Mujer, Genero, Movimientos feministas y Politicas de Protecciòn

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La historia de violencias en Colombia no deja por fuera a las

mujeres quienes han sido las principales víctimas de más de 60 años de

guerras, en donde se ha legitimado las agresiones a estas como forma

natural en la sociedad; correspondiente a las estructuras patriarcales

y machistas. No ha sido posible las respuestas efectivas del Estado,

mostrándose débil y muchas veces vulnerador de derechos humanos por

la inoperancia en los sistemas de protección. Esto hace posible que los

movimientos y organizaciones de mujeres asuman con corresponsabili-

dad, y desde la sociedad civil la labor de proteger los derechos de todas

y para todas. Haciendo incidencia en las políticas públicas a través de

su accionar en tres líneas específicas: Formación, Incidencia y Transfor-

mación. Participando en el diseño, desarrollo y ejecución de normativas

que garantizan los derechos de las mujeres.

Las víctimas señalan las demandas sin respuestas del Estado, su

ineficacia estructural, mostrando una sociedad que quebranta los dere-

chos y se muestra débil en la implementación de sus políticas públicas

para la garantía de los derechos de las mujeres. Siendo las organiza-

ciones de la sociedad civil quienes han dispuesto el brindar asesoría,

acompañamiento y apoyo. En el marco del conflicto armado se logra vi-

sibilizar las víctimas de violencias sexuales (niñas, adolescentes, adul-

tas) en el auto 092 del 2008. De igual manera, destacan los aportes en

la construcción de nueva normas y socialización de estas, como la Ley

de Feminicidios Rosa Elvira Cely, año 2014 y la visibilización de este

delito con un enfoque de género. Los espacios contravenidos y ganados

en las luchas activistas para participar en la Mesa de Erradicación de

las Violencias, las Mesas de Seguimiento de la Ley 1257. Las interven-

ciones en el CLADEM, Comité de América Latina y El Caribe para la

Defensa de los Derechos de la Mujer.

La política como bien señala Sartori (2004) es el "hacer del hom-

bre" (...y de la mujer), nos afecta y nos involucra a todos y todas;

contiene el principio de la praxis social, precedida de un discurso que

transforma el imaginario cultural. Pero los comportamientos políticos

están rodeados de la filosofía política. Las políticas públicas sirven

de guía para las acciones que deben tomarse en el desarrollo social de

una sociedad, en la resolución de problemas y la construcción de una

democracia protagónica y participativa. En consecuencia, Las políticas

públicas son procesos dinámicos, participativos y sistémicos que requie-

re tener objetivos claros, instrumentos, actores y recursos para generar

los cambios. Las políticas públicas se enmarcan en los estudios de las

Ciencias Políticas.

Los Estados Latinoamericanos tiene ineficacias estatales, así como

una sesgada práctica en los sistemas legales; no obstante, es innegable

que el Estado debe operar lineamientos en políticas públicas que actúen

en concordancia con los derechos de la ciudadanía. Para que exista una

verdadera democracia deben existir un Estado civil que construya po-

líticas públicas por una sociedad con bienestar, libre de violencias, que

responda a compromisos fundados también con el apoyo de la sociedad

civil, tal como señala O ́Donell y col,2001.

Los movimientos feministas, los movimientos de mujeres en su

historia han motivado e impulsado la creación de normas, programas

y la mejora de las políticas públicas en favor de la protección de los

derechos de las mujeres, muy a pesar de las barreras estructurales e ins-

titucionales que son obstáculos para los avances significativos en temas

como el aborto, derechos sexuales y reproductivos, igualdad salarial,

participación política igualitaria entre otros.

El Estado reconoce en algunas oportunidades el significativo apor-

te de los movimientos sociales de mujeres en la reivindicación de derecho

fundamentales para las mujeres; el entrecruzamiento de interacciones

en el proceso de dar garantía a los derechos de las mujeres, permite que

las luchan organizadas de las mujeres sean de manera permanente un de-

safío hacia la garantía, hacia el cambio en las condiciones de vida y un

verdadero desarrollo para el país con enfoque territorial y diferencial.

El movimiento feminista del siglo XX representa en la historia del

feminismo un gran esfuerzo, sin olvidar a sus antecesoras Olympe de

Gouges, Mary Wollstonecraft, Simone de Bevouir, Flora Tristán, Ga-

briela Mistral, Poullain de Barre, entre otras, el movimiento sufragista

a nivel internacional y para Colombia el movimiento sufragista en el

año 1954.

Recordar a Kate Millet con la consigna "lo personal es políti-

co" que, en los años 1970, logró incidir en los diferentes discursos y

argumentos para el mundo como avances de las mujeres y diferentes

movimientos feministas, en temas como: la discriminación, inequidad,

pobreza, problemas de cambio climático, y la dinámica ambiental.

En Colombia, la Constitución del 1991 tiene un marco normati-

vo de inclusión para la mujer que facilita el avance en esta materia, y

no olvidar el año 1995 la violencia de género contra la mujer se hace

visible por el logro de debate que es un asunto público y deja de ser pri-

vado, al igual que normativas que garantizan derechos a las mujeres:

ley 1257 del 2008, CONPES 161 del 2013, autos y sentencias, entre

otros.

Las violencias y sus diferentes tipos, manifestaciones y los temas

vinculados a los derechos sexuales y reproductivos, migración, dispari-

dad salarial, se consideran los problemas emergentes que en esta socie-

dad patriarcal son cada día más visible en la vida de las mujeres.

El orden patriarcal es un orden opresivo, vetusto, controlador, dis-

criminatorio, dominador perverso, manipulador y que hace daño a to-

das y todos, impide el desarrollo en la vida de las mujeres como sujetas

de derechos, la igualdad y el desarrollo integral de un país.

Rita Segato, feminista uruguaya, en varias entrevistas expresa

que ante este orden patriarcal es importante mostrar el nuevo orden

que se busca desde lo pedagógico, educativo, con las luchas feministas

que no son agregado a otras luchas; el movimiento feminista es un

sistema político social, no son dinámicas estáticas, siendo diacrónico y

cambiante, requiere de análisis y de construir desde miradas distintas,

desde el feminismo histórico, joven, étnico, político e incluyente.

Cada capítulo en esta obra es un ejercicio producido desde la coti-

dianidad de las luchas por unos disfrutes de derechos a una vida libre

de violencias políticas, estructurales, de muchas mujeres que, a lo largo

y ancho de la geografía de Colombia y Venezuela, hicieron y siguen ha-

ciendo aporte en este proceso. La recolección de la data, las entrevistas

y los momentos recopilados hacen historia real de este proceso, al igual

que las estudiantes auxiliares académicas e investigadoras, las redes de

mujeres contra la violencia, la Fundación Teknos y las organizaciones

diversas en especial las jóvenes en los últimos 5 años quienes hacen par-

te del movimiento social de mujeres, que con las otras organizaciones

siguen construyendo esta historia.

Por último, es de resaltar que esta obra invita al análisis, a la

conversación e impulsa la reflexión crítica en torno a las políticas pú-

blicas de protección a los derechos humanos de las mujeres en el con-

texto colombiano y venezolano. Estimula a conocer como ha sido el

proceso de deconstruir y construir desde una mirada con enfoque de

género, con lentes de género que permiten ahondar en el imaginario

social el cual perpetúa las violencias contra las féminas. Desde la mi-

rada de las mujeres sobrevivientes, quienes han transitado por el dolor

sin tener la garantía de sus derechos; pero también se complementa con

la contemplación de expertos y expertas que señalan a su modo como

pueden fortalecer los lineamientos de políticas públicas de protección a

las mujeres.

Emma Doris López Rodríguez

Lisbeth Del Valle García Terán

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