En qué consiste el Trastorno por Ansiedad Social o Fobia Social

La ansiedad social podría resumirse en esta frase: es cuando nos volvemos prisioneros de la evaluación que creemos que los demás hacen de nosotros.

30 MAY 2019 · Lectura: min.
En qué consiste el Trastorno por Ansiedad Social o Fobia Social

Gracias a los contextos académicos actuales, la mayoría de las personas que han cruzado por la escuela, han tenido que enfrentarse a las evaluaciones típicas. Casi todos sabemos qué se siente vivir una evaluación escrita hasta las exposiciones o sustentaciones orales. Las reacciones ante esto son un degradé que va desde el miedo con una molestia manejable, hasta la parálisis con un malestar incontrolable. Para poder cursar nuestra vida académica debemos generar estrategias de manejo: algunos lo logran con práctica y facilidad, pero otros padecen, casi a perpetuidad, las dificultades.

Con el tiempo, muchos dejan de lado esos contextos y siguen su vida con contextos de evaluación muy escasos. ¿Qué pasaría si tuviéramos que vivir toda nuestra vida con la sensación constante de ser evaluados y estar en un escenario frente a un crítico y despiadado público que se enfoca solo en las falencias? Esta es la terrible sensación con la que viven a diario las personas que padecen lo que se llama clínicamente Trastorno de Ansiedad Social (TAS). Pasan los días sintiendo que en todo contexto social (incluso cuando se trata de solo un par de personas) son constantemente vistos, juzgados y medidos con resultados siempre insuficiente. La percepción fóbica es tan intensa que incluso llegan a sentir que se burlan de ellos y los ridiculizan aun cuando nadie los observa.

A continuación, presentaremos un test de evaluación rápida y sencilla del TAS. El test por si solo no genera un diagnóstico (para ello es necesaria una valoración a profundidad de un profesional de la salud mental) pero permite definir el nivel de vulnerabilidad que se tiene y por tanto la necesidad de buscar ayuda. 

 

Se han descrito varias causas del TAS, a continuación, enumeraremos algunas de ellas. Ninguna resulta por sí sola determinante, aun así, pueden señalarse como factores de riesgo o predisposición.

  1. Vínculo inseguro o inestable en el cual el niño no tiene adecuado soporte o protección por lo que crece temeroso del entorno.
  2. Temperamento aprensivo o sensible por el cual el niño es más susceptible a los estímulos del entorno por lo que la percepción y la presencia del otro puede sentirse más invasiva.
  3. Crianza aprensiva en la cual el niño aprende de sus cuidadores que el mundo es peligroso y podría hacerlo sufrir.
  4. Crianza sobre demandante en la cual el niño crece con la percepción de que no es suficiente pues no logra responder a las cuotas de perfección demandas por los cuidadores.
  5. Baja exposición a la socialización durante el proceso de crecimiento, por que las dificultades de socialización entorpecen o bloquean su desempeño social.
  6. Exposición a vivencias sociales traumáticas de critica y/o burla, sea con un único episodio o de forma reiterada.

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El desarrollo del TAS puede implicar una o varias de las anteriores que con el tiempo van empeorando, gracias a la forma en que se intenta manejar el problema como veremos a continuación:

Este miedo genera tres reacciones que pueden ser complementarias o cronológicas:

  • La primera es una anticipación angustiosa ante el posible riesgo que desencadena una activación física y psicológica ansiosa desmesurada.
  • Segundo: la búsqueda activa de ser invisible o pasar desapercibido a toda costa;
  • y la tercera una evitación directa o sutil (según la gravedad del problema) de todo contexto o escenario en el que crean que pueden ser evaluados o tan solo vistos por los otros.

Curiosamente, las estrategias generan sus peores miedos, al modo de la profecía autocumplida. La anticipación, con su activación desmesurada (sudoración, tartamudeo, rubor, torpeza motriz, temblor, etc.) se une a su comportamiento tenso, peculiar e incluso extraño volviéndolos mucho más visibles y llamativos. En muchos casos esto los vuelve sujetos de burla, acoso o incluso maltrato y al final corroboran, víctimas de sus propias estrategias, que el mundo es un lugar inseguro y maltratante.

Así, imagínese usted vivir constante en un examen para el cual siente que no tiene el conocimiento ni la pericia necesaria para aprobar o bien sus respuestas son desestimadas o invalidadas, pero al que es sometido sin cesar. Con el tiempo, la respuesta natural es evitarlo y escapar, pero entre más evita, indirectamente, corrobora que no es capaz y esto aumenta el miedo niveles disfuncionales. También es posible que le haga frente tratando de controlar las reacciones físicas, pero se cae en el control que genera descontrol pues entre más fija su atención en los síntomas que quiere desactivar más los activa, como cuando una persona se ruboriza y le señalan que está ruborizándose, la reacción se multiplica. La perpetuación de estos manejos no solo mantiene el problema, sino que además genera el señalamiento al que tanto le temen quienes padecen este problema.

Como se ha descrito antes, el TAS es una vivencia de magnitudes físicas y psicológicas importante, por ello no puede confundirse con timidez o dificultades de socialización. Sucede a menudo que el TAS es infravalorado pues la mayoría de las personas maneja el ámbito social con relativo éxito y si bien puede activarse el miedo el manejo tiende a ser espontaneo. Para quien vive sin TAS, las dificultades de quien lo padece pueden parecer exageradas o "tontas", fácilmente resueltas con una confrontación directa o una cuestión de voluntad. El problema, es que este tipo de intento "curativo" puede empeorar el problema ya que una exposición violenta a un estimulo que resulta tan aversivo puede terminar por incrementar la percepción de vulnerabilidad y aumentar el miedo, incluso llevándolo al pánico. También es posible que, sin ser intervenido, el TAS evolucione hasta que el miedo secuestre toda la vida la persona y se desarrolle un Trastorno de Ansiedad Generalizada.

Por ello es vital intervenir rápidamente. Entre más pronto se detecte el TAS mejor será el pronostico y mayor el campo de acción.  En esta pagina puedes encontrar ayuda profesional, sea que descubras que es solo algo de timidez o si encuentras que eres muy vulnerables ante el TAS. ¡Anímate a buscar la vida que mereces!

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Escrito por

Mariana Garavito Posada

Psicóloga graduada de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá con una Maestría en psicología con énfasis en psicología clínica desde el enfoque Humanista existencial de la Universidad del Norte. Actualmente cursando la Alta formación en Psicoterapia Breve Estratégica del Centro di Terapia Breve Strategica de Bogotá. Actualmente ejerce en su consultorio particular.

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Comentarios 2
  • Patricia Rivera

    Hola creo que sufro del TAS pero ya consulté un psicólogo y no me sirvió de nada. necesito ayuda. Al intentar socializarme con alguien más me autorizo y mucha gente se burla de mí

  • Olga Patricia Ángulo Díaz

    ¿Cómo puedo sacar una cita?

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