Tu vida puede cambiar de rumbo, como el Río Misisipi
Estoy segura que te dices y sabes de sobra qué cosas necesitas cambiar en tu vida, pero la pregunta es ¿cómo lo hago?
¿Alguna vez te has imaginado que un río pueda cambiar el sentido de su flujo? Yo creí que esto era imposible… Sin embargo, ¿sabías que en 1811 el río Misisipi cambió su flujo y empezó a correr hacia atrás?
Cuando me di cuenta, pensé: si esto fue posible, ¿por qué nos cuesta a nosotros cambiar algo? ¿Y sobre todo, dejar hábitos?
Estamos aferrados a los hábitos, a las mismas maneras de pensar, a los mismos comportamientos… Mientras sigamos dando por ciertas aquellas frases que nos repetimos constantemente, seguro nuestro río interior seguirá fluyendo de la misma manera.
A ver si te suenan conocidas:
- "Yo soy así"
- "Yo no me dejo de nadie"
- "No me puedo equivocar"
- "Yo nunca pierdo"
- "No se puede confiar en nadie"
- "Soy un desastre"
- "A mí siempre me toca el camino más difícil"
- "No soy capaz"
- "Algo estoy pagando"
- "Por qué a mí"
Y muchas más que nos repetimos constantemente. Entre más presentes estén, más tratamos de validarlas y defenderlas frente a los demás. O no te ha pasado que dices ser poco cariñoso y cuando de pronto sale un esbozo de ternura te frenas diciéndote: ¿Qué pasa? ¡Yo no soy así! Y retornas a aquello que dices "ser".
Y si seguimos viendo la vida con este filtro, pues difícilmente llegarán los cambios.
Recuerda que lo que no está en tu mente, no existe. Pero si te acostumbras a "rumiar" lo mismo, pues eso es lo que vas a sentir de tu realidad.
Escucho en las sesiones con mis clientes que me dicen: es que yo no quiero ser más "así", ya sea tímido, callado, malgeniado, temeroso, prepotente, etc. Pues, déjame decirte que es importante que diferenciemos que "tú no eres así" sino que tú piensas que eres así.
A lo largo de la vida tomamos decisiones y aprendemos a vernos de cierta manera, en su momento puede que funcione, pero con el paso del tiempo se van quedando como programas obsoletos, que ya no son funcionales para la realidad actual que estás viviendo. Y esto genera cansancio, agotamiento y por supuesto sufrimiento.
Por eso, si me lo permites, aquí va la primera tarea:
- Observa tu pensamiento: El pensamiento es un flujo constante de ideas, reconoce cuáles son aquellas de recriminación, culpa, desmotivación. No luches contra ellas, solo míralas como un espectador.
- Bendice tu emoción: Las emociones son una real bendición. Son indicadores de lo que está pasando en nuestra mente. Hace poco una cajera del banco me contestaba de forma displicente (a mi parecer), diciéndome que debía seguir atendiendo a las personas de la fila, cuando yo solo llevaba un minuto con ella y no respondía a una pregunta que le hacía. Realmente sentí enojo, y se disparó mi pensamiento: ¡cuánto dinero no me quita el banco y ahora ni siquiera pueden poner una persona amable que resuelva mis dudas! Bueno, me detuve y pensé qué es lo que este enojo me está enseñando y créeme que recibí un mensaje importante sobre mí, sobre lo que aún me creo que es necesario que exista en mi vida, en las personas con las que me relaciono. Bahhh solo son expectativas. Y tan solo con ubicarme en un lugar diferente, mi emoción fue mucho menor hasta que se desvaneció. Pero para ejemplificarte, cómo nos abanderamos de nuestros pensamientos y los defendemos, yo puse cara de brava, le respondí y me fui. ;)
- Celebra y disfruta tu esencia: ¿A quién tratas de parecerte? No es necesario que pases copiando la vida de otros. Hace poco sentía una perfecta comunión con lo que había a mi alrededor. Tal vez en un momento de silencio y plena armonía con la naturaleza sentía como todo cuenta con una perfecta sintonía, incluyendo mi presencia, y pensaba si estuviera otra persona en mi lugar, el momento podía ser diferente, pero no menos o más valioso, simplemente diferente. Entonces que te hace pensar que eres menos valioso o importante que los demás. En ese sentido te quedas luchando, tratando de parecerte a otro que no eres tú. El mundo no requiere los mismos modelos de personas, acéptate y te darás cuenta que cuando te expresas desde tu ser, simplemente conectas con cada momento, con cada situación desde el disfrute del instante y con toda tu presencia, por ello no necesitas impresionar a nada ni a nadie. Tan solo ser tú y celebrar.
Ahora... Dale la bienvenida a los cambios: El cambio no llega porque te esfuerces comportarte de cierta manera. O porque trates de sentir diferente. El cambio llega cuando sueltas tus viejos aprendizajes, tus pensamientos repensados y te permites crearte y recrearte cada instante.
Entonces, así como el río Misisipi, logras lo inimaginable.
Recuerda que cuando desees puedes contactarme.
Marie Isabel Pantoja Aguilera
Psicóloga, Coach y Consultora en Gestión Humana.
Las informaciones publicadas por Psicologos.com.co no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologos.com.co no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
¿Quieres seguir leyendo?
¡Muy fácil! Accede gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.
Al continuar con Google, aceptas nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos
Ya tengo una cuenta. Iniciar sesión.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
Muy interesante y se pone en práctica debe funcionar
Gracias, creo que todos deberíamos tener un espacio para esta lectura. Gracias por que me ha servido leer su artículo y me gustaría complementarlo.
Muy interesante, voy a ponerlo en práctica.