​El reconocimiento de sí mismo y la interacción con la madre en el desarrollo del bebé

El papel del reconocimiento de sí mismo en el desarrollo del bebé en su primer año de vida, se da gracias a la aparición de diversos sentidos, como el sentido de un sí mismo emergente, nuclear, subjetivo y verbal, que aportan diferentes aspectos importantes en el reconocimiento de su yo como individuo y además, se encuentra la madre que tendrá un papel fundamental en el desarrollo del infante.

En primer lugar Daniel Stern, menciona un "sentido de sí mismo emergente", el cual obedece a los primeros meses de desarrollo, de los 0-12 meses, allí hace énfasis en, como el niño se vale de sus sentidos para tener contacto con el mundo exterior, por medio de sensaciones que emergen de su cuerpo. (Bleichmar, E. 2009).

Entre los 2 y 6 meses se genera el "sentido de un sí mismo nuclear", el cual es distinguido por la aparición de un sentimiento de separación física con la madre, es decir, el bebé es capaz de percibir sus propias experiencias afectivas además de distinguir entre acción por voluntad, Stern afirma que este es quizá el momento en el cual la cercanía con las personas, juegan un papel importante, en él, pues por medio de ellas, el bebé puede expresar gestos de alegría, malestar, interés, cólera. (Bleichmar, E. 2009).

Conforme se va desarrollando, se genera "el sentido del sí mismo intersubjetivo", que se da entre los 7 y 9 meses, el bebé se percata, de la existencia de otra "mentes", y descubre que puede compartir sus propios contenidos con otras personas; a partir de esto las personas ya no son solamente entidades de causa – efecto sino que son precursores de estados mentales, (sentimientos, intenciones y motivos) los cuales se convierten en contenidos de relación, la continua exposición con sus padres genera un nuevo dominio de relacionamiento, que genera intersubjetividad, entre él y las personas del exterior.

En este último sentido llamado según Stern "el sentido del sí mismo verbal", se desarrolla el lenguaje, el cual, permite crear significados y significantes, a partir de la interacción con el otro, la continua interacción con los padres le permite al infante construir su propia identidad. (Bleichmar, E. 2009).

Por otro lado, el papel que desarrolla la madre, con respecto a la relación con su hijo es crucial, pues desde que es concebido, pasa mayor tiempo e interactúa con ella, a partir de estas interacciones, se puede dar en un principio, a través de los sentidos, donde reconoce a su madre, esta puede tomar varias actitudes, sobre su hijo, como la sobre estimulación esperable, excesiva, e intolerable, la respuesta del bebé, sobres estos estímulos, pueden ser indicativos del temperamento del infante en un futuro. (Bleichmar, E. 2009).

Referencias

Bleichmar, E. (2009). Una Teoría sobre el Conocimiento Intersubjetivo Implícito. Clínica y Salud, 20(3), 211-224

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