​Suelta el pasado, ¡lo mejor está por venir!

Tanto las cosas buenas como las malas son pasajeras. Si hay algo constante en la vida es que todo cambia, y por eso vivir en el pasado es una de las raíces principales de muchos de nuestros conflictos emocionales y psicológicos.

Si tienes los ojos en el pasado es muy difícil que tengas la oportunidad de pensar en el futuro o incluso disfrutar el presente. Para estar listos para lo que traerá el nuevo año llegó el momento de aligerar las cargas y soltar lo que no te ayuda para nada.

La causa de muchos dolores

Depresión, angustia, culpabilidad y remordimiento son algunas de las cosas que puedes estar experimentando al no soltar el pasado. Uno de los primeros consejos que recibirás de parte de un psicólogo experto en trastornos psicológicos, será que dejes atrás el pasado a través del perdón y la aceptación.

Madurar está ligado estrechamente al proceso de seguir adelante. Ver las cosas con madurez nos permite entender que hay circunstancias del pasado que no podemos cambiar y que lo mejor que podemos hacer es aceptarlo para evitar quedarnos estancados en ese dolor del ayer.

Síntomas para identificar una depresión

Es verdad, no es sencillo aceptar que la persona que no valoramos ya no va a volver, que la oportunidad de trabajo que rechazaste ya pasó, o que no dijiste 'a tiempo' lo que sentías, pero el punto es que todo eso es inmodificable.

"Mientras sigamos estancados internamente, nuestra vida lo estará externamente. (...) Da lo mismo si el problema ocurrió hace décadas, el reto consiste en afrontarlo y resolverlo ahora, para que en las décadas que nos quedan por delante nos hayamos liberado de la trampa de volver siempre a repetir los mismos desastres del pasado" - Marianne Williamson, autora, líder y profesora universitaria.

Regálate perdón

Muy lejos de ser una señal de debilidad, perdonar es un acto con el que te liberas. Hay personas que dicen que no perdonan porque quien los ofendió no lo merece y puede que sea así, pero perdonar es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos para caminar hacia adelante sin que los ecos del pasado sean los que nos muevan en la vida.

• Reconocer: El orgullo puede evitar que reconozcamos que fuimos heridos pero expresarlo abiertamente es liberador y primordial dentro del proceso terapéutico.
• Decidir: Quien ha sido ofendido decide perdonar sin que con ello esté excusando a su victimario. No se trata de darle libertades al otro para que siga portándose mal contigo, sino salir del deseo de venganza y tomar la distancia, si es necesario, para que las circunstancias en las que te agredieron no se vuelvan a repetir.
• Aceptación: Aunque lo mencionamos antes, la aceptación aquí se refiere a que está bien y es completamente natural que enfrentes emociones como la rabia y el dolor. Lo importante es saberlo para hacer algo al respecto.
• Autoprotección: Al analizar lo que nos hizo daño podemos determinar qué situaciones debemos evitar o por ejemplo si estamos envueltos en una espiral de relaciones tóxicas.

"El proceso de perdón no implica el abandono de la búsqueda de la justicia ni de dejar de defender tus derechos, solamente se trata de no buscar en ello un desahogo emocional, que implique que la búsqueda de la justicia se convierta en el centro de tus acciones y que dificulte tu avance en otros de tus intereses, objetivos y valores"- José Antonio García Higuera, psicólogo cognitivo conductual .

No le temas al pasado

El pasado no es un juez, ni un monstruo, no hay por qué sentir miedo de esas facturas que nos cobra la vida pues al fin y al cabo las experiencia bien aprovechadas se convierten en lecciones, y las personas que somos hoy son seres diferentes a los que fuimos al equivocarnos.

"El que teme sufrir ya sufre el temor" - Proverbio chino

Nada nos garantiza no volvernos a equivocar pero asumir riesgos es necesario para avanzar hacia algún lado y además no morirnos de aburrimiento... Empezar a valorar el presente tiene que ver con entender que en el 'hoy' está todo lo que podemos cambiar. Asesórate de un profesional en crecimiento personal para iniciar este camino.

Empezar a valorar el presente tiene que ver con entender que en el 'hoy' está todo lo que podemos cambiar

Manos a la obra

Después de haber entendido que el pasado es algo así como una película, el presente está en tus manos y el futuro es una consecuencia, podemos resumir en tres pasos lo que necesitamos para aprender a soltar:

1. Considerar el pasado como un referente y no como lo que nos define. Lo que pasó no determina quién eres ni lo que puedes llegar a ser.
2. Aceptar que el pasado ya no existe y que aferrarnos a él solo nos hace daño.
3. Dimensionar las cosas como son. Al pasado lo podemos usar como trampolín o salón de clases lleno de lecciones, pero no por eso tenemos que vivir entre sus dramas toda la vida.

"Desprenderse de una fuente de apego duele porque el organismo está habituado y ha creado un condicionamiento, pero es un dolor curativo". -Walter Riso.

Piensa que no cargar con el ayer es semejante a hacerle espacio a lo nuevo. Tal como desechamos la ropa que ya no nos sirve y le abrimos campo a una que sí nos encanta y ajusta, soltar el pasado es creer en que vamos a crecer y que sí, en definitiva: Los mejores días están por venir.

Las informaciones publicadas por Psicologos.com.co no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologos.com.co no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.