El cerebro de las personas ansiosas

El cerebro de las personas ansiosas tendría comportamientos diferentes en relación al cerebro de una persona sin este diagnósticos, ¿qué es lo que sucede?

17 NOV 2017 · Lectura: min.
Diversas partes del cerebro de las personas con ansiedad, incluyendo la amígdala, están mucho más activadas especialmente en las zonas asociadas al miedo y la preocupación.

En medio de la noche se levantó agitada, sin ninguna molestia o problema en particular se sentó en el sofá intentando no hacer ruido para no despertar a nadie, las manos temblando y el corazón a punto de salirse del pecho no eran buena señal… Por alguna razón sentía que ese era el momento de su muerte y acordándose de algo que leyó alguna vez, empezó a respirar poco a poco y a concentrarse en oraciones que poco a poco le devolvieron la tranquilidad…

Con una que otra variación quienes hayan sufrido de ansiedad pueden identificarse con alguno de los síntomas de la historia que acabamos de narrar.

La ansiedad va muchas veces de la mano de los conocidos ataques de pánico que no siempre se asocian a momentos de estrés, sino que aparecen de repente tomando por sorpresa a su 'víctima'.

Tanto las personas solitarias como quienes padecen de ansiedad tienen comportamientos cerebrales diferentes a las de otros. Recientemente un nuevo estudio estableció que las personas ansiosas ven señales de alerta o amenazas en las cosas que pueden resultar insignificantes para otros, dificultad que empeora el diagnóstico.

shutterstock-518189371.jpg

¿Una sola ansiedad?

Quien haya sufrido de una condición especial de salud mental entiende que existen diversas aristas que transforman la enfermedad. Los expertos hablan de diferentes tipos de ansiedad clínicia, y entre ellas, la más común es el trastorno de ansiedad generalizado (TAG) que se sintomatiza con una continua preocupación, aunque no tenga razones para preocuparse.

Como en la historia que compartíamos al principio, se ha evidenciado que los trastornos de ansiedad pueden generarse a través de un proceso llamado sobregeneralización. Para entenderlo podemos pensar en una madrugada donde la niebla nos dificulta distinguir la carretera de las edificaciones. En el caso de la sobregeneralización se trata de no poder distinguir muy bien las cosas seguras de las riesgosas o poco seguras.

La salud mental, tan relevante como la salud física

Mejor prevenir que lamentar

Esta frase es otro apodo o nombre con el que los expertos han llamado a la sobregeneralización, al respecto podemos decir que si el cerebro de una persona con ansiedad además detecta más amenazas de las que en realidad enfrenta (gracias a este proceso), es de esperarse que esté continuamente preocupada.

Nunca debemos olvidar que la atención psicólogica ante el trastorno de ansiedad es una herramienta fundamental para recuperar el equilibrio.

Un experimento realizado con 28 pacientes diagnosticados con TAG y 16 personas sin antecedentes de ansiedad, fue llevado a cabo por el Instituto Weizmann de Ciencias para determinar si el proceso de sobregeneralización estaba involucrado en las reacciones de unos y otros.

En principio los participantes estuvieron expuestos a una serie de sonidos asociados a ganar dinero, perder dinero o que no pasara nada, en la segunda fase debían acertar a lo que se refería cada sonido tocando un botón y a cambio ganaban o perdían dinero si acertaban o no, la dificultad consistía en que muchos de los sonidos de esta fase eran nuevos y no estaban asociados a nada por lo que se debía permanecer en calma y no hacer nada. Al final, se evidenció el proceso de sobregeneralización en quienes tenían el diagnóstico de TAG pues por lo general no esperaban tanto ni se quedaban tan quietos como los demás, cuando debían hacerlo.

shutterstock-735101695.jpg

Fobia a la sociedad o trastorno de ansiedad social

A través de imágenes cerebrales los investigadores notaron las diferencias entre los cerebros de ambos grupos y en conclusión afirmaron que diversas partes del cerebro de las personas con ansiedad, incluyendo la amígdala, estuvieron mucho más activadas especialmente en las zonas asociadas al miedo y la preocupación. Así que si has sufrido de ansiedad o alguien cercano a ti tiene este diagnóstico, ya sabes que no siempre se trata de exageraciones voluntarias sino que el cerebro tiende a distorcionar lo que percibimos y aun así podemos aprender a manejarlo.

¿Quieres seguir leyendo?

¡Muy fácil! Accede gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.

Al continuar con Google, aceptas nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos


PUBLICIDAD

Psicólogos
Escrito por

Revisado: Olga Lucía González

Nuestro comité de expertos, formado por psicólogos colegiados, se compromete a proporcionar información y recursos precisos y confiables. Toda la información se respalda con evidencia científica y se contrasta para garantizar la calidad de sus contenidos.
Consulta a nuestros mejores especialistas en ansiedad
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

Comentarios 1
  • Angelica pulido

    Hola buenas noches, hace dos años empece a sufrir de ansiedad en el transporte público o particular. No tolero la velocidad a partir de 40 Km por hora, odio la sensación de vértigo en la barriga, antes no era así mi cuñada falleció hace dos años en Ibagué y es el último viaje en flota normal que recuerdo yo lo escogía las sillas del carro ni tomaba mareol para doparme en el viaje. Yo era normal. Tengo 27 años, crecí en un familia disfuncional, un papá maltratador psicologíca y físicamente, con mi mamá le tengo miedo a la oscuridad, no sé nadar, siento que voy de mal en peor. Aunque mi papá ha tratado de cambiar, siento que la huella quedó ahí y escogió un mal momento para revivir, no disfruto los viajes en carro ni al trabajo.

últimos artículos sobre ansiedad

PUBLICIDAD