Los Millenials no son tan especiales como ellos creen

Según el experto británico en liderazgo Simon Sinek, los Millenials no son especiales, sino inmaduros e impacientes. El video en el que explica su planteamiento es todo un fenómeno viral.

7 FEB 2017 · Lectura: min.
Muchos Millenials crecieron con "estrategias fallidas de crianza" como decirles continuamente que eran especiales, que podían obtener todo lo que quisieran en la vida.

Los nacidos entre 1984 y 2000 son los llamados 'Millenials', una generación que prometía cambiar radicalmente la visión del mundo gracias a su audacia para el emprendimiento, su creatividad y su capacidad de adaptación a diferentes culturas.

Sin embargo, el escritor británico y experto en liderazgo, Simon Sinek, desmonta el mito y abre la polémica: los Millenials siguen siendo niños caprichosos que todo lo quieren tener, porque están acostumbrados a eso desde que nacieron y son incapaces de afrontar la frustración.

Los acusa de perezosos, egoístas, sin capacidad de concentración y muy narcisistas. Todas estas perlas las soltó Sinek en el programa de televisión Inside Quest, especializado en motivación. Sinek es uno de sus invitados habituales, pues es ampliamente conocido por su charla TED 2009 'Cómo los grandes líderes inspiran a la acción' y por libros de su autoría como "La clave es el por qué", "Juntos es mejor" o "Los líderes comen al final".

Su intervención sobre los Millenials ha sido todo un fenómeno viral en Youtube y sólo en Colombia ha sido visto por más de 12 millones de personas.

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¿Qué dice Sinek que impresiona tanto?

Básicamente, que los Millenials se sienten con derecho a todo. "Cuando logran un trabajo que les gusta y en el que encuentran mucha comida gratis dicen que todavía no son felices, porque creen que les falta una pieza". Esta pieza faltante se explica en cuatro elementos que actúan como un rompecabezas: la crianza, la tecnología, la impaciencia y el ambiente.

Muchos Millenials crecieron con "estrategias fallidas de crianza" como decirles continuamente que eran especiales, que podían obtener todo lo que quisieran en la vida. Pone como ejemplo, los casos de niños que recibieron medallas sólo por participar en un concurso o por llegar de últimos en una carrera o de premios que los padres otorgaban porque les parecía injusto que sus hijos no recibieran elogios en el colegio.

Cuando los Millenials se gradúan, consiguen un trabajo y entran en el mundo real se dan cuenta de que no son especiales, de que mamá no podrá conseguirles un ascenso, de que no les darán ninguna recompensa sin merecerla y que no podrán obtener las cosas sólo por desearlas. En un instante, su autoimagen se viene abajo.

Son una generación con una autoestima menor que otras generaciones, asegura Simon Sinek.

Esa necesidad de reconocimiento se ve reflejada en sus comportamientos en redes sociales: están obsesionados con el número de "me gusta", cuentan los segundos para que les respondan los mensajes en Whatsapp y cuestionan permanentemente la imagen que reflejan. "Tienes una generación entera con acceso a un adictivo adormecedor químico, llamado Dopamina", explica el autor, refiriéndose al efecto placentero que produce esta sustancia en el cerebro y que los Millenials encuentran en sus interacciones virtuales. De hecho, reitera que las personas más depresivas son aquellas que pasan mucho más tiempo en redes sociales que haciendo su vida en el mundo real.

Para Sinek es preocupante que los Millenials no tengan las herramientas suficientes para lidiar con el estrés y la frustración y que además padezcan de una terrible impaciencia.

La recompensa instantánea es otro de los factores que participa en la ecuación: "si quieren comprar algo, lo buscan en Amazon y lo tienen al otro día; si quieren ver una película, la buscan en Internet; no tienen qué verificar si está en el cine o esperar la hora de la función; si quieren entablar una relación con alguien no tienen qué preocuparse por ser ellos mismos, simplemente buscan a la persona por redes sociales".

Está comprobado: niños sobreprotegidos, adultos inseguros

La gran lección de Sinek en su charla es la paciencia. Darse cuenta de que lo que queremos está en la cima de una montaña y hay que escalar esa montaña. Rápido o despacio, no importa. Lo importante es esforzarse y conseguir lo que se quiere, con paciencia.

Finalmente, critica el ambiente al que deben enfrentarse los jóvenes Millenials porque llegan a empresas donde lo que importan son los números y no las personas.

Son ambientes corporativos que no les ayudan a generar confianza en sí mismos, que no les ayudan a crear habilidades de cooperación, no les ayudan a superar los desafíos del mundo digital y tener un balance con el mundo real.

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Revisado: Mariana Garavito

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