¿Qué es la psicología de la adolescencia?
Es la especialidad que se ocupa de los problemas propios de esta etapa de la vida entre la niñez y la adultez. El adolescente se aleja de su primer ser, dependiente e inocente, y pasa a un ser más adulto, todavía sin privilegios ni responsabilidades, pero con preocupaciones.
Los adolescentes como sujeto de estudio presentan diferentes retos, por un lado están los cambios físicos y la definición de temas como la orientación sexual, por otro está el desarrollo cognitivo y la búsqueda de una mayor independencia, y finalmente la construcción del ser y el desarrollo afectivo y social.
Son muchas las variables que entran en juego y de una buena orientación y acompañamiento depende que el adolescente salga bien librado de las múltiples batallas.
¿Cuáles son las etapas del desarrollo del adolescente?
Las etapas de la adolescencia se pueden determinar por el desarrollo de ciertos aspectos vitales, no están separadas en el tiempo, pero unas empiezan primero que otras, aunque pueden ser simultáneas, una muestra de lo difícil que es esta época.
Desarrollo físico. Con la llegada a la pubertad, pasados los once años, comienzan los cambios en la anatomía. Para las mujeres suele ser más acelerado, mientras que para los hombres llega un poco más tarde, lo que también suele ser motivo de ansiedad. Los cuerpos crecen a la altura que tendrán en la edad adulta y ya pueden procrear.
Desarrollo intelectual. Los niños piensan en términos concretos, las cosas son de determinada manera; mientras que los adolescentes empiezan a ver los matices, comienzan los cuestionamientos filosóficos y afinan sus percepciones empáticas, lo que les permite entender problemáticas sociales. Sin embargo, se trata de habilidades recién adquiridas y con poco uso, por lo que les toma tiempo afinarlas y poder captar las grandes lecciones. Por otro lado, su niño interior sigue muy latente y suelen hacer cosas sin pensar demasiado.
Desarrollo emocional. Con la capacidad intelectual de tener ideas más profundas, el adolescente se da cuenta de que piensa diferente a sus padres, tiene otros planes para sí mismo y una manera especial de hacer las cosas, quiere ejercer este nuevo poder, por lo que lucha por la independencia, algunas veces sin necesidad. También empieza a pasar más tiempo con sus amigos o solo, en la construcción de su personalidad.
Desarrollo social. Con el desarrollo emocional, el adolescente es su propia persona y puede establecer relaciones independientes con pares y otros adultos. Es en esta exploración del mundo por sí mismo y la formación de conceptos alrededor de él, que el adolescente empieza a construir relaciones afectivas con amigos y amores. Quiere pasar menos tiempo con sus padres porque le conocen demasiado y con frecuencia lo avergüenzan, pues revelan su lado más inocente y dependiente. Esta también es una etapa de aprendizajes y muchos dolores de cabeza, pues mientras el adolescente aprende las formas sociales, es posible que se estrelle más de una vez.
¿Cuáles son los problemas o trastornos más frecuentes durante la adolescencia?
Como las etapas del desarrollo no son consistentes y dependen del aprendizaje y el tiempo, muchos adolescentes se enfrentan a diferentes problemas relacionados con ellas. Por ejemplo, durante el desarrollo físico pueden surgir problemas de autoestima y autoimagen que deriven en desórdenes alimenticios.
La obesidad, así como la anorexia y la bulimia se manifiestan como respuesta a la necesidad de encajar dentro de estándares de belleza y ser aceptados por los demás. Estos desórdenes pueden afectar severamente el desarrollo emocional y todo el proceso de crecimiento.
En cuanto al desarrollo intelectual y emocional, pueden generarse problemas de estrés y ansiedad. La presión, a veces autoimpuesta, por sobresalir o ser su propia persona despierta estos desórdenes, más la incertidumbre del futuro, las inseguridades y el temor a equivocarse, que son latentes cuando no se tiene experiencia en el mundo de los adultos. El desapego, tanto buscado, puede llevar a sentimientos de indefensión e incapacidad.
Las relaciones sociales también son fuente de trastornos como la agresividad o la timidez, que aparecen en formas extremas cuando el adolescente no es capaz de relacionarse con los demás por sí solo. Ambas emociones son máscaras ante las inseguridades y el sentirse en desventaja frente al otro.
¿Qué es y qué caracteriza la crisis de la adolescencia?
Es un momento álgido de esta etapa donde no es posible compaginar la persona que se era en la niñez con la que se está construyendo en el momento, no les gustan las mismas cosas, no disfrutan de la familia y viven en un vaivén de emociones.
Para los padres es un momento difícil porque sienten la satisfacción de ver a su hijo crecer, pero también se duelen con sus actitudes y tiene problemas para corregirlos sin temor a dañar su relación.
Algunos adolescentes logran superar esta etapa sin mayores aspavientos, pero la mayoría sí sufre algún tipo de crisis, sino es que pasa todos estos años en una constante. Además de ser causada por las nuevas sensaciones y el deseo de experiencias propias, algunos estudiosos afirman que se trata de un duelo por la infancia.
¿Cómo se desarrolla la sexualidad durante la adolescencia?
Con la pubertad y el desarrollo físico, maduran los órganos sexuales y empiezan toda una serie de nuevas sensaciones muy potentes que el adolescente quiere explorar. Su primer recurso es la masturbación, pues se trata más de autoconocimiento, ver las nuevas posibilidades de su cuerpo.
Luego, con el desarrollo social, el adolescente empieza a percibir que la interacción con el otro puede potenciar estas nuevas sensaciones. Así surgen los primeros enamoramientos y el deseo sexual, con las primeras relaciones. En este momento la educación recibida en casa se contrapone a las propias experiencias y la información que tiene el grupo de amigos, generalmente cargada de prejuicios y errores, por eso es importante hablar con claridad y compartir constantemente sobre el tema.
La falta de madurez hace que con frecuencia el adolescente pierda el control o no mida las consecuencias de sus actos. Esto puede llevar a embarazos indeseados o a experiencias sexuales negativas que condicionan su desarrollo posterior.
Cuando ya ha alcanzado el final de esta etapa, el adolescente deja de pensar en las relaciones interpersonales únicamente en términos sexuales y comienza a buscar otras variables, como la confianza, para establecerse en pareja.
¿Cuándo llevar a un adolescente a consultar a un psicólogo?
Aunque la crisis adolescente suele ser dura, no siempre es necesario llevarlo a consulta. Si los padres de familia acuerdan estrategias para mantener el control sin perder la relación con los hijos, podrán sortear esta etapa con mucha paciencia. Sin embargo, no es fácil y se puede necesitar ayuda.
Una posibilidad es que sean los padres quienes consulten primero para saber si la situación con su hijo es anormal y necesita acompañamiento psicológico, sino es así, el terapeuta les dará asesoría para continuar ellos mismos con el acompañamiento a su hijo.
Luego, sí debe ser motivo de consulta cuanto el adolescente empieza a presentar alguno de los trastornos propios de su edad, descritos más arriba. Esta situación es especialmente delicada porque muchas veces los padres no cuentan con la cercanía necesaria con sus hijos y tardan en detectar las señales de alerta, es importante tratar de ver más allá de lo evidente o de lo que ellos quieren mostrarnos, generalmente ellos ocultan los desórdenes y no piden ayuda.
También es clave hacerles saber que no es malo solicitar asesoría profesional y que podemos brindársela, esta generalmente tiene un efecto positivo pues el adolescente se siente escuchado y puede hablar con más libertad con personas externas a su entorno.
¿Quién te puede ayudar?
Hay terapeutas especializados en los adolescentes que guían en los procesos de crecimiento y saben atacar los trastornos propios de la edad de forma adecuada, además pueden ser de gran ayuda para los padres en el proceso de crianza. Consúltalos en nuestra página.
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