Amor y odio en una misma relación no es bueno para la salud
Esas relaciones en las que el amor y el odio se intercalan permanentemente son tan perniciosas que afectan la salud mental pero también la salud física.
Lo que parece una verdad irrefutable, sin necesidad de ser un científico, acaba de ser comprobado en laboratorio: las relaciones que se debaten entre el amor y el odio son dañinas, tanto para el bienestar emocional como para la salud física.
Un reciente estudio de la Universidad Brigham Young (BYU) de Utah, Estados Unidos concluye que las personas que viven una relación de amor/odio tienen una tensión arterial más alta que aquellas que se apoyan y no se la pasan peleando. El estudio, dirigido por la psicóloga, Wendy Birmingham, consistió en entrevistar y hacer análisis clínicos a varias parejas de casados que se podrían definir como 'frenemies' o 'amienemigos'. Pura pasión y rabia desbordadas en una misma relación que ellos defienden como estable, pero que realmente no es sana.
Los términos utilizados en la investigación fueron "relación de apoyo" o "relación de ambivalencia" y los entrevistados iban aportando conclusiones ante las entrevistas de los investigadores.
La investigación confirma que en una relación ambivalente, uno de los dos muestra menor responsabilidad ante la pareja y revela menos sus sentimientos y por tanto, la otra parte de la pareja se siente menos valorada y cuidada. Ese es el origen de muchas situaciones de "ambivalencia"; pero según la psicóloga Birmingham, si se detecta a tiempo el origen del problema, estas parejas pueden cambiar su conducta y comenzar a apoyarse más para generar una relación más sana, menos conflictiva.
Léase también: Identifica si estás viviendo una relación tóxica de pareja
Parejas disfuncionales
El término "pareja disfuncional" es el más utilizado en el ámbito psicológico para definir a estas parejas que se juegan su salud emocional y su presión arterial en años de relación. Según los psicólogos expertos en terapia de pareja, hay indicadores claros de que nos encontramos ante una relación disfuncional y si no hay voluntad de ambas partes por cambiar de actitud, es mejor replantearse esa relación que, a la larga, nos generará más conflicto y desasosiego.
Para saber si estás ante una relación disfuncional revisa si:
- Tu pareja te desprecia mediante comentarios ofensivos, sarcasmos e ironías.
- Continuamente te ridiculiza en público y no le da importancia a tu reacción al respecto (te dice que 'no es para tanto')
- Sientes que la comunicación es complicada, no hay espacio para expresar sentimientos o sólo se le da prioridad a los sentimientos de uno de los dos.
- El momento de las relaciones sexuales es el único en el que realmente hay conexión y plenitud; pero no hay nada más que los una.
- La actitud de Te quiero/Te odio permanentemente, como si fuera una montaña rusa, te desestabiliza y te está generando una baja autoestima que no contribuye en nada a tu salud emocional.
Las informaciones publicadas por Psicologos.com.co no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologos.com.co no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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Estaba realmente desconsolado.
Tres realidades negativas. "Odiarás a tu prójimo como a ti mismo", "Odiarás a tu prójimo como te amas a ti mismo" y "Amarás a tu prójimo como te odias a ti mismo".
Si tu marido todo lo que tiene en la cabeza es invención suya, hagas lo que hagas, expliques lo que expliques no sirve de nada, he intentado ayudarlo y encima me odia, tiene rabia hacia mí y al mismo tiempo me ama. No entiendo ese comportamiento. Es tóxico lo sé, pero quise ayudarlo y lo he empeorado más, si hablaba con algún amigo se lo ocultaba porque es celoso, hasta que me descubrió, pero realmente era amigo. El ya empezó a montarse historias y a raíz de ahí, una tras otra, no puedo hacer que cambie su manera de pensar sobre mí, me ha derrotado y encima yo lo amo de verdad, solo quise ayudarlo. Estoy desesperada.
Me pasa eso con mi terapeuta, así que según este artículo es momento de dejar de ir. No es que la quiera pero sí siento tolerancia y rechazo hacia ella en partes iguales.