Pautas para entender a los adolescentes y comunicarse con ellos

La adolescencia es una de las etapas más difíciles en la vida de cualquier ser humano: los cambios hormonales y físicos, unidos a las expectativas que se van generando sobre el futuro y las relaciones interpersonales, conforman un coctel explosivo tanto para los adolescentes como para sus familias.

La palabra clave, según explican los psicólogos, es "comunicación". Si los padres se liberan de prejuicios y logran establecer una comunicación fluida con el adolescente, se pueden superar muchas barreras. Por supuesto, no es un camino fácil. El adolescente intentará, por todos los medios, "cerrar las puertas" al diálogo para insistir en que es un incomprendido, que solo encuentra refugio en sus amigos.

1. El lenguaje. Los adolescentes tienden a inventar su propio lenguaje, porque el de los adultos les parece aburrido y sobre todo, porque necesitan crear una identidad propia con símbolos y códigos que solo ellos compartan. Respetar su forma de hablar es la primera forma de acercarse a ellos. No conviene "nivelarse" con su lenguaje, porque sonará forzado. Recuerde que usted es el adulto y sigue siendo una figura de autoridad en casa. Aunque parezca que no, para el adolescente sigue siendo importante este factor porque le da seguridad.

2. ¿La última palabra? Olvídese de la época en la que su hijo era un niño y usted tenía la última palabra en las "discusiones". Ahora está frente a un adolescente que quiere debatir y que tiene argumentos para hacerlo. Escúchelo con detenimiento. Cuando llegue su turno de hablar, hágalo con tranquilidad y firmeza. Deje claro su punto de vista, pero admita cuando su hijo tenga razón. No se preocupe si en ese momento el adolescente insiste en que usted está equivocado, porque dentro de algunos días verá que su mensaje ha calado más hondo de lo que imagina.

3. No es un niño, pero tampoco un adulto. Está claro que el adolescente se encuentra en un "limbo" en el que ni siquiera él mismo sabe si puede ser tratado como adulto pero está claro que ya no es un niño. ¿Qué papel juegan lo padres en esa ecuación? Deben mantener un diálogo tú a tú como si estuvieran hablando con otro "adulto", que sabe razonar y responder por sus actos.

Un método que se puede poner a prueba es el de recapitular las frases, repitiendo las palabras del adolescente: "A ver, si entendí bien lo que estás diciendo es que..." Una vez aclarados los términos, anime a su hijo a interrogarse sobre sus opiniones: ¿qué te hizo llegar a esta conclusión? ¿has probado a ver esta situación desde otro punto de vista?

Este ejercicio es interesante porque el adolescente verá que usted respeta su postura, aunque no comparte su opinión.

Un niño con una autoestima sana, será un adolescente seguro de sí mismo

4. Reglas consensuadas. Lo que menos quiere el adolescente es que le impongan normas. Sin embargo, éstas no se pueden romper sólo porque el "niño" ya sale con sus amigos y llega tarde. Lo que sí se puede hacer es modificar las normas y establecer unos mínimos para lograr la convivencia en casa. El paso indicado es convocar una reunión familiar y discutir cuáles son los nuevos horarios de llegada a casa, el uso del celular, los horarios de comida todos juntos en familia (al menos una al día), el tiempo para las tareas del colegio y el tiempo para Internet, etc.

Si en la reunión familiar, el adolescente interviene, da su opinión y participa en la toma de decisiones, seguramente será mucho más fácil que cumpla las normas y que no tenga argumentos para decir que todo se lo están imponiendo. Si él ve que usted, como padre o madre, está dispuesto a ceder en algunas concesiones, entonces él también tendrá que poner de su parte para respetar las normas de la casa y la autoridad de los adultos.

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