​Hacerse pasar por víctima. El que no es víctima ni victimario

El comportamiento paranoico del que se hace pasar por víctima, puede estar relacionado con un trastorno de personalidad.

23 NOV 2017 · Lectura: min.
Además de no asumir sus responsabilidades y achacarle la culpa de todo lo malo a los demás, los victimistas desarrollan resentimiento, rabia y deseo de venganza.

El mundo no es a blanco y negro, no siempre las historias se reducen a víctimas y victimarios. En la vida real hay escalas de grises y roles que muchas veces pasan desapercibidos, este es el caso de quienes no son víctimas pero tienden a verse a sí mismos como tales, tratando de que los demás también tengan esa misma perspectiva: Los victimistas.

El victimista se queja constantemente de su mala suerte pero no hace mucho por cambiar las situaciones o los pensamientos que le llevan al fracaso. Todo lo contrario: repite esquemas porque se ha metido en su propio círculo vicioso y para él es más importante "llamar la atención" con su historia terrible, que plantear soluciones. El sufrimiento es, para el victimista, una forma de vida y como ve que muchas veces consigue lo que se propone, no intenta cambiar. Utiliza el chantaje emocional para manipular a los demás, no asume la responsabilidad de sus actos y descarga toda la culpa en factores ajenos o en terceras personas. 

El victimismo es uno de los rasgos predominantes en el Trastorno Paranoide de la Personalidad. La persona tiende a interpretar la actitud de los demás como amenazante y se mantiene a la defensiva. Se calcula que entre el 0,5% y el 2,5% de la población sufre este Trastorno. Rara vez buscan ayuda psicológica porque consideran que el problema no reside en ellos mismos sino en sus circunstancias externas y en las personas que los rodean; pero no paran de quejarse con quien pueden y mostrarse desconfiados. 

Les cuesta perdonar una ofensa o un perjuicio, porque se sienten muy importantes y consideran que sus derechos prevalecen sobre los de los demás. 

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A diferencia de las personas que sufren Trastorno Delirante, el Paranoide no sufre alucinaciones ni ideas delirantes concretas. Es una persona que, puede tender a la hipocondría (inventar o agravar enfermedades) y prefiere estar solo a comprometerse en una relación estable.

Quizá eres una de estas personas y no eres consciente de que presentas un Trastorno, o quizá tienes a alguien cercano que suele manipularte de manera pasiva e inconsciente. El problema en estos casos es precisamente que el comportamiento se da sin un plan previo, es decir, es tan natural que no se alcanza a percibir y solo a través del tiempo y el desgaste empezamos a notar que estamos viviendo en medio de un chantaje emocional constante.

En situaciones particularmente estresantes, el cuadro del Trastorno Paranoide de la Personalidad puede agravarse y el sujeto puede acudir a psicoterapia para tratar el estrés. El psicólogo puede darse cuenta de que hay algo más y sugerir una terapia de conducta para modificar pensamientos bloqueantes y cambios en el comportamiento para entrenar las habilidades sociales, pero algunos pacientes se niegan a aceptar el tratamiento porque, justamente, consideran que es una agresión hacia ellos y que el problema son los otros. 

El paciente puede sufrir de ansiedad y miedo, y usa este comportamiento como respuesta ante lo que siente. Es decir, se "defiende" de los ataques de un mundo que no lo comprende, mediante una reacción ansiosa, que puede ir acompañada de agresividad, si no encuentra "aliados" que lo apoyen y lo respalden como "la víctima que es". 

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Reconocimiento

Irónicamente estas autoproclamadas víctimas lo que buscan es el reconocimiento del mundo, que los demás le den el protagonismo y expresen lo que desean oír. La tendencia presente en el trastorno paranoide de personalidad, que puede considerarse un síntoma, es que los pacientes interpretan las acciones de los demás como ataques personales y amenazas.

A pesar de que no sea así estas personas se sienten explotadas frecuentemente, sienten desconfianza, son celosas y pueden llegar a actuar con agresividad pasiva. Sin embargo, dado que es un comportamiento que puede considerarse 'común' es poco frecuente que el victimista busque asesoría profesional y siquiera reconozca que sufre de este trastorno.

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Revisado: Manuel Minorta

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