La Navidad: época de magia para los niños
Llega la época navideña con sus afanes, muchas compras, planes de vacaciones y muchos compromisos. Pero, ¿cuál es el papel de los niños hoy en día?
La época de Navidad era un momento de tradiciones en el que se generaba un ambiente especial de compartir porque alrededor de la mesa cenábamos en familia. En un ambiente de calidez, se repartían los regalos del Niño Dios o de Papá Noel -regalos más grandes o más pequeños- no importaba, pues más allá de la moda o de la necesidad de comprar, estaba el momento especial e inolvidable en familia.
Estas vivencias permanecen en los recuerdos de muchos de los que ahora somos padres. Así como fueron de gran felicidad, en su momento, perduran y nos han hecho más fuertes en los momentos difíciles de la vida pues permanecen anclados en nuestros inconscientes tal y como lo expresa el psicoanalista, B. Bettelheim (1991).
Por esta razón, es importante que los padres de familia se detengan y replanteen sus planes navideños y den el protagonismo a sus niños, devuelvan la mirada no sólo a su familia inmediata sino a la familia extensa: primos, tíos, abuelos...
Recuperemos las tradiciones como la cena en familia, sin importar el credo que profesen, porque es una oportunidad para darle vida a todos los símbolos representados en las festividades.
Algunos preguntan ¿qué sucede con los regalos del Niño Dios o Papá Noel? ¿Por qué se debe conservar el concepto de estos seres mágicos? Hay quienes piensan que deben erradicarse. Yo pienso que no, por varias razones:
La manera en que los adultos entendemos el mundo es diferente a la manera como lo hacen los niños.
El desarrollo del pensamiento en el niño pasa por una etapa de pensamiento mágico necesaria (Piaget, 1978) y se refleja como una manera de interiorizar la información acerca de cómo funciona el mundo. Ésta se abandona de forma gradual hacia el final de la infancia para poder adquirir el pensamiento concreto y racional. Por esto para un niño es normal creer que Papá Noel entra por la chimenea (aunque la chimenea no exista), que vaya a la casa de todos los niños etc...
El pensamiento mágico le ayuda a entender la realidad y negárselo prematuramente -por un exceso de racionalidad- no lo va a hacer más inteligente. Por lo contrario, en su vida adulta va a tratar de compensar esta carencia de diferentes formas no apropiadas.
De manera que papás, vivan la Navidad con sus niños, permitan que se generen los sentimientos gratos que la época navideña despierta y denles protagonismo a los niños, vivan con ellos la magia y la fantasía pues esto los acompañara toda su vida y los ayudara en los pasajes difíciles que eventualmente tengan que afrontar.
Referencias:
Bettelheim.B. 'No hay padres perfectos'. Editorial Crítica Barcelona.1991
Piaget .J. 'La Representación del Mundo en el niño'. España.Morata.1978
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