¿Qué es una crisis existencial?
Una crisis existencial es un momento vital en el cual cuestionamos nuestro propósito en la Tierra. Comenzamos a preocuparnos por la finitud de la vida y lo que estamos haciendo o vamos a hacer con el tiempo que tenemos. Puede presentarse en diferentes momentos, aunque hay quienes no la experimentan.
Sucede que no logramos encontrar respuestas satisfactorias o inmediatas a múltiples cuestionamientos filosóficos, sin embargo, cuando encontramos resolución a la crisis se genera un cambio positivo que modifica la forma en la que vemos nuestra realidad.
Superar una crisis de estas no siempre es fácil y puede necesitarse de ayuda profesional. La terapia en estos casos permite ver desde otras perspectivas lo que estamos haciendo y definir nuevos objetivos.
¿Cuáles son las causas de una crisis existencial?
Es común que esto se presente cuando nos acercamos a una etapa nueva de la vida, por ejemplo, un cambio de década en un cumpleaños. Sin embargo, también puede presentarse con situaciones fortuitas como la muerte de una persona cercana o una adversidad laboral.
Generalmente surge cuando nos enfrentamos a un cambio o al paso del tiempo y no vemos con claridad cuál es el futuro que nos espera. Aclarar que no todas nuestras acciones tienen que ser trascendentales y que podemos cambiar de rumbo cuando lo sintamos pertinente, puede ayudar a relajar las tensiones para buscar caminos más claros que nos traigan la tranquilidad que necesitamos.
La inseguridad en nuestras capacidades y el temor a un futuro poco claro son dos causas importantes de las crisis existenciales, lo que puede solucionarse evidenciando que muchas personas pasan por lo mismo y que tenemos las herramientas para enfrentar lo desconocido, que muchas veces puede ser más agradable de lo que imaginamos.
¿Cuáles son los síntomas de una crisis existencial?
El miedo es el principal síntoma. Los pacientes que sufren de una crisis existencial temen que no tiene sentido continuar con la vida que han llevado hasta el momento o que los objetivos que se han planteado no son tan importantes como pensaban. Las causas pueden ser internas o externas.
La principal causa externa es el paso del tiempo y los interrogantes que este va despertando, cuando cambiamos de etapa vital es normal que veamos poco claro el futuro, pues es incierto para todos. Sin embargo, está permitido hacer planes y recomponerlos conforme nuestras circunstancias se aclaran.
Luego está la inseguridad, un fracaso importante o la simple duda de que tengamos las capacidades que se necesitan para lograr nuestros objetivos pone en cuestión si estos son los correctos para nosotros, por consiguiente, empezamos a buscar con desesperación otras opciones que tal vez no sean necesarias.
¿Cuáles son los tipos de crisis existenciales?
De acuerdo a las etapas de la vida hay diferentes tipos de crisis existenciales con resoluciones similares.
Algunas de ellas son:
La primera crisis aparece en la adolescencia, puede ser al término de la educación secundaria, cuando el individuo se pregunta por el paso a seguir: ¿A qué dedicaré el resto de mis días? ¿Será la decisión correcta la que estoy tomando? ¿Podré sobrellevar mayores responsabilidades? Una situación similar puede surgir cuando terminamos los estudios universitarios.
Conectados a los anteriores están los cuestionamientos que surgen cuando la realidad no cumple con nuestras expectativas. Por ejemplo, cuando nos enfrentamos a la primera oportunidad laboral y descubrimos que no es lo que esperábamos o que en realidad no queremos seguir en esa carrera. De nuevo surgen los interrogantes, pero es importante tratar de no tomar decisiones trascendentales aceleradamente, pues se puede tratar solo de una mala experiencia.
Luego, hay estudios que afirman que cuando nos acercamos a un cambio de década vital, es decir, los treinta, cuarenta, cincuenta y así sucesivamente, empezamos a cuestionar lo que estamos haciendo con nuestra vida y si las decisiones que hemos tomado han sido las correctas. Aquí solemos querer hacer cambios radicales, sin embargo, es importante conservar la perspectiva y tratar de ser pacientes. Dentro de estas crisis podemos ubicar las que se presentan a "la mitad de la vida", cuando sentimos que no hemos aprovechado el tiempo o que en la vejez no vamos a poder disfrutar de las cosas de la misma manera.
La muerte de alguien cercano también nos puede llenar de temor al vernos sin el apoyo de esa persona y nos puede hacer cuestionar nuestra propia finitud. Ver que nosotros podríamos estar cercanos a la muerte también hace cuestionar el valor de lo que hemos conseguido y el legado que estaremos dejando. Aquí es importante mantener las dimensiones y saber el verdadero valor de las cosas, es decir, estar conscientes de que el impacto que hemos hecho en el mundo es positivo así no sea grandilocuente.
¿Cuáles son las consecuencias de una crisis existencial?
Una crisis existencial mal manejada puede llevar a la depresión. La tristeza puede llegar a embargarnos hasta impedir que veamos la salida, esto no nos permitiría tomar las decisiones correctas para de hecho resolver la crisis.
La dificultad en la toma de las decisiones también es un factor que se ve afectado, tanto si tomamos las inadecuadas por el afán de sentirnos bien como si no logramos encontrar el siguiente paso y nos quedamos en un limbo sin resolución. En ambos casos tendremos que lidiar con las consecuencias de nuestro accionar intempestivo o de nuestra pasividad.
El cambio vital que surge de la crisis puede ser una consecuencia positiva. Encontrar nuevas oportunidades o caminos puede ser interesante y alimenta nuestra experiencia en la Tierra. Si reflexionamos con sabiduría, tal vez encontremos nuestra verdadera vocación o una labor que llene más nuestra existencia.
¿Cómo ayudar a una persona que está viviendo una crisis existencial?
Una ayuda importante puede ser hablar desde la experiencia. Si hemos enfrentado nuestras propias crisis y hemos logrado salir airosos, podemos compartir con el otro lo vivido, cómo lo sorteamos y las lecciones que aprendimos. Si no ha sido nuestro caso, podemos buscar ejemplos en casos conocidos.
Otra estrategia es tratar de que la persona reste importancia a las cuestiones que lo inquietan, mostrar que siempre podrá cambiar de opinión y que si llega a tomar decisiones equivocadas, hay formas de darles la vuelta. Eso restará tensión y le ayudará a pensar con tranquilidad.
El acompañamiento durante una crisis existencial puede ser de gran importancia, pues la persona que la sufre puede sentirse solo y desamparado al no encontrar las respuestas que busca. Es necesario hacerle ver que se trata de un proceso y que aparecerán con el tiempo.
La espiritualidad también puede ser una ayuda, no se trata necesariamente de recurrir a la religión, sino de entender que el mundo está fuera de nuestro control, pero esto no significa que está en nuestra contra y que con consciencia podemos dominar ciertas variables, lo que puede devolver a la persona algo de la seguridad perdida.
¿Quién te puede ayudar?
Recurrir a la orientación profesional puede ser de gran utilidad. Los terapeutas especializados suelen tener estrategias definidas para ayudar a los pacientes a identificar sus objetivos vitales y a recuperar la calma durante la crisis. Hay desde enfoques holísticos hasta coaching.
Se puede consultar al terapeuta cuál sería el enfoque o la estrategia más pertinente para un caso particular, él evaluará si se necesita de algún tipo de terapia o si solo con algunas asesorías se puede definir una ruta que le paciente puede continuar por sí mismo. En este sitio web se pueden encontrar las opciones más favorables.
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