​Aprendamos a convivir con los abuelos

Todos vamos en dirección a la vejez pero aun así para muchas familias tener adultos mayores en casa se convierte en un reto que los toma desprevenidos. Aunque llegar a esta etapa no tiene por qué ser un factor desequilibrante, pues en realidad cada etapa de la vida tiene retos, algunas veces puede ser complicado ajustarse a los cambios que trae el paso del tiempo.

Convertirnos en adultos mayores no es algo repentino y muchos viven este tiempo con plenitud, pero si existen problemas de salud o de convivencia en el hogar, éste puede convertirse en un campo de batalla. Aquí tenemos algunos consejos útiles:

Falta de adaptación

Cuando somos niños o jóvenes es natural que se nos facilite la adaptación al medio que nos rodea, al ser un adulto mayor es mucho más difícil adaptarse al medio ya que las capacidades pueden versen reducidas. Entender que ya no se cuenta con las mismas destrezas y facilidades puede ser muy complicado para la persona que puede sentir frustración al presentar síntomas como:

• Problemas de memoria.
• Sensación de nostalgia.
• Fatiga constante en el trabajo.
• Disminución de las capacidades sensoriales y motricidad.

Si notas que esto te sucede o le sucede a un ser querido, debes comprender que es parte del proceso de envejecimiento y en realidad no desea herirte, te aconsejamos acudir juntos a terapia familiar para aprender a enfrentar estas situaciones.

Cambio en las necesidades

Sentir que la vida se interrumpe y que no puede realizar las actividades que disfrutaba por los síntomas antes mencionados, también puede acompañarse de comportamientos infantiles, cambios de carácter, ánimo, conducta y necesidad de dominar. Estas son consecuencias de cambios en las necesidades afectivas en las que se activan reacciones instintivas en algunos casos similares a las que vemos en los niños.

La fragilidad se aumenta tanto a nivel físico como psicológico, siendo más sensibles al ambiente, al entorno social, y con más tendencias a sentir temor por condiciones como los problemas de equilibrio.

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Consejos antes comportamientos problemáticos

• Aislarse: En la vejez las personas pueden demostrar interés solo por las cuestiones que afectan directamente sus intereses personales, pero esto no es saludable y puede empeorar. Lo que debemos intentar es demostrar interés por nuestros familiares, preguntarles y escuchar acerca de sus vivencias. Los adultos mayores tienen mucha sabiduría y experiencia de la que podemos aprender, sin embargo a la hora de hablar con ellos debemos evitar adoptar un tono crítico o recriminante si nos encontramos con comportamientos agresivos y hostiles (propios también de esta etapa).
• Apego: Tener dificultades para desprenderse de los objetos es algo muy común en la vejez, pues los objetos tienden a convertirse en elementos que reafirman su identidad. Tratar de comprenderlos y evitar juzgarlos es lo mejor que podemos hacer, el diálogo y el acompañamiento son las mejores expresiones de amor en estos momentos.

No importa cuál sea el rol del adulto mayor en tu hogar, si tienes conflictos con esta persona es bueno intentar identificar cuál es el comportamiento que tenemos nosotros y si estamos siendo detonantes de los problemas.

• Evocar el pasado: Algunos nietos se quejan porque sus abuelos intentan controlarlos cuando ya son adultos o porque intentan 'obligarlos' a comer más de la cuenta, pero actuar así se debe en muchos casos a que ellos los continúan viendo como niños e intentar dominarlos. El pasado en un refugio porque en la vejez disminuye la memoria de fijación y aumenta la de evocación, por lo que la vida está llena de recuerdos a través de los que reviven su juventud.
• Depresión y dificultad ante el cambio: Al tener problemas de adaptación es normal que manifiesten oposición al cambio y sean un tanto agresivos. Sentir que la vida cambia y que el entorno se vuelve hostil puede representarles una amenaza que termine por crear una depresión severa.

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Ante cualquier dificultad con tus abuelos, padres o familiares que ya se encuentren en la vejez, opta por el diálogo y la asesoría profesional. Tras una conducta hiriente puede estar escondiéndose un adulto mayor que no sabe o no quiere pedir la ayuda que requiere.

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