante es tener en cuenta el lenguaje de acuerdo a la edad del niño. Los pequeños comprenden mejor las cosas a través de su mundo imaginario, puede ser a través de cuentos. El diálogo no puede ser muy largo. Sin embargo, va a tener mayor influencia en el comportamiento si con su comportamiento obtiene lo esperado no.

¿Qué pautas debo tener en cuenta según la edad?

No hay pauta específica por edad, lo importante a tener en cuenta es la consecuencia que se maneje y la función del comportamiento (que es comprender lo que busca el niño realizando ese comportamiento) . No obstante, es importante tener en cuenta que entre más pequeños sean la instrucción debe ser más sencilla y menor es la explicación que se le dé.

*La autora del artículo es la psicóloga Ana María Támara Martelo, especialista en Psicología Clínica comportamental cognoscitiva con amplia experiencia en Psicología Infantil y Educativa.

¿Quieres seguir leyendo?

¡Muy fácil! Accede gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.

Al continuar con Google, aceptas nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos


PUBLICIDAD

Escrito por

Ana María Támara Martelo

Consulta a nuestros mejores especialistas en psicología infantil
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre psicología infantil

PUBLICIDAD