No eres un fraude en el trabajo

¿Alguna vez has sentido que no deberías estar en el puesto de trabajo que actualmente ocupas? ¿Has sentido que no tienes los méritos suficientes para estar en dicha posición? ¿Crees que tus compañeros de trabajo son mejores que tú? ¿Temes que todos se den cuenta que eres un fraude? Estas son algunas de las preguntas que, casi a diario, se hacen las personas que sufren el denominado 'síndrome del impostor', una dolencia que es más común de lo que muchos piensan.

Tranquilo, no eres un fraude en el trabajo ni en ningún otro aspecto de tu vida.

Frecuentemente, quienes padecen de este síndrome se sienten -sin ser siquiera conscientes- como si fueran un fraude, lo que mina su autoestima e, incluso, su desempeño laboral.

"Pensar que no eres capaz de algo te hace más conservador, por eso es raro que se arriesguen o pidan aumentos de sueldo y ascensos", asegura la psicóloga laboral Elisa Sánchez.

"Así que es habitual que trabajen por debajo de su potencial. Se conforman". La experta indica además que las personas afectadas por este síndrome tienden incluso a cobrar menos de lo que merecen, debido a que no se sienten dignos del papel que desempeñan ni el trabajo que ocupan, por lo que es habitual que "tengan mucha dedicación al trabajo, sientan culpa relacionada con la autoexigencia, tapen sus debilidades y consideren un problema sus imperfecciones".

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¿Cómo reconocer este síndrome?

Darte cuenta, conscientemente, de que padeces este síndrome no es tan difícil como se puede pensar. Una forma de descubrirlo, que es el primer paso para superarlo, es haciéndote estas sencillas preguntas referentes a tu ambiente laboral y a tus relaciones personales.

En el trabajo:

• ¿Evitas emprender algunos proyectos por creer que no estás a la altura de ellos?
• ¿Te sientes incómodo si hacen cumplidos relacionados con tu profesión o con lo que haces?
• ¿Sientes que no mereces el puesto que ocupas actualmente?

En las relaciones:

• ¿Te incomoda, o te molesta, que digan cosas buenas sobre ti?
• ¿Piensas que tus seres queridos te halagan por cosas que no son importantes?
• ¿Sientes que llevas una vida que no te mereces?

Piensa bien tus respuestas y si la mayoría de ellas son positivas, es muy probable que padezcas de este síndrome, pero no debes preocuparte, hay maneras de superarlo y aquí te lo contaremos.

Estos son algunos posibles responsables de lo que sientes

Hay muchos elementos que pueden llevarte a desarrollar el síndrome del impostor. La doctora Valerie Young, experta en esta dolencia, señala que hasta siete de cada diez personas han pasado por él en algún momento de sus vidas.

"Millones de mujeres y hombres en todo mundo, desde exitosos directivos de empresas, hasta brillantes estudiantes o actrices, como Kate Winslet, están secretamente preocupados por no ser tan capaces como todos creen", asegura Young.

De acuerdo con las experta, son cuatro las causas más frecuentes de este síndrome:

1. Estereotipos. Si bien el síndrome del impostor, según la especialista, es "igual de frecuente en mujeres que en hombres", en el pasado se pensaba que principalmente afectaba a las mujeres debido a los "mensajes de éxito y fracaso en la sociedad" y a la "presión ante ser madre y, al mismo tiempo, una profesional de éxito".
2. Percepción. Es muy importante también la percepción de éxito, fracaso y competencia que tiene cada persona. "Las personas que sufren el síndrome son muy exigentes consigo mismas y tienen una lista de requisitos prácticamente imposibles de llevar a cabo".
3. Salario. Según señala la experta, que trabaja principalmente con mujeres profesionales, "la realidad de la mujer en el mundo profesional" es también una causa de este síndrome. Las diferencias salariales y compararse con los compañeros y colegas puede ser un detonante para este síndrome.
4. Familia. Las dinámicas familiares durante la infancia son un elemento fundamental en el desarrollo de este síndrome. "Cuando tu hermano es 'el inteligente' y tú eres el simpático', o tienes presión para sacar buenas notas, padres muy exitosos o sientes que eres la oveja negra", dice la experta.

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¿Cómo lo superamos?

Hacerle frente a este síndrome de manera consciente es clave para su superación. Es importante que te des cuenta de tu valor e importancia. Para esto, realiza este pequeño ejercicio:

Elabora una lista por escrito con los que creas son tus puntos fuertes, relacionados especialmente con tu trabajo, relaciones afectivas y de amistad, además de tu personalidad. Es importante que la lista sea escrita para que tu hemisferio izquierdo se comunique con el derecho y lograr resultados. Al lado de cada uno de los puntos fuertes describe lo que te ha llevado a conseguir ese aspecto (recursos, habilidades, experiencias) y qué tipo de esfuerzo has realizado para que ese sea tu punto fuerte. Este ejercicio sirve para que hagas consciencia de quién eres, reconozcas tus habilidades y continúes aportando al mundo por medio de ellas. 

Debes detectar esas creencias que pueden estar minando tu visión de ti mismo. Si en el trabajo te halagan por un desempeño adecuado, no debes sentirte mal por el contrario deberías pensar qué llevó a ese comentario. Apunta en un papel los sentimientos desagradables que te genere este tipo de situaciones para tenerlas más claras.

Cuando tengas detectados estos sentimientos, contrástalos con la realidad. Si te hacen un halago por el buen trabajo realizado, busca evidencias de esa labor. Mira que de verdad lo has hecho bien y que te mereces ese felicitación. Siempre es posible hacerle frente a estas confusiones internas, y contar con la ayuda de un especialista puede facilitártelo, en este listado encontrarás algunos cerca de ti:

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