Reconozca los indicadores de maltrato infantil

Los niños que sufren maltrato físico o psicológico pueden manifestar cambios en su actitud, su rendimiento escolar o su comportamiento con los adultos.

26 ABR 2017 · Lectura: min.
Reconozca los indicadores de maltrato infantil

Los niños que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su desarrollo evolutivo, déficit emocional, problemas de conducta y limitaciones socio-cognitivos que le imposibilitan un desarrollo adecuado de su personalidad. De ahí la importancia de detectar cuanto antes el maltrato y buscar una respuesta adecuada que ayude al niño en su desarrollo evolutivo.

Hay que tener en cuenta que el niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide ayuda y esto lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo y/o negligente.

Solo a través de los indicadores podemos darnos cuenta de que está viviendo una situación de riesgo o sufre maltrato físico o psicológico. Los indicadores son aquellas manifestaciones en su conducta, en su aspecto físico o en su salud emocional y constituyen verdaderas señales de alarma o pilotos de atención.

A continuación exponemos una serie de indicadores que nos pueden ayudar en nuestra observación, sin embargo hay que tener en cuenta que éstos por sí solos no son suficientes para demostrar la existencia de maltrato sino que además debemos considerar la frecuencia de las manifestaciones, cómo, dónde y con quién se producen.

Es importante saber interpretar estos indicadores y no quedarnos ante ellos como observadores o jueces de una forma de ser ante la que no podemos hacer nada. Estos indicadores no siempre presentan evidencias físicas (algunas formas de abuso sexual, maltrato psicológico... ) sino que pueden ser también conductas difíciles de interpretar.

Posibles indicadores de maltrato físico y/o psicológico

  • Señales físicas repetidas (morados, magulladuras, quemaduras...)
  • Niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.
  • Cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula).
  • Cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente.
  • Conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes.
  • Relaciones hostiles y distantes.
  • Actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...).
  • Conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados para su edad.
  • Conducta de masturbación en público.
  • Niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual en el colegio, patio o alrededores).
  • Tiene pocos amigos en la escuela.
  • Muestra poco interés y motivación por las tareas escolares.
  • Después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio, etc..).
  • Presenta dolores frecuentes sin causa aparente.
  • Problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de apetito).
  • Falta a clase de forma reiterada sin justificación.
  • Retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual.
  • Presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños hurtos, etc.
  • Intento de suicidio y sintomatología depresiva.
  • Regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su edad).
  • Relaciones entre niño y adulto secretas, reservadas y excluyentes.
  • Falta de cuidados médicos básicos.

Si nota estas señales es importante prestar atención e investigar qué puede estar sucediendo en el entorno del menor. Este es un buen momento para empezar: diríjase con amor y respeto antes de castigar.

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Escrito por

María Eugenia Niño Sandoval

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