Pequeños enchufados a las nuevas tecnologías

La Asociación Americana de Pediatría advierte que los menores de dos años no deben exponerse a las pantallas y que, a partir de esa edad, se recomienda un uso dosificado: sólo dos horas al día sumando todas las pantallas disponibles en casa (computadores, televisores, tabletas y celulares).

Sin embargo, la realidad cotidiana es otra. Los padres, muchas veces en su afán por entretener al niño mientras realizan sus propias tareas, le van soltando al pequeño diferentes medios como el celular o la pantalla del computador para que vean series infantiles o participen en juegos hechos a su medida. En principio la idea no es mala, pero lo importante es que se controle el tiempo que el pequeño está expuesto a tantos estímulos y sobre todo, que veamos la pantalla como un medio y no como un fin en sí mismo.

Educadores y psicólogos infantiles, con experiencia en niños entre 3 y 6 años, coinciden en que a estas edades los pequeños necesitan "absorber" el mundo que les rodea a través de todos los sentidos y del juego con otros niños de su edad.

Para ellos es muy importante sentir, tocar, ver y jugar con sus manos. No se recomienda entregar el celular como si fuera un premio, porque para ellos es un juego más. Se generaría un malentendido si se les transmite la idea de que el celular o el computador son objetos más importantes que los demás. Lo importante es que entiendan que son un medio interesante y divertido para aprender y relacionarse con el mundo, pero que también existen los juguetes hechos a mano, las atracciones del parque, el arenero, la pelota, los bloques y los juguetes tradicionales, que cumplen con el mismo objetivo.

También es importante que las nuevas tecnologías se conozcan y se disfruten en compañía de adultos. Son los padres o los tutores los que orientan el uso de estos dispositivos y, como ya advertíamos, controlan el tiempo de exposición a los mismos.

La vida real y la vida virtual son dos espacios que los niños pequeños deben aprender a diferenciar y reconocer. Nunca será lo mismo hacer galletas con el papá o con la mamá en la cocina, que jugar al monstruo come galletas en la tablet. Y aunque para los adultos esto parezca obvio, para los niños en edad preescolar no lo es tanto. Para ellos, lo que ocurre en las pantallas es verdadero e indiscutible y a muchos se les podrá ocurrir que puede ser tan divertido e inofensivo pelear como lo hacen sus personajes favoritos de los dibujos animados.

En este punto, es fundamental que los adultos acompañen al niño en su proceso de asimilación de la realidad y en el uso que se le da a las tecnologías. Que hablen sobre lo que han visto o jugado en los aparatos electrónicos y vuelvan a conectar con la vida real mediante juegos tradicionales.

Otra recomendación de los psicólogos es dar buen ejemplo como adultos. Si los niños nos ven todo el día, a todas horas, consultando redes sociales o correo electrónico, les daremos la idea de que nuestro mundo está ahí, metido en esa pantallita. Dejar el celular a un lado a la hora de las comidas y de los juegos es una buena idea para "conectar" con el mundo real de los niños, estar con ellos y disfrutarlos sin necesidad de un aparato electrónico al lado.

Está claro que es complicado aislar totalmente a los pequeños de las nuevas tecnologías, pero sí podemos procurar un equilibrio entre mundo real y mundo virtual para que los niños se sientan cómodos en ambos escenarios y puedan disfrutar abiertamente de sus juegos y del contacto con las personas que los rodean.

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