De la motivación

Se trabaja los dos tipos de motivadores que influyen en el ser humano, de ahí se abre la puerta a la forma en que estos influyen en la felicidad del ser humano.

18 ABR 2016 · Lectura: min.
De la motivación

Frecuentemente pienso que entre las apuestas de la psicología actual se encuentra la motivación, esa fuerza que impulsa al ser humano a obrar de una u otra forma. Digo que es una apuesta actual debido a que si bien se sabe su funcionamiento, la aplicación social de mejores modelos de motivación aún genera grandes problemas y todavía hay enormes preguntas por responder. Diré a forma ilustrativa, que existen dos tipos de motivantes que nos posibilitan la fuerza para llevar a cabo nuestras metas: los primeros son los extrínsecos, aquellos que obtenemos del ambiente; los segundos son los intrínsecos o los que obtenemos de nosotros mismos. El salario es claramente un motivador extrínseco.

Los motivadores extrínsecos tienen un enorme problema para el desempeño de las personas y es que se agotan, por lo tanto siempre se deben incrementar para que el desempeño siga en el mismo nivel. Piense el lector en aquellas cosas del ambiente que lo hacen feliz: su salario, el automóvil, celular, computador, todas las cosas materiales. Ahora piense en cada cuanto tiempo las renueva aún a costa de fuertes deudas. De hecho el mercado sabe esto tan bien que por eso nos renueva el celular con cualquier nueva herramienta (a veces inútil) cada semana. Y aunque las personas renuevan sus cosas y obtienen aumentos en sus salarios, su felicidad no se incrementa en gran medida.

El salario se agota por dos razones: la primera es porque es extrínseco y el ser humano en este aspecto es insaciable, el ser humano nunca está satisfecho, es por ello que las empresas tienen programas de prestaciones extralegales, pactos, bonificaciones, etc. y cada día gastan más dinero en intentar motivar sus empleados. El segundo es porque generalmente nos hemos acostumbrado tanto a los motivantes extrínsecos que gastamos sin parar en los mismos: los gastos suelen ser directamente proporcionales a los ingresos y a veces los gastos superan los ingresos. Es por ello que todo el mundo siempre necesitará mayor salario.

Desde niños nos hemos acostumbrado a funcionar por medio de motivadores extrínsecos y a ello debemos el hecho de que nuestro salario nunca alcanza. El motivador para estudiar eran las notas o los regalos que los padres prometen para que el hijo gane el año, en la adolescencia nos motivamos con amigos, reconocimiento, salidas, paseos, etc. y ahora se le añade el dinero y es por ello que la gente gasta su vida ganando un salario que no le alcanza. De esta forma el sujeto se acostumbra a necesitar todo lo que obtiene de fuera (salario, halagos, reconocimiento) cuando él mismo se ve incapaz, feo, inadecuado e incluso vacío. Cada vez es más común escuchar en consulta que la gente hace esta reflexión. Acaso ¿la gente es feliz con la vida que lleva?, ¿por qué la gente se siente vacía con todo lo que tiene? Esto lo analizaré en mi próxima entrada, hasta entonces sigue leyendo.

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Escrito por

Ps. David G. Londoño V.

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