Terapia cognitiva contra la ansiedad

La ansiedad es uno de los trastornos más comunes de nuestro tiempo porque estamos sometidos a fuertes presiones laborales, económicas y sociales. El estrés, unido al nerviosismo o a la inseguridad, puede ser el detonante de un cuadro de ansiedad que no sólo se manifiesta con una angustia indescriptible, sino también con síntomas como la taquicardia, la asfixia, la sudoración y la sensación de mareo.

La ansiedad puede ser un mecanismo natural de defensa de la mente para que permanezcamos alerta frente a posibles amenazas o peligros del entorno. Por ejemplo, caminar con mucha precaución y algo de nerviosismo por una calle desconocida es útil para reconocer el peligro y actuar rápidamente. Sin embargo, cuando la ansiedad se convierte en un sentimiento asfixiante y desproporcionado, perdemos el control sobre nuestra propia capacidad de reacción y nos sumergimos en una espiral de miedo e inquietud que nos puede paralizar.

Cuando la ansiedad es duradera e incontrolable y cuando aparece en momentos inesperados, hablamos de un trastorno de ansiedad.

Tratamiento recomendado

Desde el National Institute for Health and Clinical Excellence, que sirve de guía para muchos psicólogos en el mundo, el tratamiento recomendado contra la ansiedad es la terapia cognitivo-conductual, aunque algunos terapeutas prefieren comenzar con una terapia cognitiva y luego dar paso a otros tratamientos.

¿Cuál es la diferencia? La terapia cognitiva busca que el paciente reflexione sobre la interpretación que le da a ciertos sucesos o momentos que le causan ansiedad. El paciente llega a comprender que el hecho, en sí mismo, no es negativo sino que todo depende de cómo lo asume o lo interpreta para su vida personal. El diálogo permite que el paciente y el terapeuta lleguen a conclusiones racionales, realistas y funcionales sobre el motivo de la ansiedad, sus detonantes y sus formas de respuesta.

Cambiar la forma en la que pensamos y en cómo procesamos la información (sobre aquello que nos produce ansiedad) genera, necesariamente, cambios en la emoción y el comportamiento. Este es el principio básico de la terapia cognitiva.

En la terapia cognitiva-conductual, además de indagar por el origen de la ansiedad, el terapeuta buscará un cambio en el comportamiento mediante técnicas de condicionamiento. La idea es encontrar nuevos estímulos y conexiones con el entorno que nos induzca a otro tipo de reacción, más sana, menos agobiante.

El paciente va superando sus miedos en la medida en que el psicoterapeuta ordena de otra forma los estímulos que provocan ansiedad. Es decir, si yo pienso que la situación X me va a producir un miedo incontrolable, experimentaré una ansiedad; pero si mi pensamiento está enfocado a que soy capaz de resolver esa situación o que es un factor ambiental y no depende de mí resolverlo, la tranquilidad y la proactividad pueden bloquear el agobio.

Las informaciones publicadas por Psicologos.com.co no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologos.com.co no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.