Verdades sobre la depresión

La depresión, por ser una psicopatología, requiere más que la fuerza de voluntad del paciente para la superación de los síntomas del cuadro depresivo. En consecuencia, los familiares o cuidadores, deben comprender que su curación no se da con simples palabras de aliento o al decirle que se anime poniendo de su parte. Es como si le dijéramos a una persona con virosis que su fuerza de voluntad lo puede curar: debemos sugerirle tomar acetaminofén, agua y permitirle reposar; es decir, soluciones comprobadas.

Planteando una analogía podemos ilustrar la depresión: supongamos que una persona pierde el "sentido del gusto", todo lo que come le sabe a papas, puede comer manzanas, carne, verduras, pero todo le sabe a papas. En consecuencia, pierde el placer de disfrutar la comida, así se le motive a comer los manjares que antes le gustaban, no lo va a disfrutar porque todo le sabe igual, pero cuando supere los síntomas y su sentido del gusto esté sano, volverá a disfrutar del placer de comer. Esto ocurre con la depresión: el paciente solo logra su placer experiencial cuando recupera el equilibrio a nivel de pensamiento, emoción y conducta, mediante un adecuado tratamiento integral con enfoque clínico.

Por lo anterior, el papel de los familiares o cuidadores del paciente con depresión, es acompañarlo en su tratamiento, controlando que no se haga daño, escuchándolo, sin hacerle ningún reclamo, sin agredir verbalmente, ni recriminarle su estado, supervisando que se tome los medicamentos, asista al tratamiento psicoterapéutico y estar atento a cualquier actividad que el mismo paciente desee, motivando su ejecución.

La mejoría de los pacientes con depresión es lenta y prolongada en el tiempo, los resultados de las terapias farmacológicas y terapias psicológicas son paulatinos, en consecuencia, es contraproducente interrumpirlos en forma abrupta. Entonces, deben ser aplicadas con mucha disciplina y de acuerdo con las prescripciones indicadas por los profesionales tratantes.

Existen muchas interpretaciones sin evidencia científica en torno a la depresión, concibiendo las causas de esta psicopatología como de origen esotérico, religioso o mágico, pero la evidencia científica demuestra que sus etiología es genética, fisiológica y biosicosocial. En consecuencia, su tratamiento debe ser prescrito por los profesionales de la salud mental.

Los síntomas de la depresión, al ser múltiples, de carácter cognitivo y psíquico generan mucho sufrimiento al paciente, porque no se rompe el contacto con la realidad, como sucede en otras Psicopatologias, por ejemplo: la esquizofrenia entre otras. Por lo anterior, la persona con depresión requiere ayuda en el ordenamiento de su vida cotidiana y de acompañantes que solo le escuchen sin cuestionarle ni crearle sentimientos de culpa.

Otro componente terapéutico que influye positivamente en la mejoría del paciente deprimido es el sueño, entonces, es fundamental que se duerma en forma prolongada, de ahí la justificación psiquiátrica de inducir el sueño con medicamentos, cuando existen alteraciones, siempre y cuando se prescriban por el especialista.

La nutrición adecuada, es fundamental para la recuperación, en consecuencia, se recomienda suministrar al paciente deprimido una alimentación balanceada y con una rutina nutricional supervisada y el consumo suficiente de agua.

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