Ir de compra satisface nuestros deseos, pero no nuestras necesidades

¿Sabés porqué amamos tanto las compras y cómo funciona tu cerebro cuando compramos? Descubre lo que pasa en tu cabeza cada vez que te das un gusto.

29 DIC 2018 · Lectura: min.
El resultado que tiene la compra en nosotros depende de la capacidad que tenga de producir cambios emocionales en nosotros.

Comprar nos encanta. El olor a nuevo, la novedad y el sentimiento de poder al adquirir algo que queríamos. Sin embargo, ¿sabemos cómo funcionan nuestros cerebros cuando queremos comprar algo o conocemos las implicaciones psicológicas que hay detrás? 

No tiene nada de malo querer darnos algunos gustos pero en épocas especiales como la navidad, las vacaciones y los cumpleaños, la idea de comprar se incrementa considerablemente. ¿Has llegado a sentirte ansioso si en navidad no tienes ropa para estrenar? ¿tu alegría se centra en los regalos?... Muchos dirían que no, pero tras una breve reflexión se sorprenderían al descubrir que las compras son importantes protagonistas en sus alegrías. 

 Lo que es claro es que en muchos casos las compras satisfacen nuestros deseos, pero no nuestras necesidades, tal como lo explican los especialistas:

Depende de la motivación

La verdad que debemos conocer subyace en la denominada pirámide de Maslow, llamada así por el psicólogo norteamericano y fundador de la corriente psicológica humanista, Abraham Maslow. En 1943 se encargó de jerarquizó las necesidades de los seres humanos en una teoría que realizó sobre la motivación humana.

“La base está formada por las necesidades básicas: dormir, tomar agua, comer, cubrirnos del frío. Una vez que tenemos satisfechas estas necesidades podemos pasar a otras: seguridad de pertenencia a otros grupos, de reconocimiento, de autorrealización. En la teoría de Maslow casi nadie llega a satisfacer las necesidades de autorrealización. Cuando compramos nos decimos que estamos satisfaciendo necesidades, pero la mayor parte de las veces compramos deseos. La diferencia con el deseo es que los deseos surgen a partir de nuestra socialización. Nos influye el grupo al que pertenecemos, la mercadotecnia, las aspiraciones”, aseguró Adriana Domínguez, psicoterapeuta Humanista-Gestalt y Docente del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt de México.

Para Domínguez, los deseos se caracterizan más por su función motivacional, pero no tanto por satisfacer nuestras necesidades y agregó que comprar genera placer en las personas, en tanto se obtiene algo que generalmente se desea. “Por ejemplo, si tengo una carencia afectiva, comprar un objeto con el que represento el apapacho y satisface al menos momentáneamente mi necesidad de afecto. De momento puede ayudar, aunque lo ideal es atender esas carencias. ¿Qué sería lo ideal? Que la gente resolviera terapéuticamente las carencias de seguridad y de autoestima, las que corresponden al segundo nivel de la pirámide, para no poner la resolución en objetos”, aseguró.

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A su vez el psicólogo José Antonio Tamayo señaló que en el resultado que tiene la compra en nosotros depende de la capacidad que tenga de producir cambios emocionales en nosotros.

“A nivel neurobiológico, se ha identificado el circuito córtico-meso-límbico (que incluiría el área tegmento ventral y el núcleo accumbens, situadas en la parte media del interior del cerebro) como la vía cerebral implicado en el efecto reforzante de hábitos y comportamientos que resultan placenteros. En este circuito tiene un papel determinante el neurotransmisor dopamina (sustancia química que transmite información entre neuronas). Se trata, pues, del sistema natural de recompensa del ser humano y otros vertebrados que hace que nos satisfagan las cosas que nos gustan, valga la redundancia”, aclaró.

Tamayo señala que ir de compras puede ser recomendado en algunos pacientes que atienden a consulta psicológica, especialmente a aquellos que pueden beneficiarse de un aumento o una diversificación en sus actividades cotidianas.

“Tal puede ser el caso, por ejemplo, de un paciente depresivo que apenas sale de casa y al que antes le gustaba salir de compras o ver tiendas. O en un paciente con fobia social al que le cueste mucho hablar con desconocidos, preguntar o pedir algo. También al paciente tratado por un problema de compras compulsivas se le puede solicitar al final de su terapia que se exponga a salir de tiendas sin comprar nada (o comprando solo lo que había previsto). En fin, se trataría de una actividad que ofrece utilidades en el marco del programa de tratamiento psicológico de algunos pacientes”.

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Los diferentes tipos de compra

Los psicólogos han identificado varios procesos, o motivaciones de compra, además de diversos tipos de compra, de acuerdo con cómo nos relacionamos con ellos. En cuanto a la motivación, se han establecido dos tipos de compra.

  • Las operativas, cuando compramos cosas por necesidades básicas y comunes.
  • Las auxiliares que tienen más un carácter social y están más influenciadas por los demás.

Así mismo, es posible decir que las compras suelen ser racionales o irracionales:

  1. Las compras racionales, son planificadas y están basadas en la racionalización de un deseo. Puede ser la compra de un teléfono celular cuando se te ha dañado el que tenías, un computador portátil para el trabajo o zapatillas deportivas para el gimnasio.
  2. Las compras irracionales, por otra parte, son impulsivas y casi siempre son de productos que deseamos más no necesitamos. Son productos que, muchas veces, vemos y resultan baratos, por lo que no lo pensamos mucho a la hora de comprarlos, son productos de baja implicación y riesgo económico, por lo que no nos afecta gastar un poco de dinero en ellos. Un ejemplo de estos son los dulces, ubicados estratégicamente junto a las cajas registradoras de los supermercados.

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¿Has pensando en qué tanto de tus compras son realmente necesarias? Aparentemente todo se trata de buscar equilibrio y aprender a reconocer cuando nos estamos excediendo.

Compras compulsivas

Cuando perdemos la valoración y el riesgo que implica una compra, se habla de una compra compulsiva. La compra puede hacerse de manera consciente, pero sin saber siquiera qué se va a comprar. Entre las características de una compra compulsiva se encuentran: 

  • Inclinación urgente o inevitable hacia la compra.
  • Existe un sentimiento de pérdida de control personal.
  • Conlleva a un desequilibrio del presupuesto personal y/o familiar.
  • Sentimiento de culpa tras la compra.
  • Antes de la compra no existe sentimiento de culpa.
  • La tensión se alivia comprando, que no con la compra.
  • Se le da más importancia al acto de la compra que al bien que se posee después.
  • La compra conlleva conductas patológicas, como desatención familiar o problemas intepersonales, entre otros.

No te preocupes si sientes que tienes algún problema con las compras o algún tipo de adicción similar, o te preocupa el comportamiento de alguien cercano a ti, lo importante es tomar cartas en el asunto pues siempre hay ayuda disponible para superar estos inconvenientes. Te recomendamos revisar nuestra lista de psicólogos que estarán dispuestos a ayudarte en cualquiera que sea tu situación.  

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