​Cáncer infantil: técnicas psicológicas para tratar al niño y a sus familiares

Psicológicamente es indispensable tomar medidas para asegurar la mejor calidad de vida del enfermo y equipar con las herramientas adecuadas a la familia que inicia la guerra contra el cáncer

13 FEB 2018 · Lectura: min.
​Cáncer infantil: técnicas psicológicas para tratar al niño y a sus familiares

Pensar en el cáncer no es algo agradable y mucho menos cuando se relaciona a los más pequeños. Sobran razones para entender por qué esta es una de las enfermedades más temidas en la sociedad.

La idea de que el cáncer infantil es curable da esperanza en medio de una situación que hiere profundamente el corazón de todos los que le rodean, sin embargo, el acompañamiento terapéutico al niño y a su familia son tan fundamentales como el tratamiento farmacéutico.

¿Decir o no decir la verdad?

Algunos padres cuando se enteran del diagnóstico optan por callar y no decirle nada al niño. El consejo de los médicos suele ser explicarle al niño la verdad y recordar que los pequeños no tienen la misma connotación negativa que los adultos tenemos acerca del cáncer. Es una decisión muy personal que debe tomarse en familia, sin embargo, los niños suelen sorprender a los adultos con su optimismo y visión de la vida.

"Cáncer suele ser una palabra que para los niños no tiene una connotación tan negativa como para los adultos y estos tienen derecho a saber que lo que les pasa no es solo un simple resfriado" - Valeria Moriconi, psicóloga especializada en Psicooncología y psicoterapia Gestalt, en entrevista para el diario El País de España.

Por lo general los médicos apelan a los sinónimos para no abusar de la palabra cáncer, así hacen más sencilla la información para que el niño pueda entender lo que le ocurre. Ha habido casos como el de un pequeño al que se le explicó que tenía un tumor en su cabeza, y que se convenció de un bicho había armado un nido en su interior y que ahora estaban tratando de sacárselo.

Trabajar a través del juego, los dibujos, la relajación y las visualizaciones son los métodos terapéuticos más adecuados con los más niños, con los adolescentes la opción es hablar, pero es necesario considerar que no hay filtro en las conversaciones con los niños y por eso la parte más compleja de la comunicación en medio del tratamiento es con los papás.

Aprender a lidiar con la frustración en la infancia

El diagnóstico para la familia

Usualmente la familia requiere una reestructuración para ajustarse a esta realidad. Esto quiere decir que 'roles' como el de cuidador principal y el encargado de los asuntos financieros, suelen repartirse con mayor claridad en pro del bienestar del menor.

Lo ideal es crear un entorno sólido que ayude tanto al niño como a la familia para enfrentar esta batalla. Para lograrlo hay que cerrar los asuntos pendientes como los rencores, atender a la necesidad de pedir perdón y aprender a decir cuantas veces sea necesario: 'te quiero'.

A pesar de estas sanas medidas, en algún momento la sensación de no tener el control puede vivirse porque solo los médicos pueden ocuparse en atacar la enfermedad directamente. Por eso se recomienda en lo posible acudir a terapia familiar o contar con un terapeuta que les apoye, para reajustarse sin dejar relegados a otros de los hijos o miembros de la familia al enfocar toda la atención en el paciente.

Acompañamiento frente al dolor físico

Indudablemente el dolor es una de las razones que más causan sufrimiento y deterioran la calidad de vida de quien sufre de cualquier tipo de cáncer. Para los niños el dolor es la peor parte de la enfermedad, pues deben vivirlo desde las pruebas que llevan al diagnóstico hasta los tratamientos médicos que se usan para vencer a la enfermedad.

El pequeño puede pasar por punciones lumbares, aspiración de la médula ósea y continuas visitas al hospital, pero hasta en casa puede requerir cuidados especiales que probablemente le generen una gran ansiedad.

Ante el dolor se han implementado terapias farmacológicas y también terapias psicológicas sencillas que ayudan a manejarlo. Entre las que se destacan están las técnicas de visualización, la distracción, y las técnicas de relajación y respiración, que ayudan a disminuir la tensión muscular y la ansiedad que usualmente se asocia al dolor.

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Distraer al niño con un juguete o una actividad agradable -en medio de la dolorosa intervención- puede ayudarlo a centrar su atención en un tipo de estimulación positiva, reduciendo su malestar. Si el niño entiende un poco mejor la situación, también es posible ayudarle mediante terapias de visualización y respiración, para ello te aconsejamos acudir a un experto en psicología infantil para que te guíes, y por tu cuenta puedes apoyarlo reforzando las 'buenas' reacciones de dolor al alentarlo felicitándolo u ofreciéndole desde un gesto afectivo hasta un chocolate o algo que realmente disfrute.

Evitar las rabietas es una medida necesaria para evitar que el dolor empeore o que la experiencia sea más traumática.

Respire profundo y tome nota las pataletas infantiles sí se pueden controlar

Recuperación familiar

Luego de enfrentar un cáncer es común encontrarse con familias que no saben cómo seguir con sus vidas o cómo retomarlas. Claramente es diferente si hubo éxito o no, pero en ambos casos se aconseja asistir a terapia para reconstruir la vida y curar las duras cicatrices de la guerra que se acaba de atravesar.

"La psicooncología, (...) es una especialidad que abarca muchas cosas, lo fundamental es conseguir que el enfermo tenga la mejor calidad de vida posible, que la familia tenga herramientas para afrontarlo y que si ocurre lo peor, tengan los padres una red para apoyarse" – afirma Moriconi.

Aunque desde afuera se pueda pensar que todo es alegría cuando se obtiene un éxito, el sentimiento de aislamiento de los miembros de la familia puede afectarlos seriamente.

Acompañamiento psicológico para la familia de un enfermo

Abordar el cáncer infantil claramente es un asunto que involucra a toda la familia, pues no se trata solo de lidiar con síntomas desde la medicina tradicional, sino que se requiere armar todo un equipo multidisciplinario que rodee primero al niño y luego, a la familia.

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Escrito por

Revisado: Ana Saturia Franco

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