La discapacidad como una manera de cambio y progreso
Hoy les hablaré no como Federico Millan Millan, el psicólogo sino como aquella persona que a los 18 años de edad sufrió una neuropatía óptica de Leber
Conocer nuestras limitaciones nos hace establecer diferentes paradigmas y puertas que nos llevan a diferentes estados emocionales y visiones de proyecto de vida.
Cuando te toca el concepto de discapacidad, tu familia, amigos y pareja, entre otros, cierran el campo de ánimo frente a la vida; ya que este entorno no alcanza a entender la dimensión de tu pérdida, sea cual sea. Por esta razón es importante creer y fortalecer nuestro campo mental, físico y espiritual, ya que en este reto o camino que nos ha dado la vida encontraremos obstáculos que nos generarán sentimientos de tristeza, amargura, frustración pero al mismo tiempo nos enseñará y nos enrutará.
Aquello que en algún momento vimos como debilidad se transformará en una fuerza maravillosa que solo podremos controlar con muchísimo más aprendizaje, sensibilidad, retos y objetivos claros, que expondrán no solo a la sociedad sino a uno mismo el don de ser grande en cualquier área.
Mi historia
Mi nombre es Federico Millan MiIlan, tengo 40 años de edad, soy psicólogo clínico de profesión, pero mucho antes de todo esto tuve mi primer tropiezo emocional, físico y personal. A los 18 años, siendo un joven con todas mis capacidades físicas, me diagnosticaron una neuropatía óptica de Leber, que consiste en la inflamación del nervio óptico. Como consecuencia el campo visual disminuye.
Mi familia, muy preocupada por mi salud, hizo grandes esfuerzos con especialistas en Colombia y en el exterior, ya que pensaban que podría cambiar el diagnóstico según los profesionales que me trataran. Estuve en Estados Unidos y Cuba, visité médicos bioenergéticos, hice Reiki y hasta busqué ayuda divina pagando penitencias por un milagro.
Esta situación me llevó a tener cuadros depresivos, no solo a mí sino a mi familia. Me cuestioné muchas veces ¿por qué yo? y sufrí al ver a mi madre llorando en silencio durante 2 años, culpándose por mi situación.
Durante este tiempo mi hermana estuvo sola ya que toda la atención del entorno familiar se centraba en mí. Este tipo de circunstancias en algún momento generaron en mí autocompasión y la única manera que encontraban para ayudarme era limitándome; ya que por lástima pretendía no hacer nada por mí mismo.
A pesar de todo esto, tuve que enfrentarme a una nueva realidad pues hasta para pasar una calle debía estar acompañado, y apoyarme en diferentes ayudas visuales para obtener calidad de vida.
Encontré a una persona que partió en dos el concepto de mi vida y mi futuro: mi padre. Él, con una frase sencilla pero contundente me hizo entender que el futuro dependía de mí:
"Desde hoy yo cómo su papá le voy a exigir que sea el mejor en todo lo que haga".
Así fue como decidí estudiar Psicología y he podido trabajar en instituciones educativas y alcaldías municipales donde soy referente de salud mental; he sido psicólogo de comisarías y en la actualidad trabajo con el proyecto más lindo y que me exige mayor fuerza: hacer empresa con mis condiciones y experiencias profesionales y empezar un nuevo ciclo en mi vida.
Un regalo de superación
Todo esto no sería interesante si no existieran personas que han tocado mi fibra profesional y personal. Estos son mis padres, mi pareja, mi hermana y mi sobrino. Son ellos los que han visto en mí desde siempre mi potencial como ser humano y ven mi discapacidad visual como un regalo de superación.
En el trasegar de este proceso sucedieron diferentes cosas inexplicables para mí pero claras para la sociedad. Cuando tienes una discapacidad de cualquier índole, el entorno, las instituciones educativas y el campo laboral no están preparados para acoger, intervenir y hacer un acompañamiento adecuado en el proceso de inclusión que requiere la persona.
Romper todo este tipo de paradigmas académicos y sociales no es fácil, ya que existe una estructura que desconoce lo que implica la discapacidad, además de la distorsión mental de aquellas personas que creen que no se puede llevar un proyecto de vida satisfactorio, exitoso y agradable.
De manera que los retos no son solo personales sino que también debemos abrir un espacio y una ventana para que la gente conozca que tener una discapacidad no es más que un motivo de superación.
Por esto invito a todas aquellas personas que leen este texto a reflexionar sobre la importancia del ser y del conocer.
El ser como un individuo íntegro con fortalezas y debilidades, pero que siempre encontrará un motor o un objetivo para llegar a la meta anhelada. Y el conocer abre los paradigmas de la discapacidad ya que en este momento encontramos profesionales exitosos en todas las áreas con grandes habilidades de resolución de problemas o emprendedores que no solo se han superado a ellos mismos, sino que han transformado al mundo con sus mensajes. Cito como ejemplo a Nick Vujicic y Lizzie Velásquez.
Mi granito de arena en este largo proceso es el de poder ser cada día mejor como hijo, esposo, y profesional y así mismo poder orientar a otras personas que se enfrentan a dificultades de cualquier naturaleza para generar un cambio de pensamiento y acción frente su situación, entorno y familia.
La realidad no se determina por la situación actual de un individuo sino por la disposición que tenga frente a ella.
Las informaciones publicadas por Psicologos.com.co no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologos.com.co no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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