Encontrar paz en medio de la tormenta

En la vida es difícil reconocer cuando nos encontramos en un óptimo estado mental pero sí es bastante sencillo detectar cuando hemos perdido la paz o nos encontramos en un profundo malestar. Aprender a detectar estos momentos es clave sí queremos mantener el autocontrol y la serenidad.

Se cuenta que un soberano de avanzada edad quería transmitir a su hijo una valiosa lección que lo ayudó a a mantener a salvo su Reino durante toda su vida: la serenidad.

Para esto, organizó un concurso de pintura que plasmara este importante mensaje. El tema era la serenidad y el equilibrio, todas las obras serían recibidas sin importar su extrañeza o extravagancia.

De todos los lugares del mundo llegaron maravillosos cuadros. Algunos de ellos mostraban mares en calma, otros cielos despejados en los que una bandada de pájaros planeaba creando una sensación de calma, paz y serenidad.

De repente, ante el asombro de todos, apareció un cuadro con un mar revuelto en plena tempestad en el que enormes olas golpeaban con violencia las rocas oscuras de un acantilado. El cielo cubierto de enormes y oscuros nubarrones.

El extraño cuadro fue relegado a un rincón de la exposición.

Llegó el día en que su majestad, el Rey, tenía que decidir el cuadro ganador. Tenía una gran expectativa sin embargo, a medida que recorría la exposición su rostro transmitía una creciente decepción.

Todas eran obras hermosas, pero sin duda algunas todas eran carentes de lo más importante... El Rey estaba llegando al final de las obras cuando, de repente, se fijó en un cuadro que se asomaba en un rincón.

- ¿Qué es lo que hay allí que apenas se ve?

El Rey, que tenía una curiosidad natural, se acercó para fijarse bien en aquel extraño cuadro, que en efecto resultaba difícil de entender. Fue entonces cuando súbitamente, su rostro se iluminó y alzando la voz, declaró:

- Éste sin duda es el cuadro ganador.

- Majestad, nunca hemos discutido tus decisiones, pero ¿qué ves es ese cuadro para declararlo el ganador?

Entre las oscuras rocas de la obra había un pequeño nido donde había un pajarito recién nacido. La madre le daba de comer, completamente ajena a la tormenta que estaba teniendo lugar.

La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención en medio de la dificultad en aquello que para ti es una prioridad.

Las dificultades tienen el poder de hacernos crecer en habilidades y nuestra serenidad depende de la habilidad de detectar a tiempo esos recuerdos, experiencias y fantasías que nos conectan con la ira, el miedo o la ansiedad.

Las dificultades son autónomas para llegar sin invitación a nuestra vida, pero somo nosotros quienes tomamos la decisión de si nos quedamos enganchados en todos esos pensamientos perturbadores que afectan nuestro cuerpo y alma o si llevamos a nuestra mente a estados más productivos y serenos donde se deja afuera el miedo, las preocupaciones y el sufrimiento.

Es tomar la decisión de mantener la alegría mientas camino entre las dificultades, no negando la realidad que me rodea, sino aceptando lo que escapa de mi control, y buscando el valor en mi interior (pensamientos positivos) para cambiar aquello que puedo.

Para terminar les dejo este hermoso poema de Mahatma Gandhi que pueden recitar cada vez que necesiten alejarse de aquello que te desvíe de la felicidad y tus prioridades:

Cuida tus pensamientos, porque se volverán palabras. 

Cuida tus palabras, porque se volverán actos. 

Cuida tus actos, porque se volverán costumbres. 

Cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter. 

Cuida tu carácter, porque forjará tu destino. 

Y  tu destino será tu vida.

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