Convierte tus buenos propósitos en hábitos

Al final del año hacemos una lista de buenos propósitos que, por lo general, se olvidan a los pocos meses. ¿Cómo ser constantes? Planteando propósitos realistas que se conviertan en hábitos.

29 NOV 2016 · Lectura: min.
Elaborar un plan es la primera recomendación de los psicólogos expertos en motivación personal. El plan puede ser a corto plazo y con una meta concreta.

Cuando llega diciembre acostumbramos hacer una lista de buenos propósitos para el Año Nuevo. Hacer deporte, cambiar de trabajo, estudiar, dejar de fumar, hacer dieta... son los propósitos más habituales de la mayoría. Sin embargo, a los pocos meses, la lista de ideales se olvida en un cajón porque no fuimos constantes o porque le restamos importancia a nuestras propias metas.

¿Qué nos impide culminar con éxito lo que nos proponemos? Según la psicóloga, Patricia Ramírez, autora del libro 'Cuenta contigo, no busques fuera las soluciones que están en ti', la motivación es clave para fijarnos metas realistas. "Si yo intento convencer a alguien de lo maravilloso que es ir a correr, pero a esa persona no le gusta, puedo darle todos los argumentos científicos, médicos... que no le voy a convencer. La gente debe encontrar sentido a las cosas que hace porque cuanta más motivación, menos pereza. A veces el motivo no es a corto plazo. Tenemos que tener claro el sentido que nos guía, la motivación del sentido y elaborar un plan".

De manera que si nos planteamos solo un propósito para el año nuevo pero éste nos motiva y es realista con nuestras circunstancias, será mucho más sencillo trabajar cada día para lograr el cumplimiento de nuestro objetivo.

En vez de desear que aparezca el Príncipe azul o la Princesa perfecta en nuestras vidas, podríamos plantearnos por qué han fallado nuestras últimas relaciones de pareja. ¿Qué hago mal o qué no estoy dispuesto(a) a cambiar en mí que me lleva a fracasar en mi vida amorosa? Una primera autocrítica es clave para mejorar aspectos de nuestra personalidad que nos impiden trazarnos un objetivo concreto y realista.

Pero, ¿qué son propósitos realistas? son aquellas metas que están sintonizadas con nuestro ritmo de vida y que nos permiten mejorar aspectos de nuestra personalidad o de nuestra cotidianidad. Como explica la psicóloga Lynn Bufka, "ponerte metas pequeñas y alcanzables a lo largo del año, en vez de una meta abrumadora el primero de enero, puede ayudarte a alcanzar cualquier cosa por la que luches… recuerda, no es la magnitud del cambio lo que importa, sino el acto de reconocer que un cambio en tu estilo de vida es importante y trabajar para lograrlo".

¿Te has propuesto adelgazar pero no quieres cambiar tus hábitos alimenticios? Tu propósito no es realista.

Paso a paso es la clave para ver cómo vamos mejorando y qué propósitos vamos cumpliendo en la vida. Por ejemplo, si quieres estar en forma pero tu vida es lo bastante estresante como para cumplir horarios en un gimnasio, cambia un hábito cotidiano y transfórmalo a tu favor: deja el carro más lejos de tu trabajo para obligarte a caminar o bájate dos paradas antes si vas en transporte público. Por supuesto, este ejemplo implica levantarse más temprano y cambiar tus horarios en la mañana para cumplir con tus compromisos. ¿Imposible? No, si conviertes tu buen propósito en un hábito.

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Elaborar un plan es la primera recomendación de los psicólogos expertos en motivación personal. El plan puede ser a corto plazo y con una meta concreta. Por ejemplo, rebajar tres kilos en un mes. ¿Se puede lograr? Claro, si entre tus acciones incluyes ejercicio físico y pequeños cambios en la alimentación: cambiar gaseosas por jugos, incluir más verduras en el almuerzo, cambiar carnes fritas por asadas y comer frutas entre horas. Seguro que, poco a poco, verás cambios y lo más importante, es que los logros te animarán a seguir con los nuevos hábitos.

Recuerda que cada experiencia (buena o mala) es un aprendizaje.

Según los expertos, se necesitan 21 días para que un comportamiento se convierta en hábito, pero otros hablan de 66 días.

¿Dos meses te parece un tiempo razonable para demostrarte que puedes convertir un propósito en hábito? ¡Adelante! Las metas están ahí y solo hace falta tu fuerza de voluntad.

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Psicólogos
Escrito por

Revisado: María Fernanda Medina

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