¿Qué es la terapia de grupo y cuáles son sus objetivos?
La terapia de grupo es la aplicación de técnicas psicoterapéuticas a un grupo de pacientes en simultánea que estén en la búsqueda de solucionar un conflicto individual, es decir, es un complemento al proceso personal.
Hay dos objetivos importantes que determinan la naturaleza de la terapia: el primero es la búsqueda de una mejora en el entorno social y el segundo es la identificación con el otro dentro del proceso terapéutico, que puede beneficiar la solución del conflicto individual a largo plazo.
Además de que el terapeuta comparte estrategias y recursos para el cambio que quiere lograr cada paciente, el grupo en sí se convierte en una herramienta, pues a medida que avanza el proceso colectivo, el paciente evidencia los beneficios de la aplicación de los instrumentos que brinda el terapeuta y se siente motivado para avanzar en su propio proceso.
¿Cuáles son los distintos tipos de terapias de grupo?
De acuerdo con las técnicas que se apliquen, hay diferentes tipos de terapia grupal. Los grupos más básicos son los de apoyo, que pueden no necesitar orientación profesional, luego hay grupos psicoeducativos, de orientación sociométrica y de orientación psicodinámica.
- Grupos Psicoeducativos: en esta terapia de grupo se brindan herramientas e información para que los pacientes aprendan a gestionar sus propias dificultades. Son comunes en el caso de terapias para familiares de personas con adicciones, porque se les indica cómo tratarlas y convivir con ellas.
- Centrados en el proceso: se establece una relación de grupo para promover la expresión de sentimientos y emociones, así como estimular el cambio de conductas que les generan dificultades.
- De orientación sociométrica: se fomentan relaciones entre los individuos, basándose en la libre asociación. En vez de preguntarle a la persona "con qué ideas" se identifica, se le pregunta "con qué persona del grupo se identifica" y, a partir de ahí, se trabajan juegos de rol y psicoterapia grupal.
- De orientación psicodinámica: a través de técnicas del Psicoanálisis, los integrantes del grupo van descubriendo sus motivaciones inconscientes y van explorando su personalidad en la interrelación con los demás.
¿Qué tipo de problemas se suelen tratar en terapia de grupo?
La terapia de grupo es aconsejable como complemento de la terapia individual cuando un paciente necesita identificar una conducta inadaptada, mejorar su manejo emocional o un soporte en otro proceso terapéutico. Por eso es usada en adicciones, enfermedades crónicas y dificultades en la interacción social.
El nivel de las dolencias suele ser un poco más crítico, pues es una herramienta adicional que el terapeuta considera puede ayudar. Así se tratan condiciones como ansiedad, depresión, compulsiones y trastornos.
Los pacientes con este tipo de dolencias suelen aislarse del entorno y sentir que nadie los comprende, al entrar a un grupo terapéutico el panorama cambia y pueden sentirse estimulados a continuar con el tratamiento personal cuando se ven en el espejo del otro.
¿Cuándo hacer terapia de grupo?
Antes de trabajar en grupo, es necesario que el paciente tenga sesiones individuales y que el terapeuta haya determinado que esta herramienta lo puede beneficiar. Se puede llevar de manera paralela al tratamiento individual para organizar ideas y sacar conclusiones guiadas de lo que pasa en las sesiones de grupo.
Luego el paciente debe tener la capacidad para asumir el compromiso de un proceso conjunto, pues se trata de un beneficio mutuo, al que también debe aportar, y lo que se comparta se debe manejar de manera confidencial.
Participar en un grupo terapéutico tiene derechos y deberes y es necesario que el paciente esté consciente de ellos y dispuesto a asumirlos. Así como recibirá ayuda de los demás, debe estar dispuesto a brindarla, por lo menos en un grado mínimo, mientras el mismo proceso lo lleva a comprometerse en un sentido más profundo.
¿Qué beneficios tiene la terapia de grupo y a quién le puede ayudar?
En ocasiones, un paciente puede sentir que su condición lo aísla y que se encuentra fuera de la sociedad. El ingresar a un grupo y verse en el otro puede demostrarle que no es así. No solo recibe elementos que pueden ayudar a su proceso terapéutico, sino que también se siente integrado y útil para los demás.
Por medio de la observación de los conflictos del otro y la comparación con sus actitudes, un individuo en terapia grupal puede ver sus propias falencias o virtudes, para corregir aquello que debe y mejorar su auto imagen. También puede aprender de manera imitativa de quienes están más avanzados en su proceso.
Los miembros del grupo, al igual que el terapeuta, pueden iluminar las dificultades del paciente con su propia experiencia y consejos para sobrellevar lo que se está viviendo, de igual forma, el individuo puede apoyar a los demás, lo que también contribuye a su satisfacción personal. El grupo permite ver que no se es la única persona que vive una situación determinada y cómo otros han logrado superarla.
¿Cómo se desarrolla una sesión de terapia de grupo?
Hay tres tipos de actividades básicas en una terapia grupal: una presentación inicial que ayude a romper el hielo, luego la construcción de confianza para abonar el terreno que permita el tercer tipo de actividad, que es el autodescubrimiento. Estas pueden variar de acuerdo al tipo de grupo.
Los grupos de terapia pueden ser cerrados o abiertos, es decir, que el terapeuta decide si lleva el mismo grupo hasta el final del proceso o si permite que nuevos miembros entren, o que salgan aquellos que lo consideren necesario. Ambas estrategias tienen ventajas, por un lado, si se trata de un grupo cerrado se construye una relación mucho más cercana entre los miembros y hay un equilibrio, lo que funciona para ciertas condiciones. En un grupo abierto, con la movilidad de los integrantes, el paciente debe hacer un ejercicio más o menos constante de nuevos relacionamientos que puede contribuir a problemas de socialización o manejo de emociones.
¿Cuánto tiempo dura la terapia de grupo?
Para que se establezca una buena dinámica de grupo es necesario un compromiso mínimo de dos meses con reuniones semanales, pues los individuos lentamente empiezan a abrirse a los demás. Luego para un proceso más sólido, es recomendable por lo menos seis meses.
Cuando se trata de grupos de apoyo, no hay límite de tiempo, pues estos suelen funcionar alrededor de una condición crónica que más que una solución necesita un acompañamiento permanente.
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