​Consejos para dejar de procrastinar

Sentirnos abatidos, cansados, sin energía, o simplemente con pereza, son algunas de las razones más comunes para que procastinemos. Hacer pereza y aplazar los pendientes son cosas que todos hemos hecho alguna vez, sin embargo, vivir aplazando todo y no hacer nada es una muestra evidente de que algo se nos ha salido de las manos.

Procrastinar es la incapacidad de ponerse en la tarea de algo que debe hacerse. Hace cientos de años no teníamos esa opción porque era necesario salir a cazar y resguardarnos de los peligros, pero la modernidad ha traído cierto tipo de comodidad que nos da el espacio para elegir.

Haz el siguiente test y descubre tu nivel de procrastinación:

"Procrastinar es una estrategia de respuesta, focalizada en la emoción. Cuando nos enfrentamos a una tarea que no queremos hacer, algo que generalmente etiquetamos de aburrido, frustrante, difícil, que nos genera temor o incertidumbre, la evitamos. Así, en vez de sentir estas emociones negativas relacionadas a la tarea (aburrimiento, frustración, miedo, etc.), escapamos de ellas por alguna tarea más placentera" Timothy Pychyl, psicólogo experto y autor de libros acerca del tema.

Según Pychyl, la culpa que nos produce procastinar es una emoción negativa manejable que aceptamos con tal de retrasar la tarea a la que le huimos. Las dificultades surgen cuando luego de aplazar y aplazar tareas, las consecuencias se acumulan y nos cobran factura.

Por ejemplo, si aplazamos ir al médico, aunque nos sintamos mal es probable que nuestra salud empeore, o si iniciamos un proyecto sobre el plazo de entrega es probable que no quede muy bien y que nos toque una mala evaluación.

Aunque la procastinación implique postergación, es un error creer que postergar es igual a la procastinación. La diferencia está en que aplazar ciertas cosas a veces sí nos ayuda, por ejemplo, cuando es necesario establecer prioridades...

¿Cómo dejar de procastinar?

De vez en cuando todos 'caeremos' víctimas de la procastinación, sin embargo, para mantenerla a raya Timothy Pychyl asegura que es de gran ayuda tener en cuenta estos aspectos:

"No siempre queremos hacer lo mejor para nosotros. Por lo tanto, debemos manejar nuestras emociones bien y aprender estrategias para manejar nuestra fuerza de voluntad y energía también".

Identifica

Como en muchos procesos terapéuticos, lo primero es ser conscientes del problema que tenemos. Si notas que continuamente procastinas, te recomendamos tomar nota de las consecuencias de estos actos como por ejemplo las emociones que enfrentas, las reacciones físicas que sientes, cómo se afecta tu productividad… Anota también las diferencias que puedas percibir las veces que decides hacer las cosas que no te gustan.

Si sabes qué tanto te afecta la procastinación tendrás más claras las razones que te llevarán a querer controlar esta conducta. Tener un mejor panorama te ayudará a conocer mejor lo que atraviesas y además tener una buena base en caso de que decidas buscar asesoría de un psicólogo o terapeuta.

Muévete

Claramente hay actividades que no disfrutamos mucho, pero el meditar mucho en ellas y darles mil vueltas no nos motivará más a hacerlas.

Esperar a 'sentir ganas de hacer algo' o estar en el humor correcto es una ilusión que muchas veces no tiene un final feliz. En cambio, iniciar el movimiento, tomar acciones, te llevará más cerca de tus objetivos.

¿Por qué nos aburrimos?

Ve paso a paso si te sientes mejor. Lo importante es no quedarte esperando… En algunas tareas es aconsejable tomarse descansos cada determinado tiempo para sentirnos mejor y dejar de ver las tareas como cosas demasiado difíciles o extremadamente molestas.

Si tu sensación de frustración va ligada a que no te sientes contento con lo que haces o dudas acerca de tu profesión, siempre puedes contar con el recurso de orientación profesional de expertos.

Concreta

Expresar tus intenciones siendo específico es mucho más productivo que planear algo 'algo' el 'fin de semana'. ¿Qué es ese 'algo'? ¿en qué día puedes tomarte el tiempo para hacerlo?

Ponernos una cita a nosotros mismos es una manera efectiva para sintonizarnos con la urgencia de lo que debemos hacer y no caer en lo abstracto del después.

Visualiza

Volar mentalmente al futuro y pensar en las consecuencias que nos traerá el no hacer algo, ayuda bastante a que nos decidamos por hacerlo.

"Nuestras investigaciones muestran que aquellas personas con un sentido fuerte de continuación propia con su "yo futuro", procrastinan menos, porque son capaces de "viajar en el tiempo" y darse cuenta de que lo que retrasamos hoy, será horrible luego" afirma Pychyl.

Implementa

Conocedores del tema aconsejan poner en práctica la "intención de implementación", es decir completar mentalmente la frase "si hago… entonces …" para convertir en acción las intenciones.

Estar preparados mentalmente nos ayuda a ser más flexibles mentalmente y saber por ejemplo si nos conviene dividir la tarea con pequeñas pausas que la hagan más viable.

Desconéctate

Para 2003 ya se estimaba que alrededor de un 50% del tiempo que pasamos en internet se va en procrastinación. El auge de las redes sociales seguramente aumentó esta cifra, por lo que se aconseja que, si la tarea no requiere del uso de internet, lo dejemos de lado por un rato para mejorar nuestra concentración.

Ten paciencia

Deja los malos hábitos no es algo que se logre de la noche a la mañana. No hay soluciones radicales de un día para otro pues todo se trata de perseverar y aprender a dominar tanto las distracciones como la pereza…Ve paso a paso y ten paciencia contigo mismo, no te apresures a querer cambiar todo lo malo en una sola, ve paso a paso y asesórate de un psicólogo que te ayude a enfocar los aspectos primordiales a trabajar.

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