Hacer ejercicio físico mantiene el cerebro en forma

Mente sana en cuerpo sano es una afirmación que cada vez gana más peso científico. Aunque no es un músculo, el cerebro también puede sufrir de lesiones que se previenen y tratan con el ejercicio corporal. Como parte de nuestro envejecimiento, el cerebro sufre un deterioro que según el neuropsicólogo holandés Erik Scherder, puede contrarrestarse más efectivamente con la práctica de ejercicio físico.

Se ha demostrado que las enfermedades degenerativas como la demencia y la enfermedad de Parkinson llevan a la reducción de capacidades motoras, cognitivas y sensitivas, pero también que en las personas que practican ejercicio físico con regularidad, la aparición de estas enfermedades puede retrasarse o no desarrollarse.

Contar con todas nuestras facultades y vivir de manera independiente es una tarea ligada al cerebro que influye directamente en el cómo nos sentimos y en nuestro bienestar emocional en general. Mantenernos en movimiento asegura que nuestro cuerpo y cerebro permanezcan en buenas condiciones; el problema es que el sedentarismo va en aumento. Según publicaciones de medios especializados como The Lancet, el sedentarismo es la cuarta causa de la mortalidad en el mundo actual. Ante este panorama, ¿qué podemos hacer para ejercitarnos físicamente y mantener sano el cerebro?

Tenga en cuenta estos consejos prácticos para mejorar la memoria

¿Qué actividades se recomiendan?

En esencia lo importante es ejercitarse sin importar qué deporte se elija.

Empiece por no quedarse más de tres horas en la misma posición para evitar el riesgo de una muerte prematura. Caminar puede ser un excelente recurso para acelerar sus pulsaciones un poco, pero si lo prefiere también se aconseja el baile o un paseo en bicicleta por un periodo cercano a 30 minutos por día.

Como lo menciona Scherder en uno de sus libros, quedarnos quietos y dejarnos llevar por el sedentarismo se asocia a enfermedades cardiovasculares, obesidad u otros, pero es poco lo que se reflexiona en sus efectos sobre el cerebro aunque ya se sabe que lo atrofia al afectar al sistema nervioso.

El autor también menciona que se han encontrado relaciones entre la corteza prefrontal ventromedial, el hipocampo, y las regiones cerebrales que forman los circuitos funcionales. En palabras sencillas, nos explica que acciones básicas como caminar ayudan a la memoria y a la capacidad de aprender, además que reducen el estrés elevando sustancialmente el bienestar.

Convierte tus buenos propósitos en hábitos

¿Cuándo empezar?

Ejercitarnos nos ayuda a todos sin importar la edad, por eso la respuesta es 'de inmediato'. A pesar de que ya existan daños cerebrales, se ha probado que el hipocampo puede aumentar con cambios en la condición física ligados a la práctica de un deporte, lo que significa que se favorecen los procesos de memorización y aprendizaje.

Tampoco hay que esperar a que tengamos el tiempo suficiente, ni confiarnos si estamos jóvenes. Las observaciones del neuropsicólogo holandés apuntan a que cuando la práctica deportiva se empieza en la juventud se elevan las posibilidades de tener una mente y cuerpo en buen estado por más tiempo.

"Moverse es vida y la vida es movimiento", insiste Erik Scherder

El Dr. Michael Merzenich, profesor de la Universidad de California se ha dedicado a la investigación sobre la plasticidad cerebral y afirma que "el cerebro cambia física, funcional y químicamente, a medida que adquiere una habilidad o a medida que mejora la habilidad". Así que la invitación es a retar el cerebro y retarse a usted mismo a seguir aprendiendo.

Gracias a esto comprendemos que así como ejercitamos el cuerpo podemos ejercitar la mente con actividades que la mantengan activa como armar un rompecabezas y resolver crucigramas, pues estas pequeñas prácticas son las que disminuyen riesgos como el sufrir demencia.

Consulte expertos en crecimiento personal que le ayuden a identificar las prácticas que pueden promover su equilibrio mental y póngase en la tarea personal de estimular su creatividad. Recuerde que comer bien, no fumar y dormir lo suficiente, son hábitos que protegen el estado tanto del cuerpo como de la mente.

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