El concepto de la enfermedad mental en la televisión

El mundo de la televisión cautiva al público porque nos muestra un mundo alternativo en el que todo es posible. Sin embargo, el retrato de las enfermedades mentales no siempre es acertado.

15 ENE 2019 · Lectura: min.
El concepto de la enfermedad mental en la televisión

Desde hace tiempo la televisión se ha encargado de crear numerosos personajes que se caracterizan por cautivar con su encanto y carisma, y podemos destacar a los que padecen o sufren de enfermedades mentales y en algunos casos, el tema se trata ampliamente o incluso forma parte fundamental de la trama. No obstante, la forma en que se trata sobre este asunto no es siempre la correcta.

Primero que nada, hay una mala representación de estas personas ya que las representa como geniales. Y las conciben o interpretan como "la lucha interna" que el personaje sufre o padece haciéndolo ver como "alguien genial" y que siempre debe estar ligado a una "enfermedad mental".

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Los guionistas los idean como brillantes, pero es porque tienen una enfermedad mental, por ende el resto de personajes no pueden serlo. Otro elemento a destacar, es que en los últimos tiempos hemos visto varias series donde los protagonistas son personas con desórdenes mentales con tendencias criminales. Tomando como ejemplos los casos de Hannibal o Dexter que además de ser hombres, se encargan de generalizar que los crímenes violentos son causado por problemas mentales en la mayoría de las ocasiones, cuando en realidad no es así.

También debemos destacar que la televisión visualiza a los profesionales de la salud como Los psicólogos y psiquiatras que en la mayoría de los casos son vistos como malas personas, que solo intentan medicar al paciente. La verdad es que la visión generalizada en la televisión y las películas lleva a que las personas no busquen ayuda, aunque la precisen.

El miedo a ser solamente medicado y perder la personalidad es algo que aumentó con las series de televisión, aunque no lo creas. Aún así debemos ser conscientes que sólo es ficción y sólo una representación basada en estereotipos, por lo tanto no es motivo para no ir a terapia o buscar la ayuda de un profesional.

Ejemplos como Dr. House o Dexter nos hacen ver que está bien ser malcriados y justificar el mal trato a otros por el desorden mental que padecen. En el caso de las mujeres es peor, patético y predecible, debido a que muchas veces su personalidad muchas veces traspasa las líneas de lo común y suele asociarse con algún tipo de problema de tipo emotivo, y lleva a la idea de que para cruzar líneas y ser diferente es necesario tener algún tipo de desorden.

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Generalmente, al final del episodio se muestra que el protagonista está totalmente curado, llevando una vida completamente normal, como si nada hubiera pasado. Pero si llevamos el concepto al mundo real es más complicada: Uno de los mitos más comunes es que las enfermedades mentales pueden curarse pero en el mundo real no es así: Si bien la enfermedad mental puede permanecer por algún tiempo y la persona que sufre el padecimiento se recupera, necesita tratamiento y un seguimiento a futuro.

Para finalizar, cuando vemos a una persona de la televisión con un desorden mental, generalmente no se dice específicamente que es lo que tiene. No se nombra una enfermedad o desorden o cualquier otra cosa, sino que se trata de dejar un amplio el espectro para poder mostrar todo tipo de síntomas sin ahondar demasiado en la pertinencia de ellos. Cada persona es diferente, los síntomas no son los mismos y cada uno responde a algo, no puede mezclarse todo en una misma bolsa.

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