Nueve pasos para una crianza más eficaz

Los estímulos que recibe una persona en su primera infancia y, en general, en toda su niñez son fundamentales para el desarrollo de su personalidad y la forma en la que ve e interactúa con el mundo.  Enséñale a tus hijos a que se sientan orgullosos de ser autónomos, asertivos y a no ceder a la que otro les diga.

Como padres, debemos aprender a guiar a nuestros hijos pese a que podemos llegar a pensar que no estamos preparados para tal tarea. La crianza es una de las responsabilidades más importantes, retadoras y satisfactorias a las que haremos frente en nuestras vidas por lo que necesita que estemos con nuestros sentidos muy afinados y dispuestos a dejarnos aconsejar, idealmente por un profesional en psicología infantil en algunos momentos.

Teniendo esto en mente, queremos apoyarte en esta tarea que seguramente te traerá sus retos. Con esta serie de consejos podrás sentirte más seguro y tranquilo como padre y, también, te asegurarás de disfrutes más de tus pequeños.

1. Dedica tiempo a tus hijos

Aunque suene fuerte la verdad es que con las responsabilidades que se tienen, no solo en el hogar, sino en el trabajo y en otros aspectos de la vida, a veces es un gran reto que podamos dedicar tiempo a nuestros hijos. Esto, sin embargo, es fundamental. No hace falta pasar todo el día con los niños o adolescentes, si eres una persona que debe trabajar.

Tus hijos apreciarán cada segundo que puedas destinar a ellos, pasar un rato jugando con el juguete favorito o haciendo palomitas de maíz. Puedes también tratar de programar un día a la semana para pasar una 'noche especial' junto con tu familia. La idea no es que llegues al final del día con remordimientos, sino que distribuyas al máximo tu tiempo y crees momentos de calidad.

Atender a los hijos y compartir tiempo de calidad, fortalece los vínculos afectivos, que son elementos importantes y de base para la autoestima del niño.

Padres tontos, hijos rebeldes

Esfuérzate por darle atención a sus hijos porque ojo, usualmente, los niños que no reciben la suficiente por parte de sus padres tienden a sobreactuar y a comportarse, tratando de recibir atención. Para evitar esos conocidos como 'berrinches', te aconsejamos levantarte un poco antes de lo usual y prepararles el desayuno, al compartir esa primera comida con tus hijos y despacharlos al colegio estarás teniendo pequeños gestos que, por mínimos que sean, serán reconocidos y apreciados por ellos.

2. Sé flexible

Este es un paso importante a la hora de emprender la crianza de un hijo. Si te sientes defraudado del comportamiento de tu hijo, es probable que no tengas expectativas realistas respecto a él o ella. De acuerdo con los expertos, el entorno que rodea a los niños generalmente tiene un gran impacto en su comportamiento por lo que se podría cambiar ese comportamiento al cambiar el entorno.

Si siempre tienes que decirle que no a tu hijo, trata de reestructurar ese entorno para que existan menos cosas prohibidas. A medida que tu hijo crece, tendrás que ir modificando más y más el entorno. Lo que fue efectivo cuando tu pequeño tenía 2 años no lo será tanto cuando tenga 7 años. Adapta tu estilo de crianza y despeja tus dudas con un especialista.

La flexibilidad conlleva una gran capacidad de negociación. La psicóloga Sandra Liliana Mora aconseja:

Cuando tengas que decirle "no" a tu hijo, además de la firmeza y tranquilidad con que lo hagas, puedes ofrecerle otras alternativas que le ayuden a evidenciar que debe esforzarse para encontrar esa compensación que necesita. Esta es una excelente manera, ya que le ayuda a trabajar en sus estrategias de afrontamiento, y tolerancia a la frustración. Elementos importantes que a futuro va a necesitar en la adultez.

3. Sé consciente de tus limitaciones como padre

Nadie es un padre perfecto, por más que lo intente. Esa es una verdad que debemos aceptar y, a partir de allí, seguir construyendo nuestro camino de la mejor manera posible. Debes reconocer tus fortalezas y habilidades, el ser cariñoso o comprensivo, por ejemplo. Prometerte trabajar en tus debilidades, tener una mejor disponibilidad al diálogo o ser menos estricto.

Sé bueno contigo mismo. Tratar de tener expectativas realistas con la crianza también incluye el ser indulgente contigo mismo. No te sabes todas las respuestas y no tienes por qué creer que eso está mal. Intenta concentrarte en las áreas de la crianza que requieran mayor atención en lugar de tratar de abarcar todo.

Cuando te sientas agotado, acéptalo y tómate un tiempo. Todos lo necesitamos de vez en cuando.

Además, el hacer ver a nuestros hijos que nos equivocamos, pero que asumimos nuestros errores, nos hace vernos ante ellos, como lo que somos: humanos. Lo que puede servir en esta situación y como ejemplo, es que equivocarse no está mal, el aceptarlo tampoco, y en el pedir una disculpa, aún más asertivo y educativo puede ser para ellos", indica la psicóloga Sandra Liliana Mora.

4. La comunicación, tu prioridad

Es importante que le des la importancia necesaria a la comunicación. No esperes que tus hijos realicen acciones solos porque eres su padres y tú lo dices así. Los niños desean, y merecen, explicaciones por parte de nosotros. Explicaciones que los ayuden a entender.

Si no les damos explicaciones, los niños tenderán a cuestionarse nuestros valores y motivaciones. También es importante que expreses tus sentimientos e invitar a tus hijos a que hagan lo mismo. Negocia con tus hijos, debes estar dispuesto a escucharlos y a aceptar sus sugerencias. Los niños que están vinculados a la toma de decisiones están siempre más dispuestos y motivados a llevarlas a cabo.

5. Establece límites

Siempre es necesaria la disciplina. Los límites que tú establezcas con tus hijos son fundamentales para que ellos crezcan y se conviertan en adultos responsables. Las reglas en casa son importantes para que los pequeños desarrollen autocontrol.

Una recomendación que puedes seguir es establecer sistemas de control, esto es: en caso de romper una regla, la consecuencia puede ser inicialmente una advertencia pero en caso de ser reincidente, podría haber una penitencia o un castigo. Ser consecuente no es poca cosa. No puedes castigar a tu hijo por una mala palabra hoy y mañana, ante el mismo comportamiento, no hacer nada. Debes siempre ser firme y mantener el sistema. Tú y tus hijos lo agradecerán con el tiempo.

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6. Sé un buen ejemplo

Los niños pequeños aprenden mucho con solo observar la forma de actuar de sus padres. Los más pequeños son lo que más imitan.

Estudios señalan que cuando un niño viene de un hogar violento, donde los padres se golpean, son más propensos a actuar de manera similar y a imitar el modelo de agresión de sus casas. Intenta ser siempre un ejemplo positivo de amabilidad, honestidad, tolerancia, generosidad, respeto y cordialidad, entre otros valores. Lo más importante: trata a tus hijos de la misma manera en que esperas que otras personas te traten a ti.

"Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera" -Albert Einstein.

7. Estimula la autoestima de tu hijo

Debes saber que los niños empiezan a desarrollar su sentido del yo desde que son muy pequeños, casi que desde el momento del nacimiento, cuando se ven a sí mismos en los ojos de sus padres.

Valida la emoción de tu hijo. A veces, pasamos por alto esto tan importante. Cuando veas que tu hijo esté triste, dile que entiendes que se sienta triste o frustrado, pero que debe acatar las reglas de casa. Esto es de gran ayuda, porque no estás aislando sus emociones, las cuales ellos mismos ni siquiera saben cómo gestionarlas. Al validar su emoción le estás indicando que lo amas y lo comprendes.

¿Cuál es el modelo de crianza que aplicas?

Con esta realidad es evidente que nuestras palabras y acciones tienen gran influencia en nuestros hijos y en el desarrollo de su autoestima. Elogiarlos por sus logros hará que los niños estén orgullosos mientras que las palabras negativas harán que se una sientan inútiles. Evita palabras fuertes o hirientes, que pueden causar causar incluso más daño que golpes físicos. Elige las palabras con cuidado y trata de ser comprensivo.

8. Reconoce las buenas acciones

Intenta aplicar un enfoque más comprensivo con tus hijos. Reconoce las buenas acciones de tu hijo, felicítalo si tendió su cama. Este tipo de comentarios serán más beneficiosos a largo plazo que las continuas reprimendas. Intenta elogiar algún comportamiento de tu hijo cada día, trata de ser generoso con sus recompensas.

¡Besa y abraza. Demuestra tu amor! De esta forma estarás cultivando el comportamiento que quieres ver cada día.

9. Que tu amor sea incondicional

Siempre debes demostrarle a tus hijos que tu amor por ellos es incondicional y que no depende de nada, ni de su comportamiento ni habilidades. Aunque la disciplina es fundamental, el amor nunca debe negociarse.

Como padres asumimos una responsabilidad grande en corregir y guiarlos. Cuando tengas que regañar a tu hijo procura evitar echar culpas, criticar o buscarle defectos, estas conductas puede debilitar la autoestima del niño y causar un resentimiento hacia ti. Esfuérzate por educar a tu hijo y a alentarlo a ser mejor, a través del diálogo, aún cuando lo estés disciplinando. Ante todo debes asegurarte que ellos sepan que tu amor es incondicional y que, aunque esperas un mejor comportamiento por parte de ellos, ese sentimiento no cambiará.

La paternidad es una responsabilidad para toda la vida y nadie conoce la fórmula secreta para que sea una experiencia perfecta. Trata de seguir estos consejos y disfruta el ser padre. En caso que necesites alguna ayuda, consulta en nuestra lista de psicólogos expertos que te pueden ayudar con tus consultas.

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