El juego de la ballena azul, una invitación al suicidio

La llegada del juego de la 'ballena azul' a Colombia ya ha empezado a cobrar víctimas. Según la Dijín van más de 3.200 ingresos verificados a la plataforma de este juego virtual; así como tres casos de suicidios juveniles: uno en Bogotá, otro en el Valle del Cauca y uno más en Norte de Santander.

El juego, denominado también el reto, nació en Rusia en el 2015 y desde entonces se le atribuyen más de 130 suicidios a nivel mundial. A Latinoamérica llegó en los últimos meses con casos en México, Brasil y Chile, además de Colombia.

¿En qué consiste?

Luego de ser contactado a través de las redes sociales, el jugador debe realizar diferentes tareas-retos durante 50 días. Estas actividades pueden pasar fácilmentedesapercibidas a la mirada de adultos como los papás o los profesores en el colegio, hasta cuando llegan a la final: el suicidio.

Estas asignaciones por lo general son guiadas por un 'administrador' o 'curador' del juego que le habla al adolescente a través de grupos cerrados creados en redes sociales como Facebook o Twitter. Este uso indebido del Internet, por parte de quienes dirigen, es catalogado por los expertos como una actitud patológica para demostrar que tienen control sobre otras personas o simplemente, ganar admiración y reconocimiento a través de las redes sociales.

Según el general Jorge Luis Vargas, director de la Dijín, el juego de la ballena azul está orientado a personas entre 8 y 17 años:

"En la mayoría de casos escogen a adolescentes callados, con problemas con las familias, introvertidos o con alguna enfermedad. Las amenazas se han producido en pocos casos. Es más la inducción a hacerse daño lo que manipula a los menores".

¿Por qué lo hacen?

Resulta imposible determinar una sola razón que abarque a todos los involucrados. Si conocemos o sospechamos de alguien sumergido en este tipo de prácticas es indispensable acudir a psicólogos y terapeutas expertos que ayuden a detectar la motivación del adolescente para involucrarse en este peligroso juego.

En tiempos en que la depresión es una enfermedad visible en niños y adolescentes, y el aislamiento y la falta de comunicación en la familia son problemas comunes, cualquiera puede estar viviendo una lucha interna y encontrar en las redes sociales, específicamente en grupos como estos, un lugar donde aventurarse y expresarse.

"Desde el punto de vista de la salud pública, la emergencia de las conductas de riesgo es un fenómeno moderno. (…) En el mundo contemporáneo, cada uno está librado a sí mismo: hay que inventar el propio camino y decidir permanentemente nuestros valores. La individuación de la juventud se traduce, para muchos de ellos, en el acercamiento al riesgo"- David Le Breton, antropólogo

Sentirse parte de algo, encontrarle sentido a la vida o ponerle algo de emoción sin pensar en las consecuencias, resume una parte de lo que muchos adolescentes desean y necesitan. Pero el juego no es más que una trampa; se presume que incluso fue bautizado como la 'ballena azul' para referirse a las ballenas encalladas en la playa... ¿y qué ser puede resultar más inmóvil, dócil y vulnerable que un mamífero en estas circunstancias?

Claramente estos grupos se aprovechan de la vulnerabilidad y por eso el llamado frente al tema es para los adultos que rodean a estos jóvenes. Tal como afirma Cristina Plazas, directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), "los menores de 14 años no tienen las herramientas para reconocer los peligros que hay en la red".

¿Qué debemos hacer?

Algunos de los retos del juego deben realizarse a las 4:20 de la mañana y las condiciones son compartidas por los administradores mediante correos electrónicos o invitaciones de WhatsApp, entre otros medios, por eso puede ser difícil que los papás noten comportamientos extraños a primera vista. Si en casa no existe confianza para hablar o las relaciones están en problemas, no hay que esperar eventos lamentables sino acudir a terapia familiar y al diálogo, para reconstruir el muro que rodea y mantiene a salvo a los más pequeños.

Aunque en principio los retos parezcan inocentes, como por ejemplo no hablar durante un día entero, el tono de las tareas va subiendo hasta el final, cuando la invitación es directamente al suicidio. Algunos consejos de los expertos que podemos considerar frente a este problema son:

1. Verificar en qué grupos están vinculados nuestros niños, en cualquiera de las redes sociales en las que esté presente.
2. Asegurarse de que no usen aparatos electrónicos hasta altas horas de la noche o que se levanten con regularidad y sin razón aparente en la madrugada.
3. Prohibir los encuentros con extraños o en sitios desconocidos a los que hayan sido invitados a realizar competencias que le parezcan inusuales.
4. Estar atentos si inician maratones de películas de terror o de videojuegos que inciten comportamientos distintos a los cotidianos.
5. Revisar, respetuosamente, las partes del cuerpo cubiertas en donde se crea que puedan tener autoflagelaciones con símbolos como una "ballena" u otros códigos.
6. Explicarles que no se debe publicar información privada a través de las redes sociales y que tampoco deben confiar en invitaciones de extraños aunque parezcan agradables.

No se trata de desconfiar de los niños y adolescentes sino de entender su vulnerabilidad para protegerlos. Quienes están detrás de juegos como la "ballena azul" no lo hacen con ingenuidad, por el contrario son personas con amplios conocimientos en sistemas y en ingeniería social, hábiles para manipular a sus víctimas, atemorizarlas con amenazas como que van a usar información personal que hayan publicado, amedrentarlas diciéndoles que es imposible salir del juego o incluso intentar acorralarlas diciéndoles que los encontrarán para terminar lo que han empezado. Tenga cuidado, es mejor prestar atención.

¿Por qué somos tan agresivos en las redes sociales?

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