Depresión, qué es y cómo saber que la tengo

¿Tristeza o depresión? Si en algún momento te has preguntado si estás deprimido o solo estás triste, mira este artículo en el que trataré de explicarte cuál es la diferencia.

6 JUL 2021 · Última modificación: 7 JUL 2021 · Lectura: min.
Depresión, qué es y cómo saber que la tengo

Definir la depresión no es fácil, ya que en muchas ocasiones es solo un síntoma y en otras es todo un universo de situaciones, emociones y problemas del individuo. Pero cuando hablamos de depresión la primera imagen que se nos viene a la cabeza es una persona con tristeza profunda, aunque la depresión no es solo eso, es mucho más que de eso. Para que entiendas qué es la depresión y la diferencia con la simple tristeza, lo explicaré con un ejemplo.

Para aumentar un poco la confusión, la psicología en muchas épocas y a través de su evolución ha intentado acercarse más a lo académico y lo científico, tratando de diferenciarse un poco de las otras disciplinas y de la creencia de que los procedimientos psicológicos están asociados a rituales místicos o espirituales. Es por ello que los paradigmas o teorías alrededor de la psicología le dan una definición propia a cada uno de los fenómenos asociados a los problemas emocionales o del pensamiento causados por algunas patologías.

Depresión y Melancolía

Freud, aseguraba que no solo existía la depresión, sino que también existía la melancolía y le daba una gran diferencia a las dos. Decía que la depresión como tal era producida por una pérdida, donde el sujeto entraba en una especie de duelo al objeto que en la realidad se había perdido y era la forma en la que el yo se retraía para enfrentar eso que el yo ya no tenía como sustento en la realidad.

Pero a la melancolía le daba una función más profunda y patológica. Argumentaba que la melancolía era el estado continuo donde el sujeto no había solo perdido el objeto en la realidad, sino que también había perdido parte de él mismo, y tramitando su ira a través de la culpa. El melancólico se comporta como si tuviera una verdadera aversión moral a su propio yo. Los reproches destinados al objeto se vuelven contra el yo y el acto suicida es el resultado da la vuelta sobre el sujeto del impulso asesino y la dirige contra el objeto. La depresión ya no es únicamente un duelo que se liga a una pérdida de la libido sino a la pérdida de un objeto de amor.

La depresión y la melancolía en este tiempo parecen ser lo mismo a nivel diagnóstico, ya que la depresión lo abarca como síntoma, lo interesante de estos conceptos no está en lo que se dice de ellos científicamente, sino en cómo la persona los vive, ya que el cuento de la depresión se maneja dentro del mundo académico como si esta tuviera niveles "normales" y otros "anormales". Es allí donde la descripción de Freud nos ayuda mucho de forma pedagógica.

Todo esto suena tremendamente difícil de entender si no has hecho un curso de psicoanálisis, pero te lo explicaré sencillo con un ejemplo:

Cuando éramos niños sufríamos muchas decepciones, porque todo el tiempo estábamos enfrentados a situaciones de pérdida constante o sufrimiento emocional. Jugábamos con otros niños y de repente estos podían pegarnos, quitarnos el balón con el que jugábamos o decirle a la profesora mentiras acerca de lo que hacíamos en clase y recibir un castigo por ello. Cada vez que sucedía esto nosotros entrábamos en tristeza, ya que estos eventos nos enfrentaban con nuestras incapacidades y generaban emociones negativas. Esta tristeza puede también darse por una pérdida, como el caso de la muerte de un familiar o un cambio de ciudad en el que se pierden los amigos del colegio. Y aunque son dolorosas estas situaciones, muchas veces después de esos sucesos se nos olvidaban todos esos problemas y continuábamos nuestra vida cotidiana, sin sentirnos mal por mas de una semana o un mes. Estas pérdidas sucesivas y el sentimiento que nos queda después de ellas es normal y a esto le llamaremos la tristeza que nos deprime o como usualmente lo dicen en mi pueblo la depre. Es a este tipo de situación a la que Freud le llamaba depresión y esta dentro de nuestras situaciones "normales".

Otro niño con una situación mucho más patológica podría comportarse así: se aleja de los demás para no tener problemas, se aísla porque los demás representan una amenaza, todo el tiempo se le ve cansado porque su estado de alerta no lo deja descansar bien y se le ve siempre ensimismado, como si todo el tiempo estuviera hablando con el mismo acerca de lo que le pasa y de lo mal que se siente. Para el los problemas no pasan, sino que se acumulan y en esta acumulación siente que no tiene herramientas para afrontar nuevas situaciones de pérdida, frustración o emociones negativas. Esta versión encaja con algunos aspectos de la melancolía, donde no solo se sufre de una tristeza esporádica, sino que ésta es tan profunda que empieza a generar situaciones que impiden a la persona hacer actividades que antes podía hacer fácilmente sin ningún esfuerzo. Es allí donde vemos que la depresión ya paso a ser un poco de melancolía, ya es una situación "anormal".

Para entenderlo en lo cotidiano

Cuando nos vamos volviendo adultos podemos sentirnos como este niño, pero en los adultos diferenciarlo ya no es tan fácil porque aprendimos hábitos en los cuales nos escondemos de esos sentimientos. Muchos aprendieron a ocultarlo en el exceso de trabajo, entonces trabajan horas y horas y uno siempre los ve cansados. Otros aprendieron a hacerlo a través de la fiesta con los amigos, el consumo de sustancias o de alcohol, los atracones de comida o en relaciones tóxicas que justifican el hecho de estar cansados y de mal humor todo el tiempo. A otros NO se les nota la tristeza en ninguna parte, pero hacen compras compulsivas a un ritmo que ninguna tarjeta de crédito aguanta y se avergüenzan de ellas, escondiéndolas de sus amigos y familiares. Ha estos estados se les ha llamado "manía" y están asociados a la ocultación de la tristeza en actividades asociadas al placer o a la euforia. A medida que crecemos nos volvemos todos unos expertos en esconder nuestros sentimientos de angustia y depresión a los demás, porque nos da miedo lo que puedan decir de nosotros o de lo que pueda suceder si los otros se enteran.

Pero a eso le agregaremos otros elementos, ya que la depresión más que un trastorno es esencialmente una obsesión.

Las obsesiones, o pensamientos repetitivos, son dinámicas de pensamiento en las que la mente de la persona se aferra a una idea fija. Habitualmente, estas ideas están asociadas a algún suceso, evento o situación que supone una preocupación que le genera sentimientos de temor o angustia.

Ser depresivo y melancólico es estar obsesionado con 

  • sentimientos de incapacidad
  • pensamientos catastróficos
  • pérdida del sentido de vida
  • pérdida de la motivación
  • pensamientos suicidas
  • cansancio y tristeza constantes

En algunos casos empieza como un cansancio constante que no se quita y que para evitarlo debes dormir más horas. También se presenta como una forma de tristeza constante que te hace sentir incomprendido y está acompañada de auto reproches, donde la persona se repite constantemente cosas como "no sirvo para nada", "nadie me quiere", "no soy lo suficiente exitoso para que alguien me ame" o simplemente "esta vida no tiene ningún sentido". Al comenzar este discurso interno las defensas se disparan, por lo que siempre nos sentimos irritados y cualquier cosa que hagan los demás y que pueda parecer frustrante lo sentimos como una amenaza y nuestras reacción será cada vez mas defensiva, agresiva o impulsiva.

Posteriormente empezará el alejamiento de las demás personas por ese sentimiento de incomprensión y la persona adoptará hábitos alrededor de la evitación de las discusiones o las confrontaciones con las demás personas, que pensara que pueden juzgarlo o excluirlo mucho más de lo que ya en sí mismo se siente.

Dependiendo de qué tan avanzada este tu depresión, los pensamientos suicidas, la pérdida de la motivación hacia el apetito, el sueño, las relaciones sexuales (todas ellas fundamentales para sentirnos vivos y motivados) será cada vez mas incontrolable y esto terminará afectando tu relación con los demás, tu trabajo o labores y tu economía.

Es así como los manuales diagnósticos y algunos autores condensan estas situaciones en cinco etapas que son:

  • Suceso desencadenante

El suceso desencadenante provoca que empiecen a nacer en el sujeto sensaciones de vulnerabilidad y de tristeza, e incluso de indefensión y desesperanza si la situación aversiva se prolonga en el tiempo. Si estas sensaciones se mantienen sin que el sujeto sea o se crea capaz de sobreponerse a ellas, puede llegar a instaurarse una depresión.

  • Distorsiones cognitivas

El suceso desencadenante produce que la persona empiece a pensar que el mundo se vuelve algo hostil y piensa en sí misma como algo indefenso, incapaz y desesperado. Esta es la etapa de la depresión en la que empiezan a cambiar muchas de las creencias en las que se basa la propia vida y donde empiezan los pensamientos obsesivos.

  • Aparición de síntomas

A partir de estos pensamientos obsesivos, la persona se empieza a sentir con un estado de ánimo bajo, con tristeza y disminución de la capacidad de sentir placer, el cansancio mental y físico y la consecuente búsqueda de aislamiento.

  • Alejamiento y pérdida de la motivación

La falta de energía y motivación, placer y ganas o voluntad de actuar, típica de los trastornos depresivos provoca que el individuo depresivo termine alejándose de actividades que antes le gustaban, tales como hobbies y otras pasiones causan la disminución de su productividad, efectividad y compromiso.

Sostenedores de la depresión

El conjunto de síntomas de una persona depresiva suele provocar con el tiempo la aparición de nuevos sucesos o aspectos que pueden empeorar o mantener en la mente la sintomatología y las obsesiones. Por ejemplo, si bien en un principio la persona deprimida tiende a despertar las simpatías de su entorno cercano, con el tiempo la situación del afectado y en ocasiones su deseo de soledad acaba por serles aversiva, produciendo un alejamiento del individuo de su entorno. Esto induce la percepción de falta de apoyo, que acentúa la problemática existente y la sensación de vulnerabilidad, indefensión y desesperanza.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos puedes definir si tu depresión se parece más a la tristeza normal o a una situación más melancólica, repetitiva e incapacitante, asociada a una depresión "anormal" y también es posible que esté asociada a situaciones derivadas que le permitan esconderse como las adicciones (al trabajo, el sexo, las drogas, el juego…), la búsqueda de riesgos innecesarios asociados a la muerte (deportes extremos, juegos de muerte como la ruleta rusa) o las obsesiones mas particulares como las paranoias persecutorias (pensar que todo el tiempo te vigilan o te observan). Es por ello que es tan complejo determinar no solo las causas de la depresión, sino también diagnosticarla como un trastorno.

En este punto puede que ya te hayas identificado con varias cosas que has leído y ya puedes estar alerta sobre un posible problema que estés teniendo. Pero como la depresión es solo un síntoma y puede que estés presentando otros problemas asociados a ella, como ansiedad, consumo de drogas, problemas de control de la ira, disfunciones sexuales entre otras, puede que al final necesites de un profesional que te ayude a focalizar cuál es el verdadero problema y de dónde nace; pero de nuevo, si ya te sentiste identificado con la descripción anterior no lo dejes pasar, es posible que ya la depresión se haya instalado y te esté causando todas esas situaciones que antes llamabas tristeza y que ahora son más que eso.

Bibliografía

Dessal, G. (1998) La Depresión: Un Obstáculo al Deseo. Pliegos. Sección de Madrid. Escuela Europea de Psicoanálisis.

Salvador, Rovira, Isabel. ¿Qué es una obsesión? Causas, síntomas y tratamiento. Tomado de: https://psicologiaymente.com/clinica/

Santos, J.L. ; García, L.I. ; Calderón, M.A. ; Sanz, L.J.; de los Ríos, P.; Izquierdo, S.; Román, P.; Hernangómez, L.; Navas, E.; Ladrón, A y Álvarez-Cienfuegos, L. (2012). Psicología Clínica. Manual CEDE de Preparación PIR, 02. CEDE. Madrid.

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Escrito por

Andrés Morales Angel

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Comentarios 2
  • Magda Carolina Neira Hernández

    Buenas tardes. Totalmente identificada con tu artículo. Gracias.

  • Alexandra Beltran

    Excelente artículo, descripción perfecta. Me sentí identificada y comprendida. Gracias.

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