Padres con autoridad

Los niños son seres nacientes en todo sentido: biológicamente en crecimiento, intelectualmente en desarrollo, socialmente en formación como sujeto de derechos y sujeto Psíquico, es decir con un fuero de personalidad, con un YO, un ser integral que ha de configurar una identidad, un rol, una función, y un sentido para su existencia.

En edades tempranas, antes de los cuatro años, nos dice el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, que los niños son perversos polimorfos. En el buen sentido del término, significa que son seres llenos de muchas posibilidades diversas, de impulsos, deseos, fantasías, y creencias infantiles imaginarias sin límites lógicos, por lo cual no conocen de normas ni protocolos sociales. Para ellos todo está por aprender, lo que los hace vulnerables al engaño, pero también facilita el moldeamiento de los padres o cuidadores con todo el bagaje cultural de su lugar de nacimiento.

La tarea de criar no es fácil para ningún padre de familia, menos cuando no existen manuales de crianza. La mayoría hace lo que le fue enseñado en su propia infancia, sin suficiente filtro para determinar si es lo apropiado o no.

Desde el punto de vista psicológico, es importante proveer a los niños factores de estabilidad emocional a partir del afecto mimoso, la información suficiente, y la tensión de una autoridad que controle los impulsos ilimitados que ellos traen en su conducta natural infantil. El amor, que se expresa en cuidados específicos, la inclusión afectiva de protección, y el afecto lúdico, son factores fundamentales para el desarrollo normal del la primera infancia, y esta a su vez es la base para el desarrollo de la segunda infancia que se extiende hasta la pubertad.

La autoridad es una variable de relación jerárquica vertical de padres a hijos, mediante la cual, desde muy temprana edad, los niños comprenden los límites sociales de sus impulsos y deseos infantiles. Por lo tanto es un deber civil y de control moral que los padres ejerzan la tensión moderada de su autoridad con los hijos porque es factor de estabilidad y equilibrio en la socialización incluyente de los menores. En caso contrario, los niños pueden crecer sin normas ni límites claros que muy pronto los pondrá en dificultades de relación en sus distintos entornos.

El ejercicio de la autoridad por parte de los padres exige además claridad verbal, consistencia en el tiempo, y carácter para sostener la palabra formadora. El carácter firme y consistente de los papás también es amor, porque forma a los hijos en conceptos claros a lo largo de las experiencias a manera de procesos de enseñanza aprendizaje en medio de la convivencia familiar. La claridad propone las normas; La consistencia garantiza que no haya contradicción entre tutores que aveces se oponen; y el carácter representa la Ley que hace cumplir lo dicho. Por consiguiente, los padres de familia también deben tener claridad de propósito de crianza y equilibrio emocional para brindar apropiada formación a sus hijos. de ahí el verso: "hijo de tigre sale pintado" porque los niños siempre van a reflejar conciente e inconcientemente, el modelo psicológico de sus padres y tutores.

La experiencia clínica ha demostrado que los errores de crianza traen muchos problemas de conducta en el futuro de cada persona, incluyendo traumas, complejos o problemas que afectan la autoestima y el normal desarrollo de una vida plena. La autoridad equilibrada provee estabilidad y bienestar psicológico y en ello debe invertirse recursos en pro de familias saludables.

Carlos Alberto Segura Montenegro.

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