Cómo fomentar la inteligencia de nuestros hijos

Nos preocupamos mucho por la educación que recibirán nuestros hijos a lo largo de la vida, pero descuidamos otros aspectos cotidianos que resultan claves para desarrollar su inteligencia.

7 JUN 2016 · Lectura: min.
Cómo fomentar la inteligencia de nuestros hijos

Un niño inteligente no es el que más clases reciba sino el que más tiempo ha pasado con sus padres. Así de claro expone el profesor José Carlos Aranda, su teoría de que los primeros años del niño, rodeados del amor de su familia, son fundamentales para su desarrollo cerebral. Aranda es autor del libro Inteligencia Natural y en él explica que los tres primeros años son claves para el ser humano:

El 85% de la precorteza cerebral, la que usamos para pensar y reflexionar, se desarrolla durante los tres primeros años. Es un periodo crucial en el crecimiento.

Con esta premisa, el profesor Aranda propone siete acciones que podemos llevar a cabo en el tiempo que pasemos con nuestros hijos pequeños para ayudarles a mejorar su autoconfianza y proyectar su inteligencia particular:

1. Estímulos adecuados. El experto aconseja observar y acompañar al niño en sus búsquedas y ponerle en el camino estímulos que le resulten interesantes. Por ejemplo, hay niños más exploradores que indagan por muchos rincones, mientras que hay otros más detallistas que prefieren estar sentados por largo tiempo. Para los primeros habrá juguetes o juegos dinámicos muy estimulantes, mientras que para los segundos puede ser más divertido un libro o un juguete estático. En este punto es clave fomentar la autonomía del pequeño y que él vaya encontrando su ritmo y sus aficiones.

2. Aprovechar el tiempo en familia. Si ya es escaso el tiempo que pasamos juntos, que éste sea de calidad. Fuera televisión y fuera celulares. El pequeño lo que necesita es jugar con sus papás, reírse con ellos, que le enseñen los límites que se esperan de él y que se sienta querido.

Hemos de pensar que el aprovechamiento académico está muy relacionado con la capacidad de enfocar intencionadamente la atención y mantenerla en un contexto social. Esas habilidades son imprescindibles y se aprenden en familia.

3. Leerle cuentos. Esta costumbre no sólo estimula el deseo del niño por aprender a leer, sino que es todo un motor de emociones. Con la lectura en voz alta, expresamos emociones (ira, sorpresa, alegría, tristeza) y le estamos enseñando a nuestros hijos que hay diferentes formas de reaccionar a las situaciones. Otro aspecto importante de la lectura es que el cerebro procesa información a través de la narración de historias.

4. Cuidar el lenguaje no verbal. El niño aprende de lo que ve y de lo que oye y si le estamos transmitiendo un mensaje con la cara y otro con las palabras, le estaremos generando una confusión. "Sí, estoy enojado pero no es contigo", es una forma de explicarle que nos sentimos mal y que es una emoción válida. En el sentido positivo, es básico acompañar las palabras de gestos: "te quiero" y por tanto, te abrazo.

shutterstock-70290889.jpg

5. Hablar con ellos. Esperamos que nuestros hijos nos cuenten detalles de su vida diaria pero no les contamos los nuestros. El diálogo fluido entre las dos partes motiva la comunicación y estimula diferentes áreas cerebrales. No importa que el niño esté muy pequeño: hablarle continuamente es una forma de estimular su cerebro para que cuando llegue el momento de hablar, lo haga adecuadamente.

6. Hacerles sentir parte del equipo. Aunque el niño sea muy pequeño puede ir asumiendo "responsabilidades" en el hogar como ordenar sus juguetes o guardar su ropa en el cajón. Poco a poco podrá asumir nuevas tareas pero, en definitiva, se trata de que el niño se asuma como parte de un equipo (la familia) y de que se le fomente la responsabilidad y la autonomía.

7. Adaptarse a su desarrollo. ¿Por qué nos empeñamos en poner de pie a un bebé de pocos meses? "Obligarlo" a que camine antes de tiempo es un error muy común que podría terminar en lesión. Dejar al bebé en el suelo y estimularlo para que inicie sus exploraciones, a su propio ritmo, es la mejor manera de acompañarlo en su crecimiento y adaptarnos a su propio nivel de desarrollo psicomotriz sin presión ni frustración.

¿Quieres seguir leyendo?

¡Muy fácil! Accede gratis a todos los contenidos de nuestra plataforma con artículos escritos por profesionales de la psicología.

Al continuar con Google, aceptas nuestras Condiciones de uso y Política de Protección de Datos


PUBLICIDAD

Psicólogos
Escrito por

Revisado: María Fernanda Medina

Nuestro comité de expertos, formado por psicólogos colegiados, se compromete a proporcionar información y recursos precisos y confiables. Toda la información se respalda con evidencia científica y se contrasta para garantizar la calidad de sus contenidos.
Consulta a nuestros mejores especialistas en psicología infantil
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

Comentarios 1
  • Yenny

    Excelente aporte, es muy importante en interesante el escrito y estoy convencida de que así es, trabajo con niños y padres de familia y siempre he recomendado algunas de las actividades propuestas aquí. Gracias

últimos artículos sobre psicología infantil

PUBLICIDAD