Descubre tu nivel de felicidad

Una vez realizado el Test de la Felicidad de la Universidad de Oxford te preguntarás por qué no te han preguntado por tu número de amigos, tu dinero o tus ambiciones más profundas. Pues bien, contrario a lo que la publicidad nos vende a diario, la felicidad no es un concepto que pueda asociarse con riqueza, belleza o fama.

Los científicos han descubierto que, aunque nuestros genes y circunstancias son relevantes, un alto porcentaje de nuestra felicidad depende de nuestras elecciones y actividades. Entonces, aunque no podamos cambiar nuestras características heredadas o las circunstancias en que nos encontramos, sí tenemos el poder de cambiar lo felices que somos por la forma en que vivamos nuestra vida.

A continuación te explicamos los resultados del test y luego encontrarás recomendaciones prácticas para trabajar en ser más feliz.

Test de la felicidad

Infeliz (1-29 puntos)

Te sientes desmotivada(o) y te pasas el día con la sensación de ser infeliz. Pero es posible que estés valorando tu situación y a ti mismo mucho peor de lo que es. Cambiar de perspectiva no siempre es sencillo y menos, si intentas hacerlo sola/o. Trata de hablar con personas cercanas sobre cómo te sientes y no descartes buscar el apoyo de un profesional.

Algo infeliz (30-59 puntos)

Tienes la sensación de que las cosas no terminan de encajar en tu vida, lo que puede ser una fuente de estrés, ansiedad y tristeza. Recuerda que tú mismo(a) puedes desencadenar un cambio en tu vida, empezando por ver las cosas de una forma más positiva. ¿Qué tal hacer una lista de agradecimientos (a personas en particular, a situaciones generales de la vida, a oportunidades)? Está comprobado que personas que son conscientes de todo lo que han conquistado son más propensas a alcanzar sus objetivos personales.

Neutral (60-89 puntos)

No hay nada que te haga sentir especialmente feliz o infeliz. Es como si hubiera un equilibrio, lo que está bien. Pero piensa en todo lo que puedes ganar al ejercitar la felicidad e inclinar la balanza a su favor. Hay una serie de consejos prácticos que te pueden ayudar a lograrlo.

Moderadamente feliz (90-103 puntos)

Estás satisfecho(a) con tu vida y no tienes problemas para afrontar la rutina con algo de ilusión. Pero no sobra reflexionar sobre qué te gustaría alcanzar y todavía no lo has hecho. A fin y al cabo, trazar pequeñas metas y ser capaz de cumplirlas contribuye a la sensación global de felicidad.

Bastante feliz (104-133 puntos)

La felicidad tiene efectos positivos tanto en tu salud física como en la emocional. Parte de tu efectividad, creatividad y calidad en las relaciones se desarrollan gracias a ella. Tu éxito y realización pasan por encontrarte bien con quien eres y lo que haces. ¡Estás en el camino correcto!

Mucho más feliz que la mayoría (134-163 puntos)

Lo bueno de vivir la vida sabiendo que tienes mucho de lo que necesitas para ser feliz es estar abierto para descubrir que, en realidad, no necesitas nada más. Puede que haya llegado el momento de dedicarte más tiempo y de compartir tu felicidad con los demás.

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Demasiado feliz (164-174 puntos)

¿Es posible ser tan feliz? Aunque la respuesta sea sí, es importante plantearse si toda esa felicidad es "real" o se trata de un intento de encajar en un patrón social que nos obliga a ser felices todo el tiempo. Permitirse sentir tristeza y frustración es saludable, y te ayudará a mantener tu nivel de felicidad global.

¿Cómo ser feliz?

El movimiento Action for Happiness (AFH) ha identificado 10 claves para llevar una vida más feliz. AFH fue fundado en 2010 por economistas, empresarios y científicos, bajo la tutela del Dalai Lama. Pues bien, según sus últimas investigaciones sobre lo que realmente ayuda a las personas a florecer, éstas son las 10 claves relevantes para la felicidad.

1. Haz cosas por los demás.

Cuidar a los demás es fundamental para nuestra felicidad. Sobre todo cuando lo hacemos desinteresadamente. Está comprobado que "dar" (tiempo, servicios, ideas) incrementa el bienestar de quien da y crea conexiones más fuertes entre las personas.

Por ejemplo: hoy puedes ofrecerte para ayudar a alguien que necesita de tus conocimientos o de tu tiempo. Acércate personalmente para apoyar a alguien que lo necesita.

2. Conecta con los demás

Nuestras relaciones con otras personas son lo más importante para nuestra felicidad. Las personas con buenas relaciones son más felices, más saludables y viven más tiempo. Nuestras relaciones cercanas con familiares y amigos proporcionan amor, significado, apoyo y aumentan nuestros sentimientos de autoestima.

Por ejemplo: hoy puedes chatear con un ser querido o amigo que se encuentra lejos, puedes llamar o visitar a tus padres o jugar con tus hijos. Saluda al vecino, apréndete el nombre de alguien nuevo.

3. Cuida tu salud

Mantenernos activos nos hace más felices y saludables. La actividad física mejora nuestro estado de ánimo e incluso puede sacarnos de la depresión. No hace falta correr kilómetros a diario; bastará con caminar regularmente, pasar tiempo al aire libre, comer saludablemente, desconectarnos de la tecnología y dormir lo suficiente.

Por ejemplo: puedes usar las escaleras del edificio, en vez del ascensor; puedes pasar el domingo al aire libre o puedes caminar un poquito más hasta tu destino.

4. Observa con atención

Aprender a ser más conscientes del mundo que nos rodea, nos ayuda a ponernos a tono con nuestros sentimientos actuales y nos permite disfrutar el hoy y el ahora.

Por ejemplo: de camino al trabajo podemos desconectar de las preocupaciones habituales y concentrarnos en lo que vemos, en la gente que va a nuestro lado, en los sonidos que nos acompañan.

5. Sigue aprendiendo

El aprendizaje es vital para nuestro bienestar porque nos permite acercarnos a nuevos conocimientos y despierta nuestra curiosidad. No hace falta gastar grandes sumas en aprender cosas nuevas. Podemos unirnos a un club, practicar un nuevo deporte, etc.

Por ejemplo: hoy puedes probar una comida por primera vez en tu vida, puedes leer un periódico diferente al que sueles leer o puedes visitar un rincón de la ciudad que no conocías. Aprende una nueva habilidad, por pequeña que sea.

6. Ponte metas

Todos necesitamos objetivos para motivarnos y estos deben ser lo suficientemente desafiantes, pero alcanzables. Si tratamos de intentar lo imposible, creamos un estrés innecesario. La elección de metas significativas pero realistas le da dirección a nuestras vidas y nos satisface cuando las logramos.

Por ejemplo: piensa en un objetivo que estés buscando y haz una cosa para empezar: haz la llamada que vienes postergando, completa el formulario de inscripción o coméntalo con alguien que te pueda apoyar.

7. Practica la resiliencia

Todos tenemos momentos de estrés, pérdida, fracaso o trauma en nuestras vidas. Cómo respondemos a estos eventos tiene un gran impacto en nuestro bienestar. No podemos elegir lo que nos sucede, pero sí elegimos cómo reaccionamos a lo que sucede. En la práctica, no siempre es fácil, pero uno de los hallazgos más interesantes de investigaciones recientes es que se puede aprender la capacidad de recuperación, como muchas otras habilidades para la vida.

Por ejemplo: pide ayuda, confía en un amigo. No te quedes solo con tu problema o tu pérdida. Cuando algo te moleste y no lo puedas cambiar, cambia tu foco de atención y haz una actividad que sí te guste y te reporte satisfacciones.

8. Adopta un enfoque positivo

Las emociones positivas como la alegría, la gratitud y el orgullo, no solo sientan bien cuando las experimentamos. También nos ayudan a tener un mejor desempeño y mejorar nuestra salud física. Hay que ser realistas sobre los momentos duros de la vida pero resulta útil enfocarse en los aspectos positivos de cualquier situación: el vaso medio lleno en lugar de medio vacío.

Por ejemplo: haz algo que sabes te hará sentir bien (escuchar música, mirar algo gracioso, salir a la calle o llamar a un viejo amigo)

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9. Siéntete cómodo contigo mismo(a)

Nadie es perfecto, pero nos gusta compararnos y dejar la visión más negativa para nosotros. Concentrarnos en los defectos es dinamita para la autoestima. Aprender a aceptarnos y ser más amables con nosotros mismos cuando las cosas van mal, aumenta nuestra capacidad de recuperación. También es un aprendizaje aceptar a los demás, tal y como son.

Por ejemplo: pídele a un familiar o amigo de confianza que te diga cuáles son tus puntos fuertes y cualidades. Te sorprenderás. Admite tus errores como oportunidades para aprender.

10. Siéntete parte de algo más grande

Las personas que tienen un propósito en sus vidas son más felices porque le sacan más provecho a lo que hacen. Pero, ¿dónde encontramos significado y propósito? Tal vez en un trabajo que marca diferencia, en la familia, en las creencias religiosas o espirituales, en el voluntariado. Las respuestas pueden ser muy variadas pero todas implican estar conectados a algo más grande que nosotros mismos.

Por ejemplo: pasa más tiempo con los niños, visita un lugar inspirador, únete a un club de tu interés o apúntate como voluntario a una organización en la que crees.

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