Enséñale al otro cómo merecer tu amor

Las personas tienen que hacerse merecedoras del amor que se les ofrece. Cuando estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros, merecemos afirmación y comprensión.

30 ENE 2019 · Lectura: min.
Enséñale al otro cómo merecer tu amor

Quiero comenzar por una historia...

Hace muchos años en un reino, una princesa buscaba consorte. Apuestos príncipes y adinerados comerciantes asistieron al evento, y entre ellos se encontraba un joven plebeyo que no tenía más riquezas que el amor y la perseverancia.

Cuando llegó su momento de hablar, dijo: "princesa, te he amado toda la vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimento que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Esa será mi dote."

La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar: "tendrás tu oportunidad, sí pasas esa prueba me desposarás".

Así pasaron las horas y los días. El pretendiente permaneció afuera del palacio, soportando el sol, los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente súbdito siguió firme en su empeño sin desfallecer un momento.

De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, que con un noble gesto y una sonrisa aprobaba la faena. Todo iba de maravilla, se hicieron apuestas y algunos optimistas comenzaron a planear los festejos...

Al llegar al día 99, los pobladores de la zona salieron a animar al próximo monarca. Pero cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, el joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.

Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa: "¿Qué pasó? Estabas a punto de lograr la meta ¿por qué perdiste la oportunidad? ¿por qué te retiraste?"

shutterstock-700949644.jpg

Con profunda consternación y lágrimas mal disimuladas, el plebeyo contestó en voz baja: "la princesa no me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una hora. No merecía mi amor".

Este plebeyo no se sentía a gusto con el papel de victima. Esa es una lección importantísima en la vida:

Nunca acostumbrarse a protagonizar el rol de víctima.

¿Cómo nos sentimos cuando hemos sido víctimas de alguien? Impotentes, furiosos, desamparados, frustrados, y estas emociones son peligrosas porque nublan nuestra razón para dar paso a decisiones inseguras e impulsivas que siempre nos pasan la factura.

Todos tenemos esa fuerza interior del plebeyo que nos invita a cuidar de nosotros, antes de anteponer nuestras necesidades frente a las de los demás.

Cuando las relaciones se vuelven desproporcionadas (la princesa en la torre y el plebeyo a los pies de la torre) el otro no nos percibe como serviciales sino como sirvientes y en la mayoría de los casos somos nosotros mismos quienes nos ubicamos en esa posición de víctimas por patrones aprendidos o por falsas creencias que desarrollamos donde consideramos que solo somos merecedores de algo o de un poquito, pero nunca de todo lo bueno.

Por eso buscamos o aceptamos relaciones donde nos succionan hasta los tuétanos, donde hablamos de todo lo bueno que damos al otro y nos quejamos de cómo nos corresponde.

Pero hacemos oídos sordos y vista gorda de nuestra responsabilidad de sentirnos merecedores de amor para utilizar esa gran fuerza interior para cuidar de nosotros, ser nuestros autorescatadores, dejar de culpar a otros de nuestras desdichas y hacer lo máximo de nosotros mismos, tratando de convertirnos en lo que soñamos ser.

¿Quieres seguir leyendo?

¡Muy fácil! Accede gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.

Al continuar con Google, aceptas nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos


PUBLICIDAD

Escrito por

Psicóloga Ambar Ardila

17 años de experiencia en la atención terapéutica de adolescentes, adultos y parejas. Su filosofía de trabajo es "los pensamientos que elegimos son las herramientas que utilizamos para enriquecer nuestra vida y marcar la ruta". Motiva a los pacientes en el desarrollo de su autoestima y autocontrol.

Consulta a nuestros mejores especialistas en dependencia emocional
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

Comentarios 6
  • Dixon Ramos

    En algún momento hemos estado así, bendito sea ese día 99, es el día de la libertad!

  • Sandra bolaños

    Excelente!!!!!! Simplemente real

  • Fabimbustamante

    Así es, muchas veces le echamos la culpa a la otra persona y nos hacemos la victima, pero es nuestra decisión amarnos a nosotros mismos por encima de cualquier cosa o persona, porque si bien, alguien se siente como un plebeyo en una relación quiere decir que con la persona que está no es algo sano y mutuo por lo tanto es decisión de cada persona seguir o alejarse.

  • Judith manrique

    Excelente reflexión, gracias. Pido permiso para compartirla, está GENIAL.

  • Yulibeth Jiménez Orozco

  • Diana agudelo

    Es una realidad, donde nos dan amor y nosotros lo rechazamos o simplemente lo vemos como algo desmerecedor, no valoramos la persona correcta, pero sí pedimos a gritos que nos llenen de amor, respeto, etc

PUBLICIDAD