¿Qué es la asertividad?
Ser asertivo es ser firme en nuestras opiniones, tener seguridad a la hora de comunicarnos; sin embargo, esta es una capacidad que no tenemos si antes no hemos alimentado nuestra autoestima y aprendemos a escuchar a los demás, para tomar lo que nos puede servir y desechar lo que no.
En la psicología, la asertividad es una habilidad conductual que requiere que identifiquemos nuestras cualidades y defectos para lograr una autoimagen sólida que nos permita manejar correctamente la crítica o la manipulación. Puede ser útil en la familia, las relaciones sociales y el trabajo porque nos permite sentirnos cómodos con nosotros mismos sin importar los comentarios de los demás. Nos llena de confianza y auto respeto, para poder vivir sin complejos y sin la necesidad de compararnos. Quienes la practican la convierten en una filosofía de vida que les facilita tener relaciones interpersonales tranquilas y eficientes.
¿Cuáles son los beneficios de la asertividad?
Cuando somos asertivos podemos exigir nuestros derechos y expresar nuestras opiniones de una manera libre y honesta sin afectar, ni verse afectado, por los derechos y las opiniones de los demás.
Aunque la asertividad, como parte de la inteligencia emocional, es útil en todos los campos de la vida, es especialmente importante para las personas que tienen posiciones de poder, pues les permite tomar y argumentar sus decisiones, además, les proporciona elementos que les ayudan a desarrollar habilidades sociales como el autocontrol y el manejo adecuado de conflictos. Esta competencia también nos permite escuchar a los demás y reconocer cuando tienen la razón, sin que esto sea una agresión para nuestro ego. Cultivando la asertividad aprendemos a expresar tranquilamente nuestras ideas y a escuchar las de los demás para poder llegar a un consenso.
Al ser a asertivos, logramos ser los únicos jueces de nuestra conducta siendo responsables de la misma, podemos exigir respeto y que se nos tenga en cuenta, logramos expresar nuestras opiniones; aprendemos a aceptar el éxito, así incomode a los demás, a tomar decisiones por nosotros mismos, a cometer errores, a decir no o sí sin sentir culpa y a trabajar en lo que nos gusta, incluso a decidir no ser asertivos.
¿Cuáles son las técnicas para ser más asertivo?
El primer paso es entender de qué se trata esta capacidad, al comprender su definición y lo que puede hacer por nosotros, podemos analizar qué nos falta incorporar a nuestro actuar cotidiano.
Hay algunas estrategias que nos permiten ser más asertivos, especialmente en la comunicación con los demás:
- Utilizar frases en primera persona. En vez de hacer al otro el sujeto, nos ponemos al frente de la acción. Por ejemplo, no decimos 'estás equivocado' sino 'no estoy de acuerdo'.
- Decir no. Solemos pensar que para decir no necesitamos justificarnos o tener alguna excusa, pero no es así. Podemos rechazar una invitación o el hacer algún favor sin que la otra persona se moleste y sin explicarle el por qué de nuestra decisión, solo debemos expresarlo con firmeza y buenas maneras. Entre más lo practiquemos será más natural.
- Cuidar el lenguaje corporal. Nuestro cuerpo también comunica y muchas veces nos contradice, por ejemplo, cuando decimos no pero nos encorvamos o agachamos la cabeza estamos abriendo la puerta para que el otro insista y cambie nuestra opinión; mientras que si asumimos una postura recta y miramos a los ojos, nuestro interlocutor podrá captar la firmeza de nuestro mensaje.
- Cuidar las emociones. Esto es quizá lo más difícil, pues la emociones hacen parte de nuestro cerebro inconsciente y muchas veces se apoderan de la razón, lo que debemos lograr es que esto no suceda al aprender a reconocer su llegada. Debemos aprender a identificarlas y a individualizar cuáles son las situaciones que nos pueden llevar al límite, para cuando se nos presenten estar preparados para mantener la calma y manifestar nuestra emoción adecuadamente.
¿Cuáles son las habilidades asertivas?
Como la asertividad es una acción de afirmación, nos exige una sana relación con nosotros mismos. Esto quiere decir que nos conozcamos y apreciemos de una manera sana para poder controlar nuestras emociones y comunicarnos adecuadamente con el entorno.
Cuando no somos asertivos, muchas veces nos dejamos arrastrar por la corriente, no defendemos nuestros deseos u opiniones, dejamos que los demás tomen las riendas y aceptamos situaciones que quizás no son de nuestro gusto. Eso es tener una actitud pasiva frente a la vida. Tampoco es sano el extremo de una actitud agresiva, donde creemos que siempre tenemos la razón, reaccionamos mal y no sabemos escuchar. La asertividad es el equilibrio entre esos dos extremos.
Somos capaces de expresar nuestras ideas y sentimientos sin que estos sean repelentes para los demás, así nos hacemos escuchar; esto no significa que debamos mantener nuestra posición sin importar lo que suceda, al contrario, con la asertividad aprendemos que tenemos el derecho a cambiar de opinión y reconocer nuestros errores.
¿Qué función tiene la asertividad en la toma de decisiones?
Para una persona en una posición de poder es extremadamente importante ser asertivo para ser un buen líder. En primer lugar, podrá cultivar relaciones sanas con sus compañeros y subalternos, luego podrá tomar decisiones con seguridad y finalmente tendrá la capacidad de aceptar tanto los éxitos como los errores.
En cuanto a las relaciones laborales, la asertividad permite eliminar el miedo de la mesa e invita al respeto, esto hace que los demás nos puedan compartir sus ideas y opiniones sin temor a herir nuestra susceptibilidad; nos convertimos en personas con las que se puede hablar en buenos términos. Esto nos alimenta del conocimiento de los demás, pero también nos permite compartir el nuestro. Por ejemplo, cuando un subalterno considera que hemos tomado una decisión equivocada, si somos personas asertivas no dudará en comunicárnoslo; si él está en lo cierto, habremos evitado un problema, si no podemos aprovechar la oportunidad para explicarle por qué no está en lo correcto y ayudarle a su crecimiento personal, lo que también es una característica de un buen líder.
Si somos personas que debemos tomar decisiones trascendentales diariamente, es porque tenemos las capacidades y conocimientos para asumirlas, por lo tanto, la confianza en nosotros mismo y la seguridad debe ser algo que nos caracterice. Ya hemos visto que con la asertividad aprendemos a escuchar a los demás, pero esto no significa que agachemos la cabeza cuando sabemos que tenemos la razón. Con firmeza, aprendemos a llevar nuestra decisión correcta a feliz término y no dejamos que otro contamine nuestra perspectiva o nos sobrepase en su camino.
Esta posición nos puede llevar a dos resultados, el éxito y el fracaso, sin embargo, no son puntos finales, sino momentos de aprendizaje y disfrute. Cuando triunfamos debemos darnos permiso para celebrar que hemos logrado algo importante y ver qué fue lo que hicimos bien. Esto nutre nuestra autoestima y fortalece nuestras capacidades, debemos guardar el triunfo como experiencia para el futuro. El fracaso es igual, tenemos que permitirnos sentir las emociones que este nos representa, analizar qué fue lo que salió mal. Si estuvo en nosotros el error, poder corregirlo, y si fueron situaciones externas, ver cómo podemos evitarlas en el futuro o aceptarlas cuando no haya remedio, sin que esto nos cueste la seguridad y la autoestima que ya hemos cultivado.
¿Cómo resolver conflictos gracias a la comunicación asertiva?
En la comunicación, la asertividad enseña a tener una atención plena para poder reaccionar adecuadamente. Bien podemos saber qué es ser asertivo, pero si no logramos identificar las oportunidades para aplicarlo, no disfrutaremos de sus beneficios.
Ahora, cuando nos enfrentamos a un conflicto de comunicación y lo queremos resolver asertivamente, debemos ser muy directos, esto significa expresar con claridad lo que queremos, ser específicos y no generales, no dar demasiadas explicaciones y no disculparse, a no ser de que sea necesario.
Si nuestra posición no ha sido entendida, es importante identificar por qué, evaluarlo y definir si debemos cambiarla o si la otra persona es la equivocada. No debemos perder la paciencia, sino escuchar de manera comprensiva, practicar la empatía y tampoco ser condescendientes, más bien invitar al otro a ver las cosas desde nuestra perspectiva.
No es válido postergar la conversación porque puede pasar que la olvidemos y dejemos un conflicto sin resolver, lo que luego se manifiesta de maneras inesperadas. Sin embargo, tenemos unos límites claros que no se pueden sobrepasar. Cuando el otro pasa a la agresión es importante hacérselo saber para que también pueda aprender de su error. No se trata de una cuestión personal, sino que están tratando de resolver un problema, ese objetivo es el que debe concentrar la energía. Puede ayudar que planteemos escenarios hipotéticos y podamos observar las consecuencias de nuestras acciones.
¿Quién te puede ayudar a ser más asertivo?
El coaching profesional y personal es el método que puede enseñarnos lo que es la asertividad y a aplicarla en nuestras vidas. Puede consultar en nuestro portal Psicologos.com.co los profesionales que resulten más convenientes para su objetivo.
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