¿Qué debo hacer en este caso?
Pequeña parte de mi infancia y durante toda mi adolescencia fui maltratado psicológicamente por mi familia paterna por ser un chico trans. La peor parte fue desde los 13 a los 17 años, donde vulneraron mis derechos. No me dejaban ir al colegio, no me dejaban salir con mis amigos ni conversar con nadie.
Actualmente tengo 21 y ya no vivo con ellos desde hace años.
En agosto del 2020, cuando tenía 19 años, decidí tomar terapia presencial con una psicóloga de mi ciudad, justamente para poder trabajar todos los traumas que dejaron esos 4 años de maltrato.
En la primera sesión ella me preguntó “¿qué te trae por acá?” Yo estaba demasiado nervioso porque siempre he sido muy tímido y reservado, y era mi primera vez tomando terapia, aún así tomé algo de valor y empecé a contarle el tipo de persona que es mi papá y que yo soy trans, para seguido de esto contarle todas las cosas que me hizo. Segundos antes de que pudiera contarle que fui maltratado, cuando estaba por llegar a ese punto, ella me interrumpe y me dice “¿no crees que estás siendo inflexible con él?”
En ese momento me congelé, me bloqueé por completo y no quise seguir hablando del tema durante esa sesión.
En la segunda sesión lo volví a intentar, empecé a sacar el tema de nuevo y cada vez hablaba de él, ella solamente me miraba, me sonreía y me preguntaba cosas acerca de mi tratamiento hormonal. Cosas como tipo “¿Qué cambios has notado?” “¿Cómo te has sentido?” Etc. Era algo que me molestaba bastante, ya que no tenía relevancia alguna a lo que yo quería trabajar.
En la tercera sesión de nuevo lo volví a intentar, pero no había caso, siempre me cambiaba el tema a otras cosas que no tenían importancia.
Después de eso perdí todas las esperanzas de poder trabajar algo que realmente me afecta bastante en mi día a día y que me afecta en la manera de relacionarme con los demás. Aún así seguí yendo con ella (la verdad no sé por qué, solo lo hice) y empezamos a trabajar otro tipo de cosas.
Iba con ella una vez a la semana, y cada vez que iba hablábamos de las cosas que me habían ocurrido durante la semana.
A veces me pasaban cosas que me ponían muy ansioso y angustiado, esperaba toda la semana para poder hablar con ella de esas cosas, pero a ella siempre le gustaba hablar de otras cosas que no tenían relación alguna con la terapia y yo salía de las sesiones más ansioso aún porque no lograba ni siquiera desahogarme.
Hace unos meses atrás durante una sesión le dije que no me sentía escuchado por ella, le dije que hablaba mucho y me dejaba poco tiempo para hablar, que salía de las sesiones con ganas de decir muchas cosas y que no podía porque no me dejaba el espacio para hacerlo o porque pasaba cambiando de tema y no podía decir lo que quería decir.
A esto ella me respondió: “es bueno que te vayas con cosas que quieres decir, porque así las puedes reflexionar y trabajar. Los psicólogos con los que más he podido trabajar mis problemas han sido con los que más diferencias he tenido”.
Durante esa misma sesión le dije que estaba bastante enojado, ya que desde un comienzo había ido a trabajar los traumas de lo que viví con mi papá y que jamás había ido por otra cosa. Le dije que encontré muy fuera de lugar el comentario de que yo estaba siendo “inflexible” con él.
Ella me dijo “sí, es cierto que a veces hablo demás y más encima con mi déficit atencional…”. También me dijo algo como: “En vez de molestarte por no sentirte escuchado, deberías preguntarte "qué estás haciendo para ser escuchado”.
También me dijo que como no logré hablar del tema de mi papá en el tiempo que quería hacerlo, que lo podía hacer en ese momento y que aún estábamos a tiempo de trabajarlo. A lo que yo me negué, le dije que ese tema lo tengo completamente bloqueado con ella. Le dije que ya no confiaba en ella para hablar de un tema tan complejo, delicado y doloroso para mí después de haberlo defendido y no tener interés alguno en escuchar lo que quería decir y expresar.
Hace una semana atrás tuve la ultima sesión con ella y como despedida le escribí una carta donde le comentaba todas estas experiencias durante la terapia, le comenté cosas que no pude comentarle durante las sesiones porque no me sentía escuchado.
Aún así haciendo esto, no me siento aliviado. ¿Debería ir donde ella una última vez para expresarle bien lo que siento o debería conformarme con ese cierre?