“No sé qué les pasa a mis papás... Todo es un problema"

En todas las relaciones interpersonales la empatía es fundamental. Dirigiéndome a los adolescentes, quiero invitarlos a que se pregunten de dónde viene la conducta de sus padres.

22 FEB 2019 · Lectura: min.
“No sé qué les pasa a mis papás... Todo es un problema"

"No sé qué les pasa a mis papás, todo es un problema"… Con esta frase empezó la consulta de una de mis adolescentes más queridas.

Es frecuente que las relaciones entre padres e hijos adolescentes sean difíciles. Varios adolescentes se quejan porque sus padres no los entienden, son demasiado rígidos y no los dejan vivir. Ser padre es una interacción de amor, que se construye cada día, se renueva y se transforma, y como en toda interacción, es bidireccional.

Pero, ¿por qué algunos padres son tan rígidos, controladores, bravos, distantes, exigentes, etc? Qué puede haber detrás del comportamiento de los padres que tanto les disgusta a los adolescentes?

A continuación nombraré unos aspectos que pueden estar detrás de las conductas hostiles de algunos padres hacia ustedes adolescentes:

Miedo al futuro

Les da miedo que ustedes, sus tesoros más preciados, sufran… Quieren evitarles la mayoría de los dolores que la vida les pueda traer.

Tienen miedo a que "se tiren la vida" por haber sido lo suficientemente permisivos o por consentirlos mucho…

Le tienen miedo a que se conviertan en padres a corta edad, a que corran riesgos por estar borrachos o a que cometan conductas inadecuadas socialmente que puedan traer consecuencias legales, da miedo que consuman drogas y que después no puedan salir de ellas. Da miedo a que los expulsen del excelente colegio en el que están, que les vaya mal académicamente, porque de eso depende que "sean alguien en la vida".

Da miedo que los critiquen y se burlen porque se pintaron el pelo de tal manera o se pusieron pearcings o se hicieron tatuajes, y que después se arrepientan de haberlo hecho. Por eso quieren controlarlo todo y por eso quieren que ustedes obedezcan y hagan todo lo que ellos les dicen.

Les da miedo ser catalogados como "malos padres" y que su ego sea lastimado. A autocalificarse como fracasados en esa tarea. Miedo a no cumplir con las expectativas que la sociedad espera que deben ser los "buenos padres". Desde ahí intentan hacer miles de cosas con el fin de tener un hijo ejemplar, producto de una buena crianza… lo cual los hace "buenos padres".

Tienen miedo de hablar con ustedes de temas cuyo argumento no va más allá de "porque soy tu padre y punto".

Tienen miedo de no saber cómo ser padres de cada uno de ustedes y afrontar si los resultados no coinciden con sus expectativas.

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Proyección de sus propios sueños en ustedes

Muchos padres creen saber qué es lo mejor para sus hijos, sin tener en cuenta lo que el mismo adolescente quiere o necesita. No lo hace por malo o por molestar, solo que lo que él quisiera que hubiera pasado en su vida quiere dártelo, quiere que lo vivas y lo disfrutes, como él lo hubiera disfrutado en su momento.

Ignorancia

Las herramientas más conocidas por la mayoría de los padres son la represión, prohibición y castigo. Aún hoy en día se habla de "una palmadita", quitarle cosas que le gustan, obligarlo a que haga cosas que no le gustan, etc. (y eso suponiendo que la "chancla y el cinturón" ya no se usan ni en chiste). Pues bien, eso es lo que muchos padres han aprendido y no conocen otras formas o técnicas, por supuesto mucho más eficientes y con resultados perdurables en el tiempo. Lógicamente piensan y actúan desde lo que saben y conocen. Al final, tanto control que ejercen, tantos límites, tantas obligaciones y deseos de que obedezcan a lo que creen que es lo mejor para ustedes, son las mejores herramientas de las que echan mano por amor y para evitarles sufrimientos, según sus aprendizajes y creencias.

Estrés – agotamiento

¿Qué sentirían ustedes si les dicen que son los responsables del éxito o fracaso de la vida del ser que más aman? Ah, pero sin dejar a un lado su propia realización personal, ser buena pareja, buen hijo, buen amigo, buen hermano, buen trabajador y cumplir con las obligaciones económicas que se requieren para poder mantener un hogar…. Muchos padres sienten que "deben" cumplir con todo esto según sus propios criterios y según lo que quieren mostrar, porque aún se apoyan en el "qué dirán". Sienten una exigencia muy alta hacia ellos mismos lo que hace que emocionalmente también estén más sensibles e irritables.

Los padres no quieren tener una mala relación con sus hijos adolescentes, solamente que están llenos de emociones y pensamientos que se manifiestan en esas conductas que generan distancia ente ellos y ustedes.

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¿Qué podemos hacer ante eso?

Si quieren mejorar la relación que tienen con sus padres primero que todo hay que bajar la guardia. Ya se ha expuesto en qué espacio se encuentran parados y se saben las creencias y aprendizajes que los sostienen, la idea es que ellos aprendan a pararse en otros espacios y ver las cosas desde otro punto de vista así como ustedes también harán el ejercicio empático de ver la misma situación desde el punto de vista de sus padres; por lo menos para que pueda ser entendible, aunque no necesariamente implique estar de acuerdo.

Para que esto se dé, es importante generar espacios de diálogo amoroso, no es una competencia para ver quién tiene la razón, no, es un espacio para poder expresar, exponer y lograr entender.

Hacerles saber lo que sienten con la actitud que ellos toman que ustedes consideran injusta o que les molesta. Aquí no hay culpables, solamente acciones y reacciones.

Mostrarles con hechos que pueden confiar en ustedes, que pueden responder y asumir las consecuencias de sus elecciones y decisiones.

Si los padres están cerrados y no quieren generar estos espacios pueden simplemente invitarlos a que busquen ayuda o información y que se den la oportunidad de conocer puntos de vista diferentes al que ya tienen y, nuevamente, exprésenle lo que sienten frente a su actitud, de forma oral o escrita, como se sientan más cómodos.

No los juzguen, solamente entiendan que tienen una formación diferente que los hace ser como son.

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Escrito por

Ps. María Fernanda Medina Cuenca

Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en niños y adolescentes de la Universidad de la Sabana, postgrado en Neuropsicología de ISEP (España) y coach de la Escuela de Psicología Transpersonal Integral (EPTI - Argentina). Su objetivo es acompañar a cada ser en el reencuentro consigo mismo y modificar la situación por la cual consulta.

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