Todos pasamos por momentos de rabia. Hay situaciones, actitudes o comportamientos que nos irritan o nos sacan de quicio. Expresar la ira es necesario y liberador. El problema es acumular la ira hasta que estallamos en un arranque de agresividad o que esta agresividad se convierta en algo recurrente. Una terapia psicológica ayuda a indagar por el origen de la agresividad y a canalizarla para no hacernos daño a nosotros mismos ni a los demás.

Todo lo que necesitas saber sobre Agresividad

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