Del problema de la obligación en el trabajo

El presente texto aborda la forma en que sentirnos obligados en la vida nos hace miserables haciendo que perdamos el placer y la satisfacción de las cosas que hacemos.

13 ABR 2016 · Lectura: min.
Del problema de la obligación en el trabajo

He tenido un ejemplo típico para explicar el problema que tienen las obligaciones, lo suelo usar con mis pacientes y estudiantes: quiero que el lector piense en su comida favorita y en la satisfacción o placer que ha sentido al consumirla, creo que nadie negará que siente un sentimiento agradable. Ahora piense en el mismo plato de comida pero piensen en su padre, jefe o alguna figura de autoridad diciéndole "te obligo a comerte ese plato de comida" ¿Hay algún cambio en la satisfacción? Todos aquellos que han hecho el ejercicio me dicen: "la satisfacción no es la misma, el placer es mucho menor".

Todos los trabajos tienen consigo obligaciones, todos aquellos que trabajan tienen siempre la obligación de hacer cosas dentro y a veces fuera de su labor. De hecho, la vida tiene esta misma característica: muchas veces es una actividad llena de obligaciones contraídas como pago para poder pertenecer a la sociedad. La sociedad nos exige que debamos leer, saber sumar, restar, multiplicar y dividir, aprender datos históricos y otro cúmulo de cosas para poder ser persona. En caso contrario de contraer estas obligaciones no es posible, o al menos muy difícil, acceder a los beneficios sociales como trabajar, asistir a un colegio, obtener educación y con ello los recursos para obtener casa, carro y pareja; cosas en las que muchas personas se gastan su vida ya que con ello es posible obtener la bien llamada "calidad de vida".

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Este escrito no es una crítica a la sociedad, tal vez escribiré sobre ello más adelante. Este escrito pretende arrojar luz sobre la forma en que el hombre se hace la vida miserable por una forma de pensar dando prioridad a la obligación y no al querer. De hecho parte del trabajo que hacemos los psicólogos en las organizaciones es crear dinámicas de trabajo en las que el empleado no se sienta obligado a hacer sus labores ya que este simple pensamiento tiene enormes consecuencias negativas en el rendimiento y productividad de la persona.

En el esfuerzo de minimizar este problema, se pretende que la gente haga aquello que le gusta y adicional a ello las empresas se esfuerzan en crear programas de bienestar en sus empleados que muchas veces no pueden más que crear malestar: He conocido de primera mano programas en que el empleado va a la empresa cinco días a la semana durante ocho o nueve horas, luego la empresa le dice que el día de descanso tendrá un programa de bienestar al que se debe presentar a las 7:00 am en algún lugar y pasará todo el día, caso de no querer tendrá una falta. Hago una crítica a estos programas y los colegas que me leen, debemos concentrar esfuerzos en que el empleado no se sienta obligado a hacer su trabajo, de lograr cambiar este mecanismo de pensamiento, alejamos al empleado de la desmotivación y el displacer en su trabajo.

No digo que la obligación sea el único factor, en entradas futuras hablaré de otros. Sin embargo quiero dejar claro con el ejemplo que inicié y los programas de bienestar que obligan a sus empleados a sentirse bien (si cabe tanta incoherencia). Y adicional pretendo brindar herramientas a aquellas personas que me leen sobre como sentirse mejor en su trabajo y su vida en general. Posteriormente hablaré sobre cómo los beneficios derivados del trabajo: sueldo, compensaciones, beneficios, etc. influyen en la motivación laboral. Hasta entonces sigue leyendo.

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Escrito por

Ps. David G. Londoño V.

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