¿Debo quedarme o separarme de mi pareja?

Las crisis a lo largo de una relación de pareja hacen parte de la convivencia pero no todas deberían conducir a la separación. Seguir en pareja debe ser una decisión consciente.

24 ENE 2017 · Lectura: min.
Uno de los motivos por los que muchas mujeres y hombres se quedan en una relación que los lastima y que está lejos de aportar satisfacción y bienestar, es la dependencia emocional.

Mantener una relación de pareja debería suceder por los motivos correctos. Principalmente, por el amor y porque cada uno se siente bien, disfruta de la relación y tienen un proyecto común.

Por supuesto, la pareja siempre enfrentará conflictos y momentos de crisis que no deben constituirse en la causa de una separación. Sin embargo, en muchas ocasiones, el amor se termina en uno o en ambos miembros de la pareja y aun cuando se tiene claridad sobre la necesidad de separarse y de no compartir la misma visión de pareja, la relación se mantiene por motivos como el temor.

Temor a la soledad, al que dirán, a afrontar los cambios económicos que sobrevienen con la separación, a las presiones familiares y sociales, y por supuesto, cuando existen hijos, a su reacción y afectación. No obstante, por más válidos y sentidos que estos motivos parezcan, ninguno de ellos debería ser la razón que sostenga una relación de pareja, cuando ya no se aman en uno al otro y cuando hay condiciones que los afectan emocionalmente, al punto de vivir en malestar.

Uno de los motivos por los que muchas mujeres y hombres se quedan en una relación que los lastima y que está lejos de aportar satisfacción y bienestar, es la dependencia emocional que generalmente viene acompañada por el miedo a afrontar la soledad. En estos casos, es importante darse cuenta de lo que está en juego, porque aunque se evita al fantasma en el que se ha convertido la separación, puede producirse un daño emocional que afecta la confianza personal, la autoestima, y la pérdida de valor en otras áreas de la vida.

La dependencia emocional se puede tratar y curar

Por esto, es importante que a pesar de tener una relación de pareja estable y gratificante, cada quien conserve su individualidad, proyectos personales e intereses, ya que tras una pareja hay dos personas que deben sentirse bien consigo mismas. Esto no solo aporta al desarrollo emocional de cada uno, sino también al equilibrio de la pareja.

Entonces, cuando se está ante la probabilidad de una separación y aquello que no permite dar el paso, es la dependencia emocional, debe iniciarse un proceso interior en el que se recupere el interés por la propia persona y se reorienten sus proyectos, permitiéndose así, retomar las diferentes áreas de su vida para fortalecerlas. De cierto modo, implica retirar la energía depositada en la otra persona, para concentrarse en su desarrollo y crecimiento personal. Esto se traduce en el control que parecía haberse perdido.

En estos casos, una terapia de pareja es un recurso útil para la relación y para recuperar la confianza individual.

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