La ira se puede gestionar para evitar la agresividad

Como cualquier emoción, la ira se puede aprender a gestionar. No hace falta agredirse a sí mismo o a los demás para expresar la frustración o el descontento con una situación.

3 ABR 2017 · Lectura: min.
Los sentimientos enriquecen la vida y le dan matices pero si no sabemos expresarlos traen confusión y frustración. Canalizar lo que se siente sin hacerse daño o hacérselo a otros, es cuestión de equilibrio entre la razón y los sentimientos.

La ira es una emoción tan natural como la tristeza o la envidia, pero dejarse llevar por ella puede conducir a la agresividad y, en muchos casos, la agresividad es síntoma de una falta de gestión de las emociones.

Mediante diversas psicoterapias es posible canalizar y gestionar de forma eficiente los sentimientos negativos y desarrollar la llamada inteligencia emocional.

"Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad", afirma Daniel Goleman, psicólogo norteamericano pionero en el tema.

Aplicación de la inteligencia emocional

Luego de acuñar el término "Inteligencia Emocional" en los años 90, su aplicación ha circulado ampliamente en las esferas laborales donde las empresas han entendido que se necesita saber manejar las emociones para ser realmente productivos. El docente y psicólogo, Jaime De la Torre comenta por ejemplo que "hay una mayor capacidad para conducirse al relacionarse con los demás, entre más capacidad tienes de reconocer tus emociones y de manejarlas y controlarlas, y de reconocer las emociones de los demás, tienes mejores oportunidades para relacionarte bien y actuar con efectividad". Pero el término no se queda allí.

Cada decisión de la vida diaria lleva por lo menos una pizca de este tipo de inteligencia: lo que decidimos comer, la pareja que tenemos y las actividades que desarrollamos, todas son decisiones que llevan emociones de por medio.

"Lo importante de las emociones es  ¿Qué hacemos con ellas? ¿Cómo las podemos manejar? Pues siempre se van a manifestar de una manera u otra según el evento y si éste ya fue superado o no. Estas emociones negativas obstaculizan las buenas relaciones en diferentes contextos, según el rol que desempeñemos. Y si no hemos superado  todo aquello que nos molesta, seguirán resurgiendo en diferentes momentos", explica la psicóloga Sandra E. López, de Terapias de Sanidad Interior. 

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¿Agresividad o frustración?

Al no poseer estas destrezas la sensación de impotencia en temas como el manejo de la presión genera problemas preocupantes. Los sentimientos enriquecen la vida y le dan matices pero si no sabemos expresarlos traen confusión y frustración. Canalizar lo que se siente sin hacerse daño o hacérselo a otros, es cuestión de equilibrio entre la razón y los sentimientos.

Para mejorar las relaciones se deben mejorar las reacciones. No hay que esperar que los problemas escalen para buscar un acompañamiento que permita una sana comunicación de lo que se está sintiendo.

  • Expresa lo que sientes con palabras. Grita si hace falta, pero no te hagas daño a ti mismo ni a los demás.
  • Si es un mal momento para desfogar tu ira, aléjate y tranquílizate.
  • Piensa qué es lo que te enfada: canaliza tu energía en solucionarlo.
  • Escucha otros puntos de vista.
  • Si definitivamente hay una persona tóxica en tu entorno o una situación que siempre te altera, aléjate.

Cuando el 'mal genio' es incontrolable, las emociones se nos salen de las manos y sentimos que perdimos el control, es hora de buscar ayuda profesional. Una persona con problemas en el desarrollo de su inteligencia emocional tiene dificultes para calmarse cuando siente emociones fuertes como la ira, es muy sensible a lo que sucede cotidianamente y a lo que los demás hacen o dicen, y se molesta cuando no tiene el control de una situación.

"Es recomendable cambiar de entorno o contextos, emplear estrategias para despejar la mente, calmar los pensamientos, emplear frases  y visualización positiva,  acordarse de sucesos que lo hagan reír, o le generen felicidad,el meditar ayuda, como los ejercicios de respiración, etc.", indica la psicóloga Sandra E. López, de Terapias de Sanidad Interior. 

Generalmente al entrar a la terapia este tipo de individuos se da cuenta que han sido muy exigentes y quizás inflexibles consigo mismo y con los demás. Al llevar una vida llena de reglas rigurosas en donde cualquier cambio e imprevisto es un problema, se han convertido en bombas de tiempo que tienden a explotar.

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Revisado: Sandra E. López

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