​Obsesionados con la imagen de los famosos

Hacer lo que sea para parecerse un famoso o a personajes de la ficción, ya no nos extraña. Recordamos la historia de Celso Santebañes, un joven de 20 años que falleció a causa de las múltiples cirugías plásticas a las que se sometió para parecerse a Kent, el novio de la Barbie. Y en la lista podríamos agregar a los cientos de pacientes que, en diferentes países, llegan a la consulta de los cirujanos plásticos esperando que hagan el "milagro" de desaparecer, aumentar, reducir o pulir partes de su cuerpo para lograr la silueta perfecta. 

Entramos entonces en una obsesión, que centra su foco en la imagen corporal

Trastorno Dismórfico Corporal

Antes conocido dismorfofobia, el Trastorno Dismórfico Corporal consiste en la preocupación extrema y constante con la apariencia e imagen corporal y en especial medida con los defectos, tanto que llegan a tener implicaciones en sus vidas .  

Quienes sufren de este trastorno sufren de síntomas como ansiedad y una percepción distorsionada sobre su propio cuerpo.  Aunque todos pensamos en mayor o menos medida en la imagen que proyectamos o lo que pensarán nosotros, estas personas llegan hasta extremos patológicos al obsesionarse y preocuparse desmedidamente por su aspecto.

"Mucha gente piensa que estoy loca, pero no me arrepiento de las cirugías. De hecho, me gustaría que mis pechos fueran aún más grandes en el futuro"- Alicia Amira, joven londinense de 26 años, obsesionada con parecerse a la muñeca Barbie.

Efectos autodestructivos

Casos como el de Alicia Amira (Londres) y Paris Herms (Alemania), quienes se han gastado millones en cientos de cirugías para verse como la muñeca con la que jugaban en su niñez, son cada vez más frecuentes porque además cuentan con cientos de seguidores en las redes sociales que de cierta manera alimentan la distorsión con la que se perciben.

Lo que sucede con quienes sufren del Trastorno Dismórfico Corporal (TCD) es que adoptan comportamientos destructivos en su vida. Desarrollan hábitos que son negativos y que impactan directamente sobre su autoestima y estilo de vida, como mirarse excesivamente al espejo y pensar en cómo podrían mejorar eso que consideran imperfecciones y cómo esos cambios transformarían notablemente su vida.

Autoimagen y comportamientos

El cómo nos vemos a nosotros mismos juega un papel fundamental en nuestro bienestar. Puede que no lo notemos siempre, pero la autoimagen está ligada íntimamente a nuestra autoestima haciendo que nos sintamos mejor o peor con quienes somos, e incluso lleguemos a comportarnos de manera diferente según esta percepción.

Si sufrimos de autoestima debemos buscar apoyo psicológico pues estamos en riesgo de caer en descuidos en áreas como la higiene, así como en otros extremos como la preocupación excesiva de detalles físicos reales o imaginarios que vemos en nosotros mismos. Problemas que dan lugar al Trastorno Dismórfico Corporal.

Si pasas horas mirando una parte de tu cuerpo y soñando en cambiarla, ¡ten cuidado con obsesionarte!

Quienes llegan a este punto suelen obsesionarse con:

• Características faciales.
• Áreas particulares del cuerpo.
• Sensación de desproporción o asimetría con alguna característica corporal.
• Exceso de peso o falta de él.

Todas estas sensaciones pueden derivar a su vez en problemas de alimentación y a conductas compulsivas con las que intentan evitar la ansiedad que les produce la obsesión, como:

• Usar grandes cantidades de maquillaje para estar en público o no salir sin maquillarse.
• Peinarse continuamente.
• Usar ropa que tape su cuerpo al máximo.
• Realizarse cirugías en exceso.
• Tomar medicación para cambiar su peso.

Estándares de belleza, un riesgo para la autoestima

Síntomas del TCD

Sumados a los comportamientos antes enumerados, al sufrir de este trastorno las personas pueden pasar horas y horas pensando negativamente acerca de su apariencia física, concentrándose en el área o aspecto que los pone ansioso. En síntesis, sufrir de Trastorno Dismórfico Corporal se manifiesta con frecuencia con estos síntomas:

• Sentimientos de vergüenza, culpa o soledad.
• Depresión o ansiedad.
• Percepción negativa de su imagen corporal
• Aislamiento.
• Uso de fármacos u otras drogas.
• Autolesiones.
• Pensamientos suicidas.

Causas y tratamiento

No se conoce con precisión cuáles son las causas que provocan el TCD, cada caso cuenta con particularidades que serán tenidas en cuenta por en los procesos de terapia cognitivo conductual que se recomienda implementar.

Aún así existen aspectos que han sido vistos con frecuencia en los pacientes de este trastorno: Ser víctimas del bullying, tener baja autoestima, sufrir de miedo a estar solos, y/o ser perfeccionistas.

Ver además: El poder de la autoestima

Puede que las personas con TDC no piensen en buscar ayuda pues además de que se considera un trastorno obsesivo compulsivo también es común detectar un gran temor por ser juzgados por la gente o porque piensen que son muy vanidosos.

Para no pasar años sin recibir tratamiento para esta patología, como suele suceder, se aconseja que las familias y amigos estén muy alertas ante comportamientos extremos y que en vez de alejarse o 'regañar', conduzcan amorosamente a la persona para que se anime a iniciar un proceso terapéutico especializado.

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