¿Por qué es importante la empatía?

En 1996 el neurólogo italiano Giacomo Rizzolatti, junto a su equipo, descubrió las que llamaría neuronas especular o neuronas espejo: Tras la observación de cerebros de monos encontró que unas neuronas se activaban cuando el sujeto hacía un movimiento, pero también cuando veía a otros hacerlo. Es por eso que algunas veces basta ver a alguien bostezar o reír para que nos descubramos haciendo lo mismo, pero identificarnos con otros y 'apropiarnos' de sus emociones va un poco más allá…

Con estudios complementarios posteriores se estableció que este sistema de neuronas permite que las personas 'compartamos' sensaciones y emociones de otros, tanto una 'risa contagiosa' como un dolor por una pérdida.

¿Qué es la empatía?

"La empatía consiste en la experiencia interna de compartir y compartir el estado emocional momentáneo de otra persona"- Roy Schafer

Compartir un café con un amigo y escuchar sus problemas no es necesariamente ser empático, es más bien un acto de simpatía que está bien y también hace parte importante de nuestras relaciones, pero la empatía es la experiencia de compartir lo que el otro siente y no solo captar de lejos lo que está pasando en su vida.

Ser empático es poder ponerte en los zapatos de la persona que escuchas y responder correctamente a sus reacciones, alejarte de lo que sientes (por un momento) y compartir lo que el otro está viviendo. Esta es considerada una habilidad social muy necesaria pues nos ayuda a tener mejores relaciones al entender mejor las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, en la sociedad esta habilidad nos permite ser más solidarios y formar comunidades que se apoyen entre sí.    "Es importante, primero, tener consciencia de nuestras emociones y manejarlas, para poder tener empatía, ya que de lo contrario terminariamos demasiado cargados y agobiados", puntualiza el psicólogo Alejandro Agudelo. 

Al compartir y experimentar las emociones de otros nos convertimos en personas más asertivas y comprensivas, porque no se trata de tener la razón en un asunto sino de ayudar al otro a solucionar su problema. Aprender a escuchar es una de las tareas más importantes que pueden transformar relaciones y mejorar nuestra perspectiva, pues usualmente el punto de quiebre que conlleva a muchos problemas familiares y de pareja es la incapacidad de separarse del punto de vista personal.

La empatía hace parte del desarrollo de nuestra inteligencia emocional, por lo tanto es una habilidad en la que podemos trabajar de la mano de expertos para alcanzar mejores relaciones y a su vez, más comprensión del mundo que nos rodea.

Empatía con equilibrio

Las personas altamente empáticas son capaces de interpretar detalles en su interlocutor como el lenguaje corporal y el tono con el que hablan, su capacidad de observación y sensibilidad frente al otro los lleva a descubrir con mayor facilidad lo que el otro siente, a veces sin que lo mencione.

Sin embargo, en 'altas dosis' la empatía puede convertirse en un problema. Ser muy sensibles a las necesidades, sentimientos y emociones de otros puede ser contraproducente si nos aleja de nuestro bienestar.

Si eres una persona altamente sensible es probable que tengas momentos en que te sientas agobiado y demasiado 'cargado emocionalmente', lo más aconsejable es acudir a un consejero o psicólogo que te ayude en tu crecimiento personal y a mantener la calma. Encontrar el equilibrio entre escuchar nuestras propias emociones, atender nuestras necesidades y ser personas más solidarias y menos egoístas, es una de las metas que podemos plantearnos si queremos aportar a la formación de una comunidad menos individualista.

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