Aprende a mejorar tu relación de pareja

Las relaciones, como los seres humanos, son entes cambiantes, dinámicos y en constante evolución. Sin embargo, en una relación de pareja el componente rutina puede ser asfixiante y si ambos están de acuerdo en que quieren luchar por un proyecto común, es necesario que aporten constantemente para que la relación sea satisfactoria y la convivencia, sana.

Incluso cuando crees que "todo va bien", es importante hacer una pausa y reflexionar sobre aquellos aspectos que podrían mejorarse como la comunicación. ¿Qué tal es tu comunicación en pareja? Averígualo en este cuestionario:

¿Cuánto estás dispuesto(a) a negociar en debates importantes? Esta es la primera pregunta que debes formularte, antes de pasar a una segunda etapa de reflexión sobre tu vida en pareja. Si no estás dispuesto a negociar nada o si tu estilo de relacionarte, te impide acoplarte con tu pareja en aspectos trascendentales de la vida, pues sería mejor replantearte qué haces en la relación o qué tan importante es esta relación en tu vida personal.    

Si quieres quedarte en tu relación de pareja, viene una segunda etapa que los involucra a los dos: ¿tenemos objetivos comunes? Si la respuesta es afirmativa, entonces llegó la hora de asumir que tienen una meta clara y que las diferencias pueden arreglarse con el justo proceso y respeto.

¿Cómo podríamos mejorar nuestra comunicación?

Si estás irritable, busca tu espacio. Es un mal día y no quieres hablar con nadie. Estás en tu derecho de alejarte y relajarte. ¿Qué necesidad tienes de iniciar una discusión? Te conoces y sabes que el problema no radica en tu pareja. A veces es mejor actuar con prudencia y encontrar el espacio adecuado para hablar tranquilamente. También es conveniente aclararle a tu pareja que para ti es mejor hablar en un espacio o momento diferente, para que no lo perciba como distanciamiento. 

Cambia actitudes destructivas. Está claro que cada uno tiene sus defectos y no se trata de cambiar de personalidad para agradar al otro, pero si yo sé que muchas veces respondo impulsivamente o soy muy ofensivo(a), ¿por qué no replantearme mi forma de actuar ante determinadas situaciones?

Si tu pareja te pide un cambio en algún comportamiento y consideras que puedes cambiarlo, hazlo. Si sigues manteniendo un hábito que dificulta la convivencia envías el mensaje de que eres inflexible y no te interesa mejorar la vida en común.

Habla de cualquier tema. Una de las grandes ventajas de estar en pareja es que se puede hablar de todo. Aprovecha los momentos en los que están hablando para expresar tranquilamente lo que te agrada y lo que te molesta. Entre los dos forman un equipo... ¡que no se les olvide!

Sé amable. Aunque lleven muchos años juntos y pareciera que no hace falta decirse con palabras lo que se quieren, la verdad es que sí hace falta. La amabilidad, el cariño, la dulzura son detalles estimulantes y fomentan la buena convivencia.

Cada uno tiene sus amigos y actividades favoritas. Cada uno tiene sus espacios y sus tiempos y en ellos es importante estar solos o con la compañía de amigos propios. Ese espacio vital, fuera de la dinámica de pareja, fortalece nuestra autoestima y nos permite crecer como individuos. Valora los logros individuales de tu pareja y "enciende las alarmas" si tu pareja no valora los tuyos o solo se esfuerza en criticar y menospreciar.

Diviértanse y busquen nuevos retos. Sobre todo cuando la rutina ahoga, resulta necesario buscar actividades divertidas, diferentes y gratificantes. Esto vale tanto para la vida sexual como para la cotidianidad.

Los trapos sucios se lavan y se guardan. Si han tenido una discusión importante y han podido llegar a conclusiones y propuestas, es momento de cerrar el tema. Es muy molesto y destructivo cuando un tema que, supuestamente estaba zanjado, vuelve a destacarse en otra discusión. Si no estás de acuerdo con la forma en que se resolvió algo, dilo a tiempo pero no te guardes el malestar para "futuras peleas".

Sé confiable. Querer a tu pareja implica confiar en ella y la confianza se manifiesta en detalles como recordar citas o compromisos, ser puntual, saber guardar secretos y apoyar las causas que para tu pareja son vitales. Cada uno está del lado del otro.

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Deja la competencia para otros ámbitos. En pareja son un equipo y no hace falta resaltar todo el tiempo cuál es el más inteligente, el que sufre más o el que hace las cosas más rápido. La competencia es válida en el ámbito deportivo o laboral, pero en la vida diaria, con la persona que amas, resulta humillante y desgastante. No aporta nada, porque finalmente cada uno tiene sus cualidades y están juntos para apoyarse.

Perdónate. No podemos ser seres perfectos ni agradar todo el tiempo a nuestra pareja. Cada uno comete errores y está bien darse cuenta de ellos para corregir y mejorar, pero no tiene ningún sentido castigarse con frases como "soy un desastre" o "te estoy amargando la vida". Si realmente crees que no aportas valor a la relación, puedes cortar; pero lo que no puede ser es que te sientas mal por cualquier bache en el camino y te victimices.

Si tu relación pasa por una crisis seria y crees que es necesaria la ayuda profesional, plantea una terapia de pareja.

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