​Sin miedo a la rutina

Escuchar hablar de rutina por lo general nos genera muecas como caras largas y bostezos. Muchos dicen que le huyen, otros que la toleran, pero ¿realmente es tan mala?

Vivir días similares nos pasa a todos. La película protagonizada por Bill Murray nos recuerda el temor a sentirnos atrapados en un mismo día, pero la verdad es que como Murray notó luego de un tiempo, celebrar el día de la marmota o repetir días no tiene por qué ser tan malo.

Hagamos a un lado la mala fama de la rutina y enumeremos juntos las ventajas que nos presenta:

Sobrepasamos las decisiones innecesarias

El automatismo de algunas rutinas cotidianas nos lleva a 'funcionar' bien y sin contratiempos. La rutina nos enseña que, a diario por ejemplo, nos bañamos, desayunamos y vamos a trabajar, y no necesitamos invertir energía pensando mucho en eso.

De no tener rutinas todo el tiempo estaríamos preguntándonos qué debemos hacer y por pensar en lo urgente y minucioso del día a día, perderíamos de vista lo importante al no tener tiempo.

Míralo desde el punto de vista del filósofo William James, que definía el objetivo de la rutina como…

"Liberar nuestras mentes para dedicarnos a actividades realmente interesantes".

Podemos pensar en lo importante

Un dato curioso, explicado por el suplemento de ciencia de New York Magazine 'Science of Us', es que cuando no tenemos nada en qué pensar pensamos mejor…

Podrá sonar a trabalenguas, pero piénsalo así: ¿no te has cruzado con las mejores ideas cuando estás en la ducha o mientras sales a trotar?... Lo que nos explican es que este tipo de actividades rutinarias nos permiten soñar despiertos, ocupar la mente en la introspección y en el cultivo de buenas ideas.

Es posible decir que tus recursos cerebrales se optimizan cuando la rutina te libera de lo simple.

Por eso, prácticas como salir a caminar puede no solo ser una rutina saludable para tu cuerpo sino también para tu mente.

Alejamos la procrastinación

Mientras una rutina de aseo personal te ayuda a mantenerte limpio y sano, otras rutinas te permiten actuar con responsabilidad al conllevar al cumplimiento de tus labores. Si no tuvieras una rutina establecida probablemente no te pararías de la cama para ir a estudiar, no tendrías un orden para ir al trabajo y no tendrías la posibilidad de avanzar profesionalmente.

Muchos bailarines y deportistas reconocen las ventajas de las rutinas. En el caso de la coreógrafa Twyla Tharp, ir a diario al gimnasio antes de las 6 a.m. es una rutina que le evita detenerse a pensar demasiado en hacerlo y le ayuda a mejorar sus resultados. Interiorizar las rutinas nos mantiene lejos de la acumulación de pendientes, síntomas de la procastinación.

Si te parece muy difícil adaptarte a una rutina como leer una hora diaria, piensa que, aunque al principio costará luego tu cerebro te hará enfocarte más en dedicar la energía a la práctica que en pensar en si lo haces o no… La decisión de hacerlo será más automática.

¿Te sigue pareciendo una tarea imposible? Apóyate en los métodos terapéuticos de este listado de psicólogos especializados en el crecimiento personal.

Tendemos a ser más sanos

En su libro 'Willpower: Rediscovering the Greatest Human Strength', el psicólogo Roy F. Baumeister y el periodista John Tierney acuñan el término de "fatiga de decisión" explicando que por recibir las gratificaciones instantáneas es frecuente que tomemos decisiones rápidas.

Para explicarlo mejor, está el caso de los dulces al lado de la registradora: Los vemos nos antojamos, los compramos. Así de rápido y 'enganchador'.

Expertos como el psicólogo Walter Mischel, aconsejan que para sostener y automatizar las rutinas que nos favorecen podemos jugar a imaginar "que sería si…". Ejemplo: Si quieres comer mejor puedes pensar que sería de tu salud si todos los martes comieras ensalada, o qué pasaría con tu cuerpo si te acostumbras a acostarte una hora más temprano.

Mencionamos la hora del sueño porque esta es una de las áreas de nuestra vida en la que es más importante mantener rutinas sanas.

Nos permite ser coherentes

Como dice el dicho popular "nadie nace aprendido" y las rutinas cumplen su función para darnos el tiempo y espacio para aprender, y también para dar coherencia a nuestras vidas.

Aunque parezca simplemente aburrida, la rutina (en su justa medida) es según el portal especializado Scientific American "…la base que sirve para alcanzar metas más importantes".

"Si escribes media hora al día, acabas escribiendo mucho al cabo del año" - Gertrude Stein, poeta.

Tener una rutina te da un marco para invertir mejor tu tiempo y aprender acerca de lo que te interesa. Si repitiendo el día de la marmota una y otra vez el personaje de Billy Murray aprendió hasta a tocar piano, ¿qué no puedes hacer tú?

Busca inspiración, plantéate metas, y cuando estés a punto de quejarte de la rutina, piensa en lo mucho que ella hace por ti.

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