Heridas emocionales que adquirimos en la infancia y perduran hasta la vida adulta
Aprende a gestionarlas y a cambiar comportamientos nocivos que afectan tu bienestar mental.
La niñez es la etapa de nuestra vida donde más aprendemos. Somos como un libro en blanco que se va llenado con mucha rapidez de todo tipo de experiencias, tanto positivas como negativas. Aprendemos a hablar y a escribir, pero también a hacer amigos y a ser empáticos, entre otras. Es por este motivo que las heridas emocionales que adquirimos en la infancia tienen eco en nuestra vida adulta y, en ocasiones, son la raíz de la mayoría de los problemas emocionales que sufrimos.
En los adultos con problemas en su salud mental y emocional, el origen usualmente se rastrea hasta la infancia. Haber sufrido situaciones dolorosas, desplantes, humillaciones, abusos y cualquier tipo de situación desagradable en la niñez termina siendo el caldo de cultivo para que en nuestra vida adulta tengamos graves impactos emocionales.
"Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz" - Tom Robbins.
A medida que crecemos, nuestra comprensión de lo que nos pasó cuando chicos es mayor, por lo que el dolor que sentimos de niños puede llegar a hacer que nos enfrentemos al mundo con desventaja, teniendo una baja autoestima.
Las heridas más comunes
Son muchas las heridas emocionales que podemos llegar a tener en la infancia y que posteriormente afloran en nuestra vida adulta. Mira atentamente esta lista y pregúntate si en algún momento puedes llegar a sentirte identificado. Es importante saberlas identificar para después poder trabajar sobre dichas heridas y para lograr superarlas.
- Ser humillado. Las criticas y el bullying constante por parte de padres, hermanos y amigos, entre otros, pueden ser muy perjudiciales en el desarrollo de la personalidad del infante. Algunos adultos que fueron humillados de niños pueden ser personas retraídas, a los que les cuesta confiar en los demás y bajos de autoestima.
- Presión constante. Los niños que están sometidos a presión constante por parte de los adultos, como cuando son obligados a mejorar en algún deporte o tener las notas más altas, pueden crecer con la sensación de que no son suficientemente buenos.
Ideas para que los niños aprendan a gestionar sus emociones
- Sufrir injusticias. De pequeños desarrollamos nuestro sentido de la justicia y sabemos cuando se está siendo justo y cuando no. Cuando el niño es víctima de injusticias repetidamente, pensará que no vale la pena y tendrá una visión negativa de la vida. Incluso puede llegar a fallar en las relaciones interpersonales, porque le costará creer en los demás.
- Violencia física. Algunos niños, al aprender con el ejemplo, pueden llegar a 'normalizar' la violencia física así no sea ejercida en contra de ellos. Si están expuestos a ambientes violentos, creerán que la violencia puede ser solución a los problemas y crecerá siendo agresivo, sin poder manejar adecuadamente su ira y replicando los comportamientos, siendo un maltratador con su pareja o con sus hijos.
- Actitud defensiva. El maltrato o abuso físico también puede llevar a que los niños tengan una constante actitud defensiva, que es una forma de demostrar su inseguridad. Son personas desconfiadas, que manifiestan hostilidad y que no pueden abrirse emocionalmente con las personas.
- Abandono. Esta es una herida emocional que se vincula con padres o cuidadores poco vinculados al niño y que no responden como figura protectora, sin darle al pequeño la atención necesaria. De esta forma las personas que han vivido ese abandono emocional tienden a ser inseguras y desarrollan una dependencia emocional, usualmente con su pareja, basada esta en el miedo a ser abandonado.
- Dependencia. Cuando, por el contrario, somos sobreprotegidos de niños y tenemos todo lo que deseamos, podemos crecer como adultos caprichosos que quieren tener todo a nuestra disposición. Esto también crea un estado de constante frustración, ya que no obtenemos siempre lo que queremos.
- Promesas incumplidas. Las promesas incumplidas por parte de los padres a los niños también tienen un duro peso en su desarrollo. Decirles que mañana los llevarán de paseo o que si sacan una buena nota les comprarán el juguete que quiere, pero no hacerlo, marca dramáticamente al infante que tiende a creer que las personas no son de confianza. Esta sensación tiende a crear adultos inseguros, miedosos y con problemas de celos.
¿Cómo empezar a curar esas heridas?
Es importante que una vez identificadas las heridas que tenemos, y que tienen su raíz en nuestra infancia, tratemos de darles un cierre y trabajar sobre ellas para tener una mejor salud emocional.
¿Cómo hacerlo? Hay varios consejos que puedes seguir y, en caso de necesitarlo, también puedes consultar a un psicólogo de nuestra lista de especialistas que te ayudará con dicho proceso.
- Autoestima. Reconstruye tu autoestima y aprende a valorarte. Es muy importante aprender a apreciar lo que hay en uno mismo. Esa es la base para continuar.
- Aceptación. Sabemos que nuestras heridas emocionales están allí, hay que aceptarlas y trabajar sobre ellas. Tenemos claro que nos acompañan desde que éramos unos niños y que debemos buscar una solución acorde a cada uno.
- Perdón. Libérate de las cargas y el peso del rencor perdonando a los que te hicieron daño y perdonándote a ti mismo. Da el capitulo como concluido y avanza, es lo mejor que puedes hacer y es otro paso clave para empezar a curar las heridas emocionales de la infancia.
Consejos para ganar confianza en ti mismo
- Expresión. Deja fluir a tus emociones. No intentes reprimirlas, si sientes tristeza o rabia expresa esas emociones ya que guardarlas no te hará nada bien. Las expresiones negativas tienden a desaparecer si tu las dejas fluir.
- Apoyo. Busca el acompañamiento y apoyo de tus seres queridos. Habla con ellos y diles cómo te sientes. Este apoyo puede ser clave en tu evolución positiva.
Las informaciones publicadas por Psicologos.com.co no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psicologos.com.co no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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Leí el texto, no lo sabía y es muy interesante. Hay muchas cosas que me pasaron en mi infancia y le está pasando a uno de los hijos.
¡Muy buenos escritos, que nos ayudan para mejorar nuestro diario vivir!